jueves, 30 de diciembre de 2010

¿Y qué tiene de bueno Primer? (I)

Hay un punto en el que ya no se puede disociar más la valoración de una obra de las características de la persona que la hace. Supongamos, por decir algo, que el autor de una novela puede aburrir durante un cuarto de hora al lector sin que este proteste. Para un lector A que avanza a 150 páginas por hora, el autor puede irse por los cerros de Úbeda durante casi 40 páginas sin que se impaciente. Para un lector B que avanza a 30 páginas por hora, cada 7 páginas tiene que pasar algo. A puede disfrutar de una novela que a B le implicaría aburrirse durante segmentos de 75 minutos, cosa a la que probablemente no esté dispuesto; en una novela que sostiene el interés de B, A encuentra que pasa algo cada tres minutos de lectura: un correcalles lioso donde ninguna situación se desarrolla con la calma necesaria.

Cuando yo estuve en Francia comprendí esto con mucha claridad, porque el único francés que sabía era el de un cursillo de 60 horas. Me compré un taco de novelas de Philip K. Dick que en ese momento no se encontraban en España y empecé a leer por la que me pareció más fácil; era esa en la que el tiempo va hacia atrás, no sé cómo se llama aquí. Pues bien, la velocidad que llevaba al principio era de 8 páginas por hora (yo sabía que leía relatos de Dick a 140 páginas/hora en español), y después de 10-11 páginas me quedaba agotado. A esa velocidad y con esa potencia, les aseguro que una novela tiene un aspecto completamente distinto y que uno está tan liado tratando de esquivar los árboles que no se hace ni idea de la estructura global del bosque, ni de la evolución de los personajes, ni de los temas de fondo, ni de nada, y tres páginas seguidas donde uno no recibe nada por su esfuerzo son una pequeña tortura.

El caso es que, como recordaba ayer en un comentario, mi memoria visual es mínima, lo que hace mi relación con el cine bastante inhabitual. En la vida real, yo no reconozco las cosas por su aspecto sino por detalles de su estructura o por su relación con otras cosas. Supongo que Bliss tiene muchas anécdotas, yo me acuerdo de que a veces estoy preparando las bandejas para comer y me da la impresión de que falta algo y no sé lo que es, miro la bandeja tratando de analizarla pero no me doy cuenta porque, claro, no tengo ninguna imagen en la memoria de cómo debe quedar la bandeja con todas sus cosas puestas. A lo mejor es que había vasos fregados y a Bliss se le ha ocurrido meterlos en el armario sin decirme nada; al sacar los platos yo habría visto los vasos, pero al no verlos y no tener tampoco la imagen mental en la que sí están los vasos, no soy capaz de reconstruir qué es lo que ha fallado y por qué tengo la vaga impresión de que hay más espacio vacío en la bandeja del que debería. Se harán cargo de que descodificar una obra escrita en forma de códigos visuales me es, como poco, una fuente de quebraderos de cabeza.

En una película, gran parte de la caracterización e incluso de las motivaciones de los personajes nunca se cuenta. Está codificada en la forma de vestir, en el color del pelo, en el tipo de planos con que se describen sus acciones, en el maquillaje de los actores... Además, se acepta que todo debe resolverse mediante recursos visuales; para mí, todo eso es un idioma extranjero. En cambio, todos los detalles que me sirven de guía suelen estar horriblemente representados en el trabajo de los actores. Por ejemplo, suele ocurrir que aparecen en escena dos personajes que se conocen hace mucho tiempo. En el mundo real, al juntarse dos conocidos su lenguaje corporal cambia y se sincroniza; de hecho, mientras uno habla el lenguaje corporal del otro se modifica según cómo cree que la frase va a continuar, y el del uno se adapta anticipadamente a la reacción que cree que va a provocar. Hay toda una conversación silenciosa que transcurre unos momentos por delante de la verbal. (Esto no se trabaja mucho en las escuelas de arte dramático.)

Así que, en vez de ver en la pantalla una exitosa profesional liberal segura de sí misma tomando un café con un idealista compañero de la universidad al que ha dejado su pareja, yo veo una mujer y un hombre de los que no sé nada excepto que se han reunido para fingir que se conocen.

En suma: el cine no es para mí.

En este contexto es en el que hay que entender mi afirmación totalmente seria y sincera de que Primer es la única película que conozco que vale la pena ver.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

2010

Una de mis grandes ideas para el 2010 era escribir una pequeña reseña de cada libro que leyera. Lo hice con el primero y ahí se acabó la cosa. Bien por la perseverancia.

