domingo, 28 de enero de 2007

...sueños son (por suerte)

Pues no he soñado anoche que Acebes y yo cantábamos Bohemian Rhapsody a dúo...

Y sin que hubiera alcohol de por medio.

sábado, 27 de enero de 2007

Miro la bola y....

Ayer recibí un emilio y veo... veo... que el 20 de septiembre dejaré de estar vinculado a la Universidad de Zaragoza... y que me tomaré un periodo sabático... veré más amaneceres, justo como en el anuncio de Mapfre... ya lo creo...

viernes, 26 de enero de 2007

miércoles, 24 de enero de 2007

Y entonces va el Molchanov

y me dice que claro, como yo soy vegetariano...

En este planeta, si comes tres veces con alguien y no pides carne, ya piensan que eres vegetariano (una nueva demostración de que la navaja de Ockham no siempre acierta).

A mí me sorprendió mucho, no sólo porque no soy vegetariano -simplemente me gusta el pescado, que para eso soy de mar- sino porque no entiendo bien el vegetarianismo. Por ejemplo, Mrs. Vane (a quien desde aquí felicitamos por sus éxitos en los concursos de Enrique Gallud) explicaba aquí la cosa. Entre otras cosas, decía:
No soporto el sufrimiento animal. Los hombres siempre se han alimentado de la carne de los animales -de acuerdo- pero no de la manera en la que se hace ahora: en auténticas factorías donde los animales no saben que es el sol ni el aire fresco y donde son explotados, maltratados y vapuleados.

Aquí pongo un afoto donde se ven dos animales en una auténtica factoría donde evidentemente son explotados, maltratados y vapuleados:


Ajá: si una persona cree que la industria agroalimentaria es inhumana y eso le produce algún escrúpulo moral, lo que me parece muy comprensible, ¿por qué deja de comer carne en lugar de pasarse a las (auto)llamadas "marcas de calidad" con las que puede saber ya no qué alimentación le daban sino casi cómo se llamaba el animal que se está comiendo? Al abandonar el consumo de carne y por tanto reducir el mercado, ¿no están perjudicando a los pequeños ganaderos que cuidan a sus animales, que ya lo tienen bastante difícil de por sí? No sé si es una postura muy coherente, la verdad.

La segunda parte del argumento es como sigue:
Muchos pensarán que soy una tremendista y que hay animales que se crían al aire libre. Sí, es cierto, pero la muerte que reciben esos animales que se han criado al aire libre no es mucho mejor que la de sus compañeros de la factoría. El camión en el que son transportados durante horas al matadero es el mismo para todos, al igual que el olor a sangre y el ambiente de muerte.

De nuevo el argumento se basa en la "igualdad": como a todos los animales se les trata "igual" de mal, eso justifica que no nos comamos a ninguno.

A todo el mundo le disgusta matar animales tan simpáticos como los terneros, sobre todo a quien les ha dado de comer y de beber; pero es un hecho que no se los puede comer vivos. Por tanto, no encuentro nada que objetar siempre que el sufrimiento de las reses sea el menor posible.

Por cuanto yo sé (nunca he estado allí) el sacrificio de los terneros es indoloro, aunque seguro que no se lo pasan nada de bien. En cuanto al transporte, tampoco deben de sufrir lo mismo al ir un ternero o dos que veinte. Digo yo.

En fin, que los efectos de este vegetarianismo ideológico no son tan buenos para los animales como se podría creer. Que es lo que suele ocurrir cuando se dispara indiscriminadamente.

martes, 23 de enero de 2007

"Peer review" (III)

Caso nº3

Uno de los primeros artículos con que el desdichado evaluador P se tuvo que enfrentar estaba escrito por uno de los editores de la revista. Hay diferentes posturas sobre si los editores deberían evitar enviar trabajos a las publicaciones donde sirven, desde una lectora de este blog que la hicieron editora jefe de algo y dio orden a todo su equipo de investigación de que "Aquí ya no se envía" hasta un caso que he visto de un editor de una revista de primera fila que utilizó su posición para "subir" su tema actual de investigación a primera división (o eso me parece a mí).

La cosa es que P tiene muy mala opinión de los trabajos del autor L y sus estudiantes. L está en la llamada mejor universidad de un país que tiene muuuuchos habitantes y parece por su web que se considera un fuera de serie, yo creo que por pura ingenuidad y desconocimiento.

