Cuando Philip K. Dick iba al baño y no encontraba el interruptor de la luz a la primera, concluía que había entrado en un universo paralelo en el que el interruptor estaba en otro sitio. A mí, esto siempre me ha parecido indicativo de algo. De desequibrio mental o quizá los primeros estragos de las drogas; pero tras el día de hoy me parece, más bien, una lucidez visionaria.
Retrospectivamente, yo debí saber que había pasado a un universo paralelo cuando subía en el ascensor. Conmigo se montaron cuatro alumnas que iban a preguntarle a una profesora cuándo saldrían las notas de su asignatura. Una dijo: "Pues a Nosequién le dijo que no nos estresáramos, que todavía tardarían en salir". Otra respondió: "Pues entonces le arreo dos guantazos. ¡Una tiene derecho a saber su nota antes de irse de vacaciones!".
Pero lo peor me esperaba al llegar. No tardé en descubrir que en este universo un conjunto de acontecimientos recientes ha ocurrido de forma radicalmente distinta y contradictoria con lo que yo viví (propongo llamar a este fenómeno de dislocación histórica a nivel laboral "marrónisis heterodina").
Con buen sentido, volví a casa cuanto antes. Al poco llamaron a la puerta. En este universo, alguien había llamado a un técnico de mantenimiento para que reparase una inexistente falta de agua en mi casa. Quizá debí sospechar algo, pero aproveché para decirle que tenía la llave del agua fría cerrada por lo que ya saben y me prometió volver mañana y cambiar el grifo. "Es la junta", me dijo. La junta debe de ser el órgano que manda aquí, no sé. No me atreví a preguntarle si España se había desintegrado ya.
Tengo miedo de salir a la calle mañana. Antes o después la policía de este universo me arrestará por algo: por llevar pantalones vaqueros, por no llevar pantalones vaqueros, quién sabe.
Perdonen que les diga, mis nuevos lectores, que viven en un universo bastante chungo.
El camello del visir
Hace 14 horas
3 comentarios:
A ver si en este universo paralelo España va a ganar a Francia...
Harían falta dos singularidades dentro de la singularidad para que ese acontecimiento tuviera lugar...
Al menos esta vez jugamos como siempre y perdimos como siempre.
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