Lo cierto es que no he leído ningún libro bueno este año. Además, los libros no han salido aún de las cajas de la última mudanza, por lo que no puedo hacer una selección como yo querría. De todas formas, cinco libros que he leído este año son los siguientes:


Sobre la fotografía, de Susan Sontag. Una recopilación de textos para la New York Review of Books. Leer unas pocas páginas tomadas al azar es interesante.
Profundidad: **. Lucidez: **. Valor <18: ****.

Curso de literatura europea, de Vladimir Nabokov. En realidad está elaborado a partir de apuntes de alumnos de un curso de Nabokov en el que repasa varias novelas europeas.
Profundidad: ***. Lucidez: **. Valor <18: *.

La torre de cristal, de Robert Silverberg. Empieza muy bien y va decayendo sin parar hasta llegar a un final que se lee por educación.
Profundidad: **. Lucidez: *. Valor <18: ***.

La guerra interminable, de Joe Haldeman. Una de las muchas presuntas "obras maestras" de la ciencia-ficción que en realidad son perfectamente olvidables.
Profundidad: *. Lucidez: **. Valor <18: **.

Alba Cromm, de Vicente Luis Mora. Una buena lección: nunca creas al autor cuando promociona su obra.
Profundidad: 0. Lucidez: *. Valor <18: **.


También, ya puestos, me acuerdo de alguna película que he visto.


Primer, de Shane Carruth. Es la única película que recomiendo ver.
Profundidad: ***. Lucidez: *****. Valor <18: *****.

Origen, de Christopher Nolan. Un horror.
Profundidad: 0. Lucidez: *. Valor <18: ***.

Avatar, de James Cameron. Lo que cabía esperar.
Profundidad: 0. Lucidez: 0. Valor <18: *.


Pues eso, alguna valoración es un poco minoritaria. Los ejes también son un poco sui generis :)

domingo, 26 de diciembre de 2010

Viajes que hicimos solos

Una vez salió un nuevo disco de un grupo que me interesaba. El día que se puso a la venta fui a comprarlo por la tarde. Por la mañana traté de ver si era fácil encontrarlo en la red para su descarga. Yo nunca había intentado descargar un disco, simplemente tenía curiosidad sobre si era fácil. Encontré que Google cumple perfectamente su función y que el disco ya llevaba veinte días dando vueltas por el mundo virtual.

Compré el disco como había pensado, llegué a casa, lo metí en mi reproductor de CD y no sonó nada. Resultó que venía de fábrica saboteado para no funcionar en el reproductor de un ordenador.


Podría traer a colación varias moralejas distintas de esta historia, todas ellas bastante obvias para cualquiera excepto, aparentemente, para la industria de los contenidos. Pero lo importante es la fecha: 2003. Ahora estamos en 2010. Los recientes exabruptos de Alejandro Sanz o Javier Bardem nos suenan como salidos de tiempos aún anteriores.

En 2003, más bien antes, la industria musical debería haber tenido listo un modelo de negocio a través de Internet. Un modelo sin costes de fabricación de soportes físicos, con unos costes de distribución prácticamente nulos y con una reducción drástica del tiempo entre masterización y puesta a la venta. Pero, claro, ¿quién aceptaría voluntariamente vender el contenido de un CD por 4€ cuando tiene millones de clientes acostumbrados a pagar 20€ por ese contenido más un trozo de plástico? Un trozo de plástico que, por cierto, no cabe dentro de un reproductor de ficheros mp3.

En 2006, dejé de comprar discos, harto de llegar a casa y no poder oírlos. Las tiendas que se negaban a devolverme mi dinero tras venderme CDs que no se reproducían en un aparato perfectamente operativo cerraron hace años.

Pero, si yo compraba 25-30 discos al año, por 20€ c.u., y ahora no compro ninguno, la explicación de algunas luminarias no es que la industria musical ha sido increíblemente inepta, ha alienado a sus clientes y ha atraído el desastre sobre sí misma comportándose de forma suicida, sino que, obviamente, yo soy un ladrón que se refocila en "la orgía del crimen, la bacanal de violaciones a terceras personas" por el mero hecho de negarme a seguir aportando 600€ al año a una maquinaria empresarial obsoleta.