Así que P dice: yo no soy nadie, así que si quiero que me tomen en serio tendré que hacerlo bien. Y escribe un informe de ocho páginas a letra de diez puntos (casi más largo que el artículo) recomendando rechazar el trabajo. Desde luego, hoy no tendría tiempo para hacerlo.

Meses después le llega el artículo revisado (el otro evaluador recomendaba la publicación) para la segunda evaluación y se encuentra con que los autores acompañan una respuesta de 26 páginas (van copiando las 8 páginas y contestando a todo línea por línea). Parte de la respuesta es muy irritante, por ejemplo digo que algo está mal porque patatín y patatán, y ellos contestan que estoy equivocado porque no comprendo que en realidad "patatín y patatán" (lo mismo que había dicho yo). Vamos a ver, si yo lo he dicho primero será porque lo comprendo, y si ellos ahora dicen lo mismo será porque tenía razón y antes estaba mal. Entonces, si tengo razón, ¿por qué afirman ellos que estoy equivocado? Estas tácticas propias de la política...

Así que me pongo a la tarea de contestar, aunque obviamente me paso del plazo y el editor me manda un correo electrónico de recordatorio. En ese momento no le contesto porque doy por hecho que tiene en cuenta que tengo 26 páginas a las que responder y que no va a tardar lo mismo que un informe normal. Pues unos doce días después, le mando un correo "por si acaso" para decirle que más o menos tardaré una semana en terminarlo...

...y me contesta que como no sabía nada de mí, se lo ha mandado a otro evaluador.

Y yo me quedo con cara de "he picado como un chino". Claro, que en China deben de decir "picar como un español".

Lo de cambiar de evaluador a mitad del proceso no me parece nada normal, aparte de que lo mínimo era advertirme primero de que se lo estaba planteando (con lo que yo habría deshecho el malentendido, si eso es lo que era) y por supuesto advertirme de que lo había hecho, porque mientras tanto yo, hala, a escribir páginas y páginas como un gilipollas.

Así que ya saben: si les llega un "rebuttal" de 26 páginas, ES UN TRUCO. Y si se encuentran con alguien que le ha tocado mucho a la lotería pero no lo puede cobrar, TAMBIÉN ES UN TRUCO, DE VERDAD.

Ya lo dijo Sun Tzu: Conseguir cien victorias en cien batallas no es la medida de la habilidad: someter al enemigo sin luchar es la suprema excelencia.

lunes, 22 de enero de 2007

"Peer review" (II)

Verdad es que estos casos plantean más dudas sobre los efectos de la "necesidad" (real o imaginaria) de publicar sobre la ética de algunos autores que defectos intrínsecos del sistema de evaluación, aunque el quid es si ese sistema puede gozar de buena salud en un futuro en el que abunden los casos como el siguiente.


Caso nº2

Una revista va a publicar un número especial (esto es más común en las revistas más cercanas a la "informática" que a las "matemáticas", donde sólo suele hacerse para homenajear a alguien importante que cumple 60, 70, etc. años). El procedimiento es que los futuros "editores invitados" proponen el tema, éste se aprueba por los editores jefes (ya saben: redactores jefes) y los editores invitados gestionan el proceso de evaluación. Lo que, claro, puede tener sus consecuencias.

En esta historia los editores invitados son dos; uno de ellos es N, una figura prominente en su campo. El otro editor contacta con P y le pide que evalúe, para su inclusión en ese número, un trabajo de los autores A, B y C. La evaluación es negativa.

Un par de meses después, aparece en la web de otra revista un trabajo prácticamente idéntico en su estructura firmado por A y N. Claro, P se extraña -no es para menos- y se pone a investigar. Resulta que el trabajo aparece en otro número especial editado por N y otros dos, elaborado a partir de una sesión invitada de un congreso. O sea que ese artículo es anterior al de A, B y C; pero, paradójicamente, los resultados son mejores. También resulta que A y N estaban en la misma universidad cuando enviaron el artículo, y B también está ahora en ella.

Yo no sé muy bien cómo interpretar este galimatías. La hipótesis 1 es que realmente el artículo de A y N es anterior, en cuyo caso A ha lo cogido y "limitado" los resultados como si fueran un Vespino cualquiera. Desde el punto de vista ético, tratar de publicar un trabajo con resultados peores que otro anterior tuyo aprovechando que todavía no está publicado el primero, es un escándalo. Pero intentar colárselo al coautor de ese artículo, con el que además te encuentras todos los días a la hora del café, no tiene ningún sentido.

