sábado, 30 de agosto de 2008

Más música

Ya saben que me gusta compartir cuando descubro música buena y sorprendente. Aunque normalmente el resto del mundo sólo coincide en lo de "sorprendente".

En este caso, Venetian Snares es el nombre con el que publica un individuo de Winnipeg (Canadá), capaz de sacar hasta cinco o seis discos por año.

Una canción, aquí.

El disco, My downfall (original soundtrack), se puede descargar aquí.

Lo más orientativo que puedo decir, como extranjero en estos estilos, es que es música electrónica, que combina pseudo-clásica-contemporánea con partes de una densidad rítmica fascinante. En el enlace que pongo lo catalogan como "Modern Classic, IDM, Breakcore, Experimental", sea lo que sea que eso signifique.

La descripción de Bliss puede ser la mejor: "No me gusta. Parece R2D2 hablando".

miércoles, 27 de agosto de 2008

Open hands, full pockets

Iba a hacer otra entrada sobre el tema del "open access", al hilo de los comentarios de Ángel, que habían sido muy interesantes. De hecho, llevaba folio y medio escrito.

Pero he entrado en la web de la PLoS, le he echado un ojo con calma y me parece que vamos directos al abismo, así que más vale que cada cual disfrute como quiera antes de la debacle.

***

En comparación con esto, la distribución piramidal y la democracia representativa parecen ideadas por genios.

martes, 26 de agosto de 2008

...es por que no quiere

Acaso ignoren que todos los días entra gente en este blog, a través de Google, buscando "cómo liarse con una tía" o cosas parecidas (a causa de esto).

Pues resulta que buscando en Google la palabra "liarse", salimos en primer lugar.

Gracias, gracias. De nuevo ejerciendo de punto de referencia en los temas capitales...

Para leer ciencia-ficción, basta abrir el periódico

"El gobierno británico pierde un lápiz de memoria con datos de 84000 delincuentes".

viernes, 22 de agosto de 2008

Conversaciones del mundo real

Pues nada, días y días sin conexión, ni portátil, ni nada.

En el registro de la Universidad de Oviedo:

-...y como eran dos plazas que iban juntas, pues ahora he pensado que no sé si a lo mejor había que pagar derechos de examen para las dos por separado, o no.

-No lo sé, mire, eso lo tiene que preguntar en Ordenación Académica.

-Bueno, me lo preguntaré a mí misma.

-Es que yo no tengo ni idea, eso tiene que preguntárselo a ellos.

-Nada, ya lo consultaré a alguien en el Servicio. Hasta luego. Y gracias, ¿eh?

-Hasta luego.

La señora se va. Pausa.

-Oye, ¿esa era la vicerrectora?

-¿Quién?

-La que se acaba de ir.

-No sé, no la he visto.

-No, como me dice que "Me lo voy a preguntar a mí misma". Déjame ver...

La funcionaria mira los papeles que ha dejado la señora.

-Sí, sí, Paz Nosequé. Sí.

Y ya me toca a mí.

-Vengo porque bla, bla, bla, bla...

-Sí, aquí donde "Dirigido a:" tienes que poner "Servicio de Ordenación Académica"...

martes, 5 de agosto de 2008

Vender el puente de Brooklyn es fácil; lo difícil es venderlo barato

Supongamos que yo escribo un relato, pongamos que de 8 páginas. Podría colgarlo en mi web (si tuviera), pero decido enviarlo a una revista literaria, ya que no parece que publicar en mi web aporte mucho valor a mi currículum.

Me pongo en contacto con un editor, que me explica sus condiciones. Cuando lo reciba, se lo enviará a varios escritores profesionales, que decidirán si es oportuna o no su publicación. Esos escritores no cobrarán nada por su tarea de asesoramiento. Si su recomendación es positiva, se subirá mi relato a la web de la revista, donde, al margen de la publicación, me ofrece servicios tales como: que la gente pueda dejar comentarios, que pinchando en un enlace les salga la búsqueda del relato en Google, y similares. Además, yo perderé el control sobre la distribución del relato, ya que aparecerá con una licencia Creative Commons asín y asán.

Todo eso será mío en cuanto formalice la publicación de mi relato en su revista pagándole, pongamos, 1200 euros.

Sorprendente, ¿eh?

Pero más sorprendente sería si esa editorial se llamara a sí misma una organización sin ánimo de lucro, ¿o no?

¿Y si recibiera millones de dólares al año en donaciones (desgravables) de filántropos despistados?

¿Y si declarara que, aun así, tiene pérdidas?


Pues existe.


Y, ¿de dónde sale el dinero que se va por ese agujero negro financiero? Pues de los presupuestos nacionales para la investigación científica.

¿En qué mundo, sino en uno donde a todo el mundo le parece normal firmar alucinantes contratos regalando los rendimientos de su trabajo a corporaciones editoriales que luego anuncian beneficios de muchos cientos de millones de euros al año, podría ocurrir lo que estoy narrando?