En 2003, a las voces de "ladrones" se podía haber contestado legítimamente: "Vamos a ver, señores, ¿ustedes han hecho su trabajo? ¿Se han adaptado a las nuevas tecnologías?" Seguir oyendo lo mismo años y años después es surrealista; pero peor aún es que tengan la noción de que aún hay alguien escuchándoles, y que por escribir un texto semianalfabeto en El País por fin se les va a hacer algún tipo de caso.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

¡Adiós, Pinín! ¡Adiós, Cordera! ¡Adiós, creadores!

Los lleva un tren que no se sabe a dónde va. Esperamos que ni al frente ni al matadero como los del cuento de Clarín, aunque no podemos asegurarlo.

Por un lado, Alejandro Sanz (para los que sean gente seria, Alejandro Sanz es un cantante) se desmelena en El País. Está claro que el nivel cultural del Sr.Sanz no ha crecido proporcionalmente al económico desde estos tiempos. Este hombre vive en su mansión y desde luego no piensa volver al mundo real.

Por otro, algunas de las noticias que han hecho referencia a la no aprobación (aún) de la "ley Sinde" hacían referencia a un manifiesto "por el copyright" al que se habrían adherido 150 escritores. Es alucinante que autores que gozan de una de las legislaciones de propiedad intelectual más garantistas del mundo firmen a favor de abandonarla por un sistema de copyright a la americana (sistema cuyo "garantismo" conocemos bien y sufrimos todos los científicos del mundo). Otros que perdieron de vista la puerta al mundo real.

Por último, hay algún despistado como el pobre Marcelino Iglesias, secretario de organización del PSOE, para el que la no aprobación de la "ley Sinde" implica la destrucción de "la mitad de la cultura", así, con comillas. No sabemos si se refiere a las páginas impares o a las pares. En cuanto sepa cuál es la mitad de las entradas de este blog que van a desaparecer, ya les aviso por si les quieren echar un ojo antes de su pérdida definitiva.

¿Es que no hay nadie en ese "bando" capaz de hacer análisis con un mínimo de sentido de la supervivencia? ¿Desde cuando se puede ganar una guerra abierta contra los ciudadanos que te dan de comer? ¿Cuándo la inmensa mayoría de autores va a plantarse y decir: oigan, que a mí Alejandro Sanz y otros empresarios millonarios no me representan, que esos adalides de la cultura que luego escriben "por su puesto" en un periódico no me defienden a mí sino a sus intereses económicos y los de una industria parásita? Porque, si no, van ir todos al mismo sitio y en el mismo vagón, y a no mucho tardar.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Herramientas

Desde siempre, una de las cosas más graciosas ha sido usar las herramientas para lo que no son. Por ejemplo, usar un prisma para descomponer la luz blanca, cuando todo el mundo sabe que un prisma es para... este... En fin, que hoy vamos a ver tres ejemplos.

1. Usar Google Books Ngram Viewer para hacer arte visual.

Yo he elegido los gráficos autorreferentes, es decir, cuya forma se parece a lo que representan. Valga como ejemplo la siguiente obra conceptual intitulada Batman self-graph (se puede pinchar para verlo más grande).



2. Usar Six Degrees of Wikipedia para escribir poesía.

a) Cogemos tres pares de términos que no tengan nada que ver:

Anakin Skywalker --- Pera
Moneda --- Carbón
Suelo --- Hell Patrol

b) Los metemos en la máquina, que busca formas de llegar de uno a otro a través de enlaces en la Wikipedia inglesa:

Anakin Skywalker - Cyborg - New York - Pear
Coal - Christmas stocking - Coin
Hell Patrol - Greece - Olive - Soil

c) Repetimos con alguna otra combinación:

Cyborg - Fiction - Santa Claus - Christmas stocking
Cyborg - Brain - Europe - Olive
Brain - Immortality - Fiction

d) Arrejuntamos todo con un poco de buena voluntad:

Christmas, and I feel
Like a piece of fiction.
A coal-powered cyborg flying over New York
Or a Greek hero descending into Hades.
I sip from my tea again
And fantasize with immortality.
To play, insert coin.
Insert coin.




3. Usar Google Sets para escribir reflexiones de gran alcance.

a) Robamos un poema cualquiera, da igual cuál porque nadie se va a dar cuenta:
A Lament

O World! O Life! O Time!
On whose last steps I climb,
Trembling at that where I had stood before;
When will return the glory of your prime?
No more -Oh, never more!