La hipótesis 2 es que en realidad el articulo de A, B y C es anterior; A se lo enseñó a N y éste propuso las mejoras. Aquí lo oscuro es por qué la versión definitiva la firman A y N en vez de A, B, C y N. No parece muy ético, vamos. Luego N diría a A que estaba organizando un número especial y A resucitó de la papelera la versión original firmada por A, B y C (siendo que la versión posterior ya estaba aceptada en otra revista), lo que vuelve a ser poco ético.

Sigue teniendo poca lógica, en cualquier caso, por qué A le presentó a N un trabajo que saben perfectamente los dos (porque son los firmantes, ya no sé si los autores) que es una versión primitiva de un trabajo aceptado en otra revista. Y por qué N lo acepta a trámite y le deja al otro editor el marrón de buscar evaluadores y hacer el paripé de que se está evaluando el artículo cuando jamás se puede llegar a publicar (o yo soy muy ingenuo, claro).

Quizás N no quiso devolverle el trabajo directamente, por eso de tomar el café juntos, y pensó que, con suerte, los informes serían negativos (y si no siempre puede añadir él otro informe diciendo que es muy malo).

La verdad es que, se mire como se mire, es un asunto de lo más turbio; y yo cabreado por que me hicieran participar en ese paripé.

viernes, 19 de enero de 2007

"Peer review" (I)

El sistema de publicaciones científicas basado en la "evaluación entre iguales", según mi experiencia personal, está cerca del colapso. Huelga decir que mi experiencia es muy limitada y por tanto no saco ninguna conclusión.

Pero voy a exponer aquí algunos casos que me han pasado a mí personalmente, porque el número empieza a ser tan grande que me preocupa.


Caso nº1

Este está recién descubierto y aún no he decidido qué voy a hacer al respecto.

El autor A envía en 2005 un breve artículo a una revista. El evaluador P escribe un largo informe en el que muestra que los resultados de A son consecuencia de los obtenidos por P (curiosamente en su primer trabajo científico TC). El trabajo TC está en la lista de referencias de A; pero no hay ninguna cuestión ética porque superficialmente los resultados parecían distintos.

Como no lo eran, al modo de ver de P esos resultados no son publicables porque no hay ningún resultado nuevo. Aparte, P señala algunos defectos de los conceptos usados por A y le dice cuáles son los correctos, amén de darle una lista de trabajos posteriores de P (ya publicados) que son de un nivel mucho más profundo y que convierten esos resultados en claramente no publicables (como se dice pedantemente, "behind the state of the art").

P da por hecho que ese artículo se ha rechazado y que su autor, después de leer los informes, lo ha tirado a la papelera.

¡Ja!

Anteayer, buscando otra cosa en Google, P se encuentra ese mismo artículo, salvo diferencias cosméticas, publicado en diciembre de 2005 en una revista de Transilvania (sin índice de impacto). La mayor diferencia cosmética es que la lista de referencias ya no incluye el artículo de P del que se siguen los resultados, ni por supuesto ninguno de los trabajos posteriores de P que A ya conoce. Ni tampoco A ha modificado sus definiciones para evitar los problemas de los que P le advertía.

Ante esta falta de ética, ¿qué debe hacer P? Aquí dejo la pregunta porque todavía no lo he decidido. Hay que pensarlo con finura porque A no es cualquiera (o sea, el cómo es lo que habría que pensar, el qué no depende de quién sea A).

Y la historia no acaba aquí, porque P entra en la web de la revista para bajarse su informe (que no lo tenía en el portátil en ese momento) y entonces descubre más cosas leyendo los informes de los otros evaluadores y la "historia" del artículo.

Un segundo evaluador E2 también señaló los mismos fallos en las definiciones, aunque finalmente recomendaba aceptar el trabajo. Entonces un editor* distinto, E3, buscó a un tercer evaluador, E3, supongo que para deshacer el empate. El editor E3 es coautor de varios trabajos con A. A las dos semanas de haber recibido el artículo, ya tenía en sus manos el informe del evaluador E3, para quien el artículo es de todo punto excelente (ver para creer).