Out of the day and night
A joy has taken flight:
Fresh spring, and summer, and winter hoar
Move my faint heart with grief, but with delight
No more -Oh, never more!

Percy Bysshe Shelley
b) Extraemos unas cuantas palabras que parezcan evocadoras o algo: time, trembling, day, joy, heart. Desgraciadamente solo podemos usar cinco de cada vez.

c) Las metemos en Google Sets, lo que nos da un listado de palabras sugeridas como "miembros del mismo conjunto": time - heart - day - man - number - part - life - numbers - scene - set - voice - way - government - etc...

d) Las hilvanamos una detrás de otra como se nos ocurra. Yo he respetado el orden para que fuera más interesante:

Isn't time one of the main concerns at the heart of present day's man? The number of parts a life's tale can be divided into seems to have exploded. Airing Twitter announcements by the hour, we indulge in crediting ourselves with such big numbers of milestones that the scene is set for some crazy future perspectives. Would you like to voice your judgments on the way the government is handling things, say, once a week? You needn't wait four years anymore. The case is, it is now technologically possible -and, it seems, socially desirable- for a person to draw online scrutinizing eyes to her work and lifestyle. I don't think politicians should be a different thing. That group's disinterest in the new, Internet-based social trends has so far been hidden behind typical handwaving and child-like reasoning. Four years is too long a time in the Facebook era, and I'm making a point here.

Si sale algo que tenga sentido, ganamos un punto extra.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Sin comentarios

El equipo de Gobierno de la Universidad os desea unas Felices Fiestas y un excelente 2011.

Vicente Gotor
Rector




Rectorado
Universidad de Oviedo
San Francisco 3, 33003-Oviedo
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sábado, 11 de diciembre de 2010

Aparcamiento

Tengo que reiniciar el ordenador (no me arranca la hoja de cálculo del Open Office), así que voy a aparcar aquí un interesante artículo que estoy leyendo.


Madelena Gonzalez (2008). The Aesthetics of Post-Realism and the Obscenification of Everyday Life: The Novel in the Age of Technology. JNT: Journal of Narrative Theory 38, 111–133.


Volviendo a meter la bota en el charco, ojalá Prytania publicara artículos así con alguna frecuencia...

viernes, 10 de diciembre de 2010

Sinceramente, no sé explicar en un título el hilo conductor de esta entrada; yo quería que lo hubiera, de verdad

Hace algunos días, aparecía esta entrada de Sergio Parra en Genciencia. El título y tema es "Cuando la autoridad científica no permite que la ciencia progrese".

A veces, uno no entiende muy bien algunas discusiones. Si los científicos son humanos y los humanos son como son, que lo son, entonces por supuesto que tendrá que haber casos de autoridades científicas que hayan tratado de bloquear el ascenso de mejores teorías para no perder su estatus. Más interesante es la pregunta de qué mecanismos existen para evitarlo, y si funcionan bien o no.

Leí una vez un texto del probabilista holandés Piet Groeneboom, en el que comparaba el mundillo de la música con el de las matemáticas. Si no recuerdo mal, Groeneboom había visto como un profesor criticaba como errónea la forma en que un estudiante ya avanzado interpretaba una partitura (no lo escrito en ella, sino lo no escrito, el cómo se suponía que la obra tenía que sonar). Él se preguntaba, ante el "silencio cómplice" de los otros concurrentes, qué hacía que la interpretación tradicional fuese "correcta" y la del estudiante "incorrecta", y reflexionaba que en las matemáticas la situación es opuesta: un estudiante brillante puede proponer un punto de vista original y nadie supone que "por defecto" es un error de su formación y lo que debe hacer es aprender bien la interpretación tradicional.

Al margen de las prevenciones con que uno quiera tomar esta historia en mi torpe versión, con las que probablemente esté de acuerdo, un rasgo fundamental de la ciencia es el desprecio por el principio de autoridad, que lleva asociada también la fantástica idea de que cualquiera puede cuestionar a cualquiera por cualquier cosa.

El problema es cuando la cosa opera al contrario, que no es que Fulanito nos intente convencer de algo y lo aceptemos porque él lo vale, sino que nosotros vamos a Fulanito a preguntarle: Fulanito, tú que eres muy listo, ¿qué opinas de...? A veces, "qué opinas de" significa "Por favor, ahórrame el esfuerzo de pensar por mí mismo en este tema al que no pienso dedicar ningún tiempo. Simplemente diré lo mismo que tú y haré ver que estoy en la onda, además si alguien me contradice le diré: Pues hace poco estuve hablando con Fulanito y me dijo que piensa lo mismo que yo, así que no debe de ser tan absurdo."