A la vista de esto, la decisión es dar a A la posibilidad de revisar el artículo y volverlo a enviar. Esa decisión me parece totalmente equivocada porque si un evaluador demuestra que los resultados no son publicables, debería dar igual lo que digan los otros dos, sobre todo si uno pone el artículo por las nubes y es amigo del autor.

Al día siguiente, A retiró el artículo. Presuntamente, en el mismo momento me sacó de las referencias y, sin más revisión, lo envió a una revista sin índice de impacto en la que apareció casi inmediatamente (insisto en que A no es cualquiera).

Aquí quedan emplazados para leer más casos de esta serie, que promete ser larga y muy escandalosa.


* La palabra correcta en español sería "redactor", pero nadie la usa.
Enhorabuena, Sr.R.

¿Cuánto ha pesado?

miércoles, 17 de enero de 2007

Incorrectores (o: la creatividad al poder)

Supongo que se nota que vuelvo a dormir mal y la consecuencia es que el blog atraviesa de nuevo una fase de "Pedro contra el mundo".

Uno de los grandes misterios de la literatura científica es la afición de los correctores a incorregir el texto que les das. Qué suerte que a los panaderos no les dé por lo mismo, porque podría llegar a haber muchos muertos.

Durante las vacaciones de Navidad (también llamadas vacaciones de solsticio de invierno) me llegaron las pruebas de un artículo. Resulta que en él se usaban las variables aleatorias difusas para hacer un modelo aleatorio-difuso. Aunque la forma de generar nombres para objetos matemáticos es un poco confusa para la gente normal (el "conjunto vacío", por ejemplo, o llamar "esfera" a un cubo), la diferencia se puede entender con el siguiente ejemplo.

Si nos tomamos un café americano en España, entonces sería un café americano español. Pero no sería un café americano-español, aunque podría ser un café hispanoamericano si fuera cultivado en Colombia.

Por la misma razón, un modelo aleatorio-difuso no es un modelo aleatorio que es difuso; ni una variable aleatoria difusa es una variable aleatorio-difusa.

Pero cuando me llegaron las pruebas vi que la persona que había preparado el texto no era de la misma opinión que yo, y había decidido convertirlo todo en aleatorio-difuso. Ya lo dice la constitución de Estados Unidos: todos los guiones son creados iguales y tienen derecho a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.

Así que, con paciencia, señalé todas las veces que aparecía la expresión "variable aleatorio-difusa" (unas 30), puse la corrección correspondiente por "variable aleatoria difusa" y además, para que no hubiera dudas, en la primera -que era en el título- añadí una nota explicando cómo tenía que quedar: todas las variables tenían que ser "aleatorias difusas" y todos los modelos "aleatorio-difusos".

Bien. Pues me he bajado la versión definitiva, que ya está en la página web de la revista, y han quitado todos los guiones: los buenos y los malos. ¿Casualidad? ¿Serendipia?

Menos mal que de salud estamos bien (menos el no dormir por las noches, claro).

martes, 16 de enero de 2007

Ciencia en la radio

Si quieren leer una buena entrada sobre la simbiosis, visiten el blog de Ángel. De todas formas yo también he querido tocar el tema.

Estaba yo oyendo la radio, en plena operación de acoso y derribo del Abellán contra el llamado presidente del Madrid (ya saben que yo soy el legítimo presidente), cuando se saca de la manga un llamado "estudio" de la Universidad de Navarra sobre el "valor mediático" de David Beckham.

Nunca había visto a un "periodista" deportivo hablar tan bien de algo. Por momentos, uno tenía la impresión de que los autores ya tenían que ir pensando qué corbata se iban a poner para, como dijo aquél, "recibir los parabienes del rey de Suecia".

Las preguntas que hizo a uno de los autores del "estudio" tenían todas un sesgo tan obvio que asustaba, y casualmente el Sr.Abellán usó las "conclusiones" del "estudio" para dar caña al llamado presidente del Madrid.

¿Es éste el papel de la ciencia en la sociedad?

El tal "estudio", que pueden consultar aquí, se titula ¿Cuánto aporta David Beckham al Real Madrid? Aunque el interés científico no esté muy claro, el rigor sí queda patente en el uso extensivo de neologismos científicos (como "Real Madrid" por "Real Madrid C.F.") en tal encabezamiento. También cabe aclarar que, a pesar de que
-el autor entrevistado no opuso ningún reparo a la calificación de "estudio"
-y respondió a la salva inicial de enhorabuenas con un (cito de memoria) "Esas alabanzas demuestran que te lo has leído con detalle"
-y comenzó sus explicaciones diciendo que en su base de datos tenían "seiscientos mil datos" (esto no tiene nada que ver, pero me apetecía rebelarme contra ello también)
en su web figura como una "nota técnica", la única, mientras que todos los demás documentos que aparecen en la misma página son "informes".