La opinión de los fulanitos del mundo a veces se extiende sin que el fulanito haga ningún esfuerzo al respecto, simplemente por descuido ajeno al olvidar ejercer los más elementales derechos/obligaciones/higiene mental.

De todas formas, a lo que yo iba es que muchas veces, en las obras de divulgación, se da una reescritura simplista de la historia basada en un sentimiento ingenuo de "necesidad histórica" de los progresos científicos. Es decir:
a) Menganito tuvo una idea.
b) Fulanito no puso nada de su parte para que Menganito desarrollara su idea.
c) Décadas después, pensamos que la idea de Menganito fue fantástica, y qué pena que tardara tanto en alcanzar su estatus actual.

Aquí llega el revisionismo:
d) Por lo tanto, Fulanito es un malvado que se quiso cargar a Menganito porque le caía mal, porque su idea amenazaba a la teoría de Fulanito, porque era un homófobo racista sexista, etc.

Cuando lo que probablemente haya ocurrido multitud de veces es nada más que Fulanito pensó que era una idea pésima, que contradecía teorías que él consideraba sólidas y bien establecidas, que no era prometedora en comparación con otros enfoques que se estaban siguiendo, que era similar a otras de las que Menganito nunca había oído hablar pero que habían fracasado en el pasado, o tenía un prejuicio sobre el talento de Menganito (como lo tenemos nosotros ahora porque Menganito sale en los libros de divulgación, pero de signo contrario).

Por acudir a un caso citado por Sergio Parra en su entrada, cuando Leopold Kronecker (no Felix Klein) frustró reiteradamente la ambición de Cantor de ocupar una cátedra en Berlín (entonces el centro neurálgico de la matemática alemana), ¿fue porque Kronecker consideraba que Cantor era demasiado listo para tenerlo cerca, como parece que hoy nos gusta pensar, o porque consideraba que era demasiado tonto?

En la correspondencia entre Cantor y Dedekind (creo recordar), el propio Cantor relata que, cuando acusó abiertamente a Kronecker, la reacción de este fue de sorpresa. Cantor le pedía una reconciliación y quizás Kronecker ni siquiera sabía que estaban desconciliados. Quizá había ofrecido los puestos simplemente a quienes le parecían más aptos (y habremos de creer que eso es lo mismo que Cantor hizo en Halle cuando ofreció una cátedra a Dedekind).

Dada la inmensa influencia de Cantor y los matemáticos a su vez influidos por él (como Hilbert, Hausdorff, Zermelo, Peano, Bernstein, por decir alguno), desde nuestra perspectiva podemos sentirnos tentados de pensar que Kronecker iba por el mundo diciendo que Cantor era un charlatán porque creía que era un genio; pero yo me inclino a pensar que simplemente creía que era un charlatán. Al fin y al cabo, gente como Poincaré tenía poco bueno que decir del trabajo de Cantor, e incluso alguno de sus partidarios, como Russell, considera (en The principles of mathematics) erróneo algún punto de vista suyo que hoy día es estándar.

La consideración que en un determinado momento se tiene de equis científicos, como la que puedan merecer literatos, artistas o pensadores, depende del contexto en que se inserta el acto de valorar. "Fulanito es una figura central..."; pero, ¿está en el centro de qué? Será central por ser central en algo que mucha gente considera central, y lo considera así por la combinación de un complejísimo cúmulo de circunstancias; en algún sentido, Bach y El Quijote son inventos de épocas posteriores, y no están libres de volver al olvido. (Cuando uno lee que la importancia del Quijote, dicho con las palabras que sean, es ser una especie de precursor del posmodernismo, en una lectura en la que lo único que se destaca es la "metaficcionalidad", la no fiabilidad del narrador o la distancia paródica, se pregunta... en fin, de nuevo es otra historia.) A lo mejor pasado mañana encontramos el centro en otra parte.

Un ejemplo que me gusta es el físico Gabriele Veneziano. Junto con otras personas, Veneziano propuso la primera versión de una teoría de cuerdas. Incluso en los relatos de sus posteriores reivindicadores (de nuevo de memoria, p.ej. El universo elegante de Greene) se explica, y no hay por qué no creérselo, que esa teoría no podía resolver los problemas para los que fue concebida, que tuvo un impacto mínimo, que se comprobó que no funcionaba y que el ascenso de la cromodinámica cuántica acabó con ella.

Pasó una larga temporada flotando en la nada, hasta que surgieron las teorías supersimétricas de cuerdas, unas teorías distintas para resolver problemas distintos, lo que no es óbice para que, hoy que los cuerdistas mandan en la física teórica, Veneziano haya sido incorporado al relato de esas teorías como gran precursor y, de hecho, se pase la vida viajando a recibir premios. Ha recibido hasta el premio James Joyce, que lo faculta como figura central de la talla de Will Ferrell, Hans Blix y Gary Lineker (ya no nos acordamos de quién era Blix, ¿eh?)

La pregunta es: si la teoría de cuerdas fracasa, a ver quién se va a acordar de Veneziano ("físico teórico italiano y fundador de la teoría de cuerdas", Wikipedia). A lo mejor, hasta se queda con la culpa de todo.

Y hasta aquí hemos llegado en este paseo decembrino.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Democracia, decisión en grupo, etc. (I)

El lunes vuelvo a Zaragoza, a ver si me pegan con una llave inglesa en la cabeza y rearrancamos la línea de investigación que quedó cortada cuando dejé esa universidad para tomarme un año sabático (que duró ocho días, pero esa es otra historia). A ver si cuento un poco de qué trata la cosa.

Decisión multicriterio. Supongamos que tenemos que comprar un coche, por decir algo. Podemos pensar en varios criterios que queremos que el coche satisfaga: que sea seguro, que sea fiable, que sea cómodo, que consuma poco, que sea barato... Çon una idea clara de lo que queremos, acabaremos con una lista de candidatos más o menos pequeña, en la que descubriremos que ningún coche es el mejor en todo lo que queremos. Por ejemplo, quizás los coches más fiables y más seguros sean menos baratos: hay conflictos entre las preferencias que nos indican los distintos criterios. El problema de decisión multicriterio sería: ¿qué coche tengo que elegir?

Puede ser un problema de elegir la mejor alternativa o también de ordenar de más a menos preferible las alternativas. Por ejemplo, si queremos fichar un jugador de fútbol para una determinada posición, los criterios podrían ser: velocidad, habilidad, juego sin balón, experiencia, precio, camisetas que se espera vender, comisiones extraoficiales que de alguna oscura manera van a revertir a nuestros bolsillos... Pero en este caso debemos ordenar los candidatos, ya que los coches no se pueden negar a ser comprados pero las personas (aún) sí.

Hay muchos métodos para resolver problemas multicriterio. Ninguno de ellos es bueno, porque pretenden responder preguntas que no tienen respuesta. No existe "la" solución "verdadera" del problema, y ante los mismos datos un método y otro pueden proponer conclusiones distintas. Por supuesto que hay casos en los que todos los métodos dan el mismo resultado, pero normalmente es porque la solución se ve tan a las claras que no haría falta matematizar el asunto. Es decir, no es que exista un problema bien formulado con solución única y se busquen métodos que garanticen identificar esa solución, sino que se tiene una pregunta que probablemente no tiene solución pero nosotros queremos una respuesta igualmente. (No sé de otras, pero esto es muy propio de nuestra civilización: ¿para qué dedicar tiempo a pensar cuáles son las preguntas correctas, cuando podemos avanzar hacia alguna parte elaborando respuestas cada vez más sofisticadas a la primera pregunta que se nos ocurra?)

Proceso analítico jerárquico. Es un método para resolver problemas multicriterio. Se basa en despedazar (analizar) el problema formando una jerarquía de la que surge una cantidad muy grande de problemas muy pequeños; se resuelven esos miniproblemas y se echa una cierta cantidad de cuentas para ir agrupando toda esa información a lo largo de la jerarquía.

Por coger el caso del coche, en la cima de la jerarquía tendríamos la meta de nuestro problema: elegir el coche que vamos a comprar. Dividimos el problema de acuerdo con los criterios que tenemos: por ejemplo, criterios económicos, criterios técnicos (de prestaciones o rendimiento), y criterios estéticos, o las categorías que nos parezcan. A su vez, dentro de los criterios económicos podríamos tener el precio, el consumo y el coste previsto de mantenimiento dada la marca. Dentro de los "estéticos" tendríamos el gusto visual que nos dé, la consideración que tenemos de la marca, el estatus social asociado a ese modelo,... Todos estos serían subcriterios. Y dentro de cada subcriterio, nosotros podemos comparar las alternativas con relativa comodidad. Es decir: ¿cuál es el mejor, fijándonose exclusivamente en el precio?, ¿cuál es el mejor fijándonos en el consumo?, etc. Como se ve, es un enfoque netamente reduccionista.