Aparte de desmentir de facto el calificativo de "estudio" ya desde su portada, desde el principio de la pág. 1 vemos que ni tiene la estructura de un trabajo científico publicable (luego entraré en el contenido), ni está dirigido a un público académico: ni siquiera explica qué es un Real Madrid ni quién son esos señores llamados David Beckham, Fabio Capello, etcétera, de quienes se habla.

En la pág. 1-2 tenemos un párrafo bastante revelador que comienza:
David Beckham, además de gran futbolista, es uno de los grandes iconos mediáticos del fútbol. No hace falta hacer ningún estudio sofisticado para alcanzar una conclusión que es de dominio público.

Ajá: ¿cuál es la pertinencia del llamado "estudio" entonces? El texto lo aclara a continuación, en un tono sospechosamente publicitario:
Pero gracias a la técnica desarrollada por ESIrg Universidad de Navarra se pueden obtener datos cuantitativos sobre el impacto mediático de cada jugador (...)

Es decir, que estos autores disponen de una "técnica" que les permite poner números a conclusiones que son del dominio público, una cualidad muy útil en el mundo periodístico.

El "estudio" está formado, fundamentalmente, por un par de tablas aparentemente recicladas de trabajos anteriores, un "gráfico xy" (Abellán dixit) que pretende apoyar la hipótesis de que su índice de "valor mediático" es un predictor "excelente" (R^2=0,846) de los ingresos sobre el conjunto de los 20 jugadores "mejor pagados", algunos gráficos relativos al Real Madrid y un texto irreprochable desde todos los estándares académicos ("esta nota técnica ofrecerá información muy valiosa", "Efectivamente, ESIrg Universidad de Navarra es especialista en la evaluación de intangibles en el mundo del deporte", etc.)

Deseo al profesor Pujol y su grupo la máxima suerte en su presunto intento de montar una empresa dedicada a la evaluación de intangibles en el mundo del deporte. Ojalá peguen un buen pelotazo, vamos.

Desde aquí vamos a recomendarles unos cuantos aspectos técnicos sobre los que pueden pensar para perfeccionar su "técnica":

-Lo primero es que ese "gráfico xy" no muestra ninguna predicción excelente excepto para los cinco jugadores mejor pagados, que son los que obviamente dirigen la recta. Para los otros jugadores de ese gráfico, y de otros que aparecen en trabajos anteriores, la independencia es casi completa (o sea, no hay apenas relación entre el "valor mediático" y los ingresos).

-Lo segundo es que, a la vista de que el "valor mediático" es una "magnitud" instantánea que puede tener grandes fluctuaciones mientras que los ingresos se publican una vez al año en France Football, aunque la tal predicción usando los valores medios fuera excelente daría lo mismo, porque las fluctuaciones a lo largo del año del valor mediático de Ronaldinho "menean" la recta de regresión ellas solas (ver el gráfico 1 aquí).

-Lo tercero es que, aunque no fuera así, porque la predicción fuera excelente y el uso de los valores medios no tuviera ninguna influencia, eso no tendría nada de bueno para ustedes ya que, a mayor exactitud, con más motivo podríamos tirar su índice y usar los datos de ingresos publicados en France Football.

-Lo cuarto es que del hecho de que el "valor mediático" explique (explicase) bien los ingresos obtenidos por los jugadores mejor pagados, no se deduce en absoluto que eso se pueda extrapolar al conjunto de los jugadores, o a los jugadores de otro deporte, o a los equipos, o a los entrenadores, o que el "valor mediático" sea una buena medida en esos casos.

-Lo quinto es que no hagan diagramas de sectores cuando haya muchos quesitos y sean aproximadamente del mismo tamaño, ya que no se ve nada y el diagrama de barras también se inventó para algo (véase el gráfico 26 del último informe al que enlacé). Esto es un detalle pero se lo penalizo a mis alumnos de 1º, la verdad es que aún no he conseguido entender por qué lo hacen.