Ahora nos quedan varios problemas: ¿Qué criterios son los más importantes? ¿Qué subcriterios son los más importantes dentro de cada criterio? ¿Qué coches son los mejores dentro de cada subcriterio? El quid de la cuestión es que todos estos problemas son del mismo tipo: ponderar la importancia que deben tener los elementos de un nivel de la jerarquía en la consideración del nodo del que dependen. Los tres criterios dependen del nodo "meta del problema"; los subcriterios "precio", "consumo" y "mantenimiento" dependen del nodo "criterios económicos", etc.

Así que hemos descompuesto el problema original en un número grande de problemas iguales consistentes en valorar qué importancia tienen unos cuantos elementos "competidores" respecto a un único nodo claramente definido. La competición entre los criterios económicos, técnicos y estéticos respecto a cuál es más relevante para elegir el coche es, esencialmente, igual a la competición entre los coches candidatos respecto a cuál es preferible en cuanto al precio, o en cuanto al estatus social. Y además se garantiza que los factores en conflicto nunca intervengan a la vez: se comparan por un lado sólo en cuanto al precio, y por otro sólo en cuanto al estatus social.

Vale. Hasta aquí ya hemos hecho dos fases: establecer la jerarquía y usarla para partir el problema en trozos pequeños en los que los distintos aspectos del problema no pueden entrar en conflicto. También hemos dicho que todos esos problemas son del mismo tipo: tenemos un conjunto de alternativas y queremos compararlas teniendo en cuenta exclusivamente el aspecto indicado por el nodo superior de la jerarquía del problema.

Para resolver cada miniproblema, vamos a coger un 100% de "importancia" y repartirlo entre las alternativas que sean. Como la capacidad humana para hacer este reparto decrece rápidamente con el número de alternativas (¿la alternativa 5 debería tener un 16% de importancia, o sería mejor un 19%?), se vuelve a despedazar el problema. Lo que se hace es comparar las alternativas por pares. Empezaríamos por el principio: respecto a la meta del problema, ¿qué es más importante, los criterios económicos o los técnicos? Pues pongamos que los económicos. ¿Cuánto de más importante? Aquí es donde aparecen ya los números. ¿Dos veces más importante? ¿Tres veces? ¿Ocho veces? Hombre, pues yo diría que dos veces, por ejemplo. Ahora, ¿qué es más importante, los criterios económicos o los estéticos? Pues los económicos, yo diría que podrían ser 5 veces más importantes. Y, ¿qué es más importante, los criterios técnicos o los estéticos? Pues yo diría que los técnicos, 2 veces más importantes. No digo que lo dijera yo, es un personaje imaginario ;)

Se trata de repartir el 100% en tres partes, tratando de respetar esas proporciones. Ya vemos que esto no se puede hacer, porque no puede ser que x sea 2 veces y, y sea 2 veces z, y x sea 5 veces z. Lo que se hace es buscar una solución aproximada, tampoco importa cómo (aquí, Sección 5, aunque no es la única forma). Pongamos que nos ha salido: criterios económicos, 60%; criterios técnicos, 28%; criterios estéticos, 12%. De la misma forma, dentro de los criterios económicos, compararíamos el precio con el consumo, el precio con el mantenimiento, y el consumo con el mantenimiento. Supongamos que sale: el precio, el 50%; el consumo, el 30%; el mantenimiento, el 20%. Y dentro del precio tenemos el modelo A el 40%, el B el 30%, el C el 20% y el D el 10%.