-Lo sexto es que cuando tengan una regresión lineal con R^2=0'029, por favor no escriban: "El coeficiente de correlación (...) es ligeramente negativo: -0'169" (aquí). De verdad, no lo hagan. Vayan al "Diario de Patricia" si quieren, pero no lo hagan.

Una vez hechas estas propuestas, sólo resta volver al tema de esta entrada, que es la simbiosis. ¿Podemos considerar casual el que esta "nota técnica" que no tiene ningún contenido nuevo, ni tiene nada técnico, ni está escrita en lenguaje técnico, ni es publicable, se feche en "enero de 2007" y salga a la luz mediática justamente cuando el tema Beckham-Madrid está en su punto culminante? ¿Podemos considerar casual que a esos señores les llamen de la COPE para usar su nota técnica (perdón, "estudio") para dar leña al llamado presidente del Madrid, simplemente poniendo la "fuerza" de los "números" y los "gráficos xy" al servicio de preguntas sesgadas de periodista viejo como si "técnicamente" y "con números" no sería mejor vender a los jugadores cuando les queda un año de contrato?

Pues según Abellán sí, ya que insistió al menos dos veces en que todo esto había sido "casual". Ellos habrían descubierto casualmente este trabajo (ya me imagino a los documentalistas de Deportes de la COPE navegando por las webs de las universidades españolas) que casualmente se había "publicado" (bien, supongo que a subir un PDF a tu web también se lo puede llamar publicar) a la vez que el Real Madrid dejaba irse a Beckham por 0 euros.

Vamos, era una "tesina o algo" que se publicaba en enero de 2007. El que tuviera 13 páginas y pusiera "NOTA TÉCNICA" en la portada no despistó a Abellán a la hora de sugerir así que era un trabajo cuya planificación ya venía de muy atrás. El profesor Pujol, de nuevo y por última vez, no se molestó en aclarar el malentendido.

Ah. Entonces intervino un contertulio habitual, exaltado, para constatar que el fútbol ya ha llegado a la universidad "como cualquier otra asignatura".


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La idea del "valor mediático" es muy atractiva... mediáticamente, y no me extrañaría que los programas deportivos se acaben llenando de gráficos "Madrid contra Barcelona". En los trabajos que he visto, no creo que el índice se justifique suficientemente. No sé si es que están en una etapa preliminar muy larga o qué, pero desde luego en una etapa preliminar yo no sacaría notas de prensa.

Los trabajos enlazados son obra de los profesores Francesc Pujol y Pedro García del Barrio.

Hay que aclarar que no estoy sugiriendo que esa nota técnica esté escrita al dictado. Esto lo digo porque, al prestarse al juego a cambio de exposición mediática, ellos mismos han conseguido que lo parezca y yo no sé contar lo que oí sin que en mi relato lo parezca también. Vamos, aunque yo diga aquí que Pujol se intentó sustraer a los niveles más deplorables de manipulación de sus respuestas y sus números, la vocación "mediófila" de esta investigación es la que es.

Lo peor es que esos políticos que tanto nos quieren acabarán obligándonos a todos a ser así. Estos son simplemente pioneros.

viernes, 12 de enero de 2007

Un yotuve en inglés

Totalmente meritorio.

"Pachelbel, Pachelbel, I'll see your ass in hell". Eso es una cita, y no lo de George Clooney y Michelle Pfeiffer.

miércoles, 10 de enero de 2007

El don de la palabra

Los procesos mentales de Francisco José Alcaraz (el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo) se me escapan.

A la mayor parte de las personas de bien les preocuparía la perspectiva de disgustar a un gran número de sus conciudadanos. Tampoco les gustaría salir a la calle y que los viandantes les abucheen, que yo no sé muy bien por qué todavía no le pasa a este hombre pero poco debe de faltar, o arriesgarse a verse retratado durante décadas, en estudios académicos sobre el terrorismo, como la marioneta que parece que es cada vez que abre la boca en los medios.

Sin embargo, es obvio que a él le da igual, porque sigue erre que erre cada vez con más insistencia, virulencia y casi diría que indecencia.

La última vez que me sacó de mis casillas fue después del atentado de Barajas, cuando lo vi en una rueda de prensa exigir, literalmente, la dimisión del presidente electo de un gobierno democrático (el de España, para ser precisos).