Esto quiere decir que el precio vale el 50% de los criterios económicos, y estos el 60% del total, así que el precio es el 30% (el 50% del 60%) del total. Y ese 30% tenemos que repartirlo entre los cuatro modelos, con lo que, por así decirlo, tendríamos:

Modelo A -- 12 puntos (el 40% de 30)
Modelo B -- 9 puntos (el 30% de 30)
Modelo C -- 6 puntos (el 20% de 30)
Modelo D -- 3 puntos (el 10% de 30)

Vamos haciendo todas las comparaciones hasta que agotemos todos los subcriterios, y solo se trata de sumar los "puntos" que ha sacado cada modelo en todos los subcriterios. Esto permite tanto elegir una alternativa como ordenar todas las alternativas si queremos.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Yo quiero tener un millón de amigos

Ante la negativa de una persona identificada como moderador de la página web literaturaprospectiva.com a permitirme ejercer el derecho de réplica a unos comentarios particularmente desafortunados sobre mí, realizados por Fernando Ángel Moreno, colaborador de dicha página y miembro de la asociación responsable de ella, y porque me apetece, transcribo aquí literalmente la susodicha réplica para que cada cual juzgue si es el tipo de respuesta que merece no pasar la moderación de un blog:

Fernando Ángel, mira, tú no eres familiar ni amigo mío, por lo que el que hagas las cosas mal ni me va ni me viene. Si tú crees que las haces bien, pues sigue así, ¿qué quieres que te diga?

Como ejemplo que has sacado a colación tú mismo, yo llevaba 380 páginas leídas de la tesis de Óscar Casado cuando tuve la nefasta idea de hacerle un par de consultas a través de los comentarios de este blog. El resultado de nuestro intercambio (mío y tuyo, no por parte de Óscar al que estoy muy agradecido) fue que comprendí que tenía cosas mejores que hacer que sacar tiempo de la nada para seguir leyéndola.

Te repito la pregunta: ¿Qué ganaste con ello?

Otra vez en este mismo blog te pregunté cómo conseguir tus artículos y pasaste de mí. También te pregunté si conocías dónde conseguir material docente de Teoría de la Literatura en Internet y pasaste igualmente de mí.

Si no comprendes que esa actitud está totalmente equivocada y es contraproducente, pues muy bien, sigue preguntándote el resto de tu vida por qué rayos será que algunos lectores no tienen una imagen exacta y amable de los académicos.

Un saludo cordial.


Desde aquí saludo a Nacho Illarregui, a quien felicito por su magnífica ecuanimidad.

Y cada palo, que aguante su vela.

El eterno retorno

Como sé que a alguno le pone que me peguen, la última ha sido en pastelesprincesadeasturias.com

En fin, en algún momento tendré que cumplir los 12 años...

viernes, 3 de diciembre de 2010

...en el amor, la guerra y el feminismo

Acabaremos teniendo que practicar la etnografía para entendernos con nuestros vecinos en el ascensor.

Resulta que en la Wikipedia en español hay un wikiproyecto sobre Ciencia, tecnología y género. Este wikiproyecto busca nuevos miembros, por lo que cualquiera de ustedes que no sepa qué hacer con su vida puede prestarles su colaboración.

Para que no prejuzguen lo que los responsables del wikiproyecto entienden por "ciencia, tecnología y género", les pongo algunas de las páginas a crear:

Capitalismo sobre bienes inmateriales
Feminismo en el medio rural
Feminismo en Japón
Diferencia salarial de género
Políticas de sexo y género
Mujer y trabajos del cuidado
Puntos de vista feministas sobre la pornografía
Mujeres, chicas y TIC
Técnica de recogida de datos
Experimentos basados en web

También hay un apartado de "feministas islámicas" a las que dar entrada en la Wikipedia. He pinchado en sus entradas en inglés o francés, y, por supuesto, su relación con la ciencia y la tecnología es inexistente (excepto quizás por utilizar el correo electrónico). Una fue la primera presidenta de la Unión Feminista Egipcia, otra es tertuliana en la tele francesa, y cosas así.


Este wikiproyecto está inserto en la categoría "Wikiproyectos: Ciencia". Tiene 16 miembros y sin embargo figura en un lugar prominente del tablón de la comunidad bajo el rótulo "Si tu wikiproyecto tiene menos de 10 usuarios y buscas nuevos voluntarios, agrégalo a esta lista". Eso sí, uno de los objetivos que proclama el proyecto es "Añadir en otros artículos aportaciones ... para garantizar el punto de vista neutral".

Hay gente a la que el respeto por lo ajeno le cae un poco lejos.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Huelga decir

que no podíamos dejar pasar esta noticia.


Versión periódico.

Versión Emule Francis.


En Onda Cero, están debatiendo del resultado de las elecciones autonómicas en Cataluña. En Radio Nacional, de las competencias de las autonomías. En la SER, de Wikileaks. En la COPE, de la política exterior española.

Como dijo Labordeta: ¡Váyanse a la mierda!

Con su permiso, me voy a brindar con Bliss.