Querido Alcaraz: ¿sabe lo que significa la palabra "exigir"? Por otro lado, ¿sabe que en este país no sólo vota usted? Reflexione, reflexione: usted no tiene autoridad ni para exigir a su mujer que le haga unos huevos fritos, no se ponga en ridículo jugando a poner y quitar presidentes de gobierno como si fueran los clicks de Famobil.

Bueno, pues ahora resulta que la AVT no va a apoyar la convocatoria de manifestación de los sindicatos "porque está politizada". Como si no fuera un discurso político exigir al presidente del gobierno que dimita.

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Y, mientras, todos en general a lo viva el esperpento: que si lema por aquí, lema por allá, que si yo voy a la tuya pero no la tenías que haber convocado, que si pues yo me hago de rogar y a lo mejor me la hago yo mismo con mi mecanismo...

En una palabra: patético. Pero que muy patético.

lunes, 8 de enero de 2007

Entrada nº222

Perdónenme de nuevo por pesadín, pero ¿de qué serviría tener un blog si uno se resiste a abandonarse a sus instintos humanos?

Cito del editorial del número especial de Fuzzy Sets and Systems que bla, bla, bla:

Fuzzy logic and soft computing evolved over years in directions of their theoretical foundations and applications. This special issue contains seven papers, which are extended versions of the papers selected from more than three hundred ones presented at the 11th World Congress of International Fuzzy Systems Association (IFSA2005), held in Beijing, China, July 28-31, 2005. The main theme centers on the fundamentals of fuzzy logic and soft computing, with five papers forming the first part and addressing several important issues of mathematics of fuzzy set theory. The second part of the special issue consists of two application papers, which were recommended by a selection committee for the Best Student Paper Awards at IFSA2005 Congress.

(…)

The last paper in the first part is by P.Teran, and it contributes to the very important topic of combining randomness and fuzziness in a single framework. This paper provides a probabilistic foundation for measurement modelling of fuzzy random variables. In particular, a strong law of large numbers and a central limit theorem are proved for a large class of fuzzy random variables.


Qué bien suenan las cosas cuando las dicen de uno.

sábado, 6 de enero de 2007

Reyes

Me acabo de dar cuenta de que ya han pasado los Reyes, o casi, y yo me había hecho el propósito de colgar aquí un regalo para todas las gentes de buena voluntad.

Se trata de un enlace para bajarse entero el primer disco de un grupo de Québec llamado Unexpect, que me parece buenísimo. Desgraciadamente, sólo conozco una persona en el mundo a la que creo que le gustaría y no sólo me llevo muy mal con él sino que hace tiempo que tampoco se pasa por aquí. Pero bueno, todo sea por compartir.

Para que nadie se sienta tentado de descargar cosas inútilmente, he subido la primera canción: Chromatic chimera. Después de los dos primeros minutos, todo el mundo sabrá si va a bajarse el disco entero o no.

También hay reseñas aquí, para los que deseen reafirmarse en que el mundo del arte va muy mal.

Y el disco lo encontré aquí: In a flesh aquarium. Fue amor a primer oído.


PD: La visita nº6000 no corresponde a ninguno de los sospechosos habituales (por Google desde Perú). Así que habrá que posponer el premio hasta la 7000.

El nombre de la cosa

Ella y él salieron a echar un pitu y yo aproveché a salir también. Resulta que ella le ha comprado a su él de ella un libro, aunque había compensado lo del libro “con tres películas”. Parece un intento loable, no sé si le dirá: “Mira, los Reyes te han traído cuatro películas, hay una que tiene la caja un poco rara y con páginas por dentro…”

Entonces la conversación se escapó a terrenos inverosímiles: que si iba a salir el número no sé cuántos de Harry Potter el siete de julio, que si iba a salir la película no sé cuántos, ella que si en las películas no respetaban el libro escena por escena y pasaban por alto “hilos enteros del libro”, él que se los lee en inglés y que si en las películas le parecía que quedaba todo muy apretujado, y yo pensando: “Madre de Dios, ¿dónde he caído que la gente habla en público de haber visto las películas de Harry Potter?”

No sólo eso, sino que ya tengo costumbre de explicar periódicamente por qué yo no leo los libros de Harry Potter. Viene a ser algo así:

-¿Por qué iba a hacerlo? Está claro que no estoy en el público potencial de esos libros.
-Porque están muy bien.
-Pero tengo otras cosas que hacer que me parecen más interesantes.
-Pero si los leyeras seguramente te gustarían.
-Pero tengo muchas cosas por leer que sé que me gustarán y que además tengo interés por leer.
-Pues deberías leerlos.
-Además tienen mucho éxito, lo que los pone a la cola de mis preferencias.
-Pero si tienen éxito es porque le gustan a la gente, con lo que es fácil que te gusten a ti también.
-Pues yo prefiero leer un libro del que no sepa nada a un libro de éxito.
-Allá tú, porque si los leyeras yo creo que te gustarían.

Total, que a todo esto la conversación iba de mal en peor: ella criticando el final de “El último merovingio” (ay, si supieran ustedes a cuánta gente se oye criticar ese final) y que si le habían gustado mucho no sé qué novelas de Matilde Asensi (creo que dijo), yo me decía: no sé si viviré en un universo librístico extraño, él que le gustaban más las de Julia Navarro (o algo así), sobre todo “La Biblia de barro”. Ella, en el colmo del paroxismo, empezó a lamentarse en voz alta de que no hubiera más novelas de Dan Brown, le habían encantado todas, “Ángeles y demonios” le había parecido muchísimo mejor que “El código Da Vinci”, yo no sabía dónde meterme, ¿y si pasaba en ese momento alguien que me conocía?, a él le gustó más la película que el libro (gente que ha leído el libro y visto la película, ¡así que es verdad que existen!).

Entonces él dijo no sé qué (mientras yo intentaba protegerme del resplandor con las manos, no fueran a iluminarme sin mi consentimiento) de “El nombre de la rosa”, y ella dijo: ““El nombre de la rosa”, hace poco me la volví a leer, para ver si pillaba el porqué del título”.

¿?

Yo no he leído la novela ni he visto la película ni sé de qué trata, aparte de que mueren unos monjes porque se les pone el dedo negro. Pero siempre he dado por hecho que todo el mundo pensaba lo mismo que yo sobre el origen de ese título.

Vamos, me he quedado sorprendidísimo. Así que si alguien tiene pruebas fehacientes de mi error, por favor que me saque de él.

lunes, 1 de enero de 2007

Cuatro (III)

Como no puede ser que la familia Strauss tenga el monopolio de la música de Año Nuevo, aquí estamos nosotros para proponer alternativas, en este caso música tranquila y apta para la post-Nochevieja.

1. Epica: Solitary ground. Grupo holandés que lleva tres discos; ésta es una versión alternativa de una canción del segundo, que aparece tanto en el single homónimo como en su último trabajo The Score (2005). Practican una curiosa fusión de sonidos metálicos más tradicionales con música incidental, dando un resultado bastante accesible que ha encontrado su nicho comercial al hilo del éxito mediático de Evanescence (como muchos otros grupos más meritorios que cualquiera de los dos). Yo soy muy escéptico respecto a la perdurabilidad de su música, pero esta canción me encanta (huyan de las otras dos versiones que han publicado).

2. Opeth: In my time of need. Aunque uno nunca hubiera oído hablar de la etiqueta death metal, pocos segundos tardaría en sacar la conclusión de que esto no es death metal. En 2003, el grupo sueco liderado por el excelente vocalista Mikael Åkerfeldt sacó Damnation, que podríamos calificar como "disco de baladas", para desintoxicarse de una larga gira. Supongo que más de unos pocos fans se debieron de rasgar las vestiduras, aunque, como suele ocurrir, fue una contribución decisiva a la popularización del grupo.

3. Shadow Gallery: Vow. Arreglos vocales, melodías y armonías muy cuidadas en esta larga balada-himno (más de ocho minutos) en la que -como de costumbre en este grupo- casi todo es impecable. De su último disco Room V (2005).

4. Pain of Salvation: Iter impius. Y, para acabar, más suecos. Su disco Be (2004) es probablemente uno de los más pretenciosos de la historia. Comienza (en la pista I am) con el nacimiento de Dios, narra la creación, crecimiento y extinción de los seres humanos y concluye cuando una misión robótica a Marte, enviada en los últimos días de la humanidad, toma consciencia de sí misma y se convierte en un nuevo Dios, todo eso en 70 minutos. La canción es, claro, la elegía del último ser humano sobre la Tierra (¡música para el Año Nuevo!), en la que sobresale la delicada construcción de un larguísimo crescendo de tensión y la versatilidad vocal de Daniel Gildenlöw, especialmente en el dramático último tercio.