Lo verdaderamente curioso de los records es que la Fundación Kleenex declara no pagar ningún dinero a los que baten un record. Aquí comienza lo que yo llamaría el drama humano de los participantes en el programa, aunque aparentemente ellos se lo toman de otra forma.
Por una parte, la cadena gana dinero: el coste de producción es pequeño y genera sus correspondientes ingresos en publicidad. Además, la Fundación Kleenex recibe horas y horas de publicidad gratuita para su producto principal. Y, claro, los trabajadores de la cadena, de la productora y de la fundación reciben sueldos por su trabajo.
Por otra parte, están esos para los que, según la Fundación, "el prestigio y la notoriedad asociados al Record Kleenex son recompensa suficiente" pero que son los que generan todo ese dinero (¡!)
Y, sin embargo, después de batir el record, si a uno le quedan intentos disponibles (debe usarlos, por supuesto, para llenar el tiempo asignado en la planilla) hace el paripé como que intenta algo. Batirlo, ya lo batirá el año que viene para la televisión de Eslovaquia o donde sea. Cuanto más haga este año, más le costará el próximo, y supongo que la cadena no paga lo mismo al que lo bate que al que no.
(El día que yo lo vi, Ot Pi hizo de sparring para que un amiguete se lo llevara calentito en el record de "saltar más veces con una bicicleta de una plataforma situada en el techo de un todoterrerno, a otra". Me dirán: Ah, ¿existía ese record? Y no, claro que no existía: aquí, suspense el justo porque estaba claro que se batiría el record en cuanto uno saltara una vez. El primero fue Ot Pi, que hizo cinco saltos en un minuto. Entonces sube el amiguete, que sí que había ensayado en casa, y a los 15 segundos ya llevaba diez saltos. Entonces frenó, y en los otros 45 segundos sólo hizo cuatro saltos (me parece). ¿Para qué va a hacer más? Ahora podrán ir a la televisión de donde sea a hacer 18, y el año siguiente 21, cuando sabemos que físicamente es capaz de llegar a 40 como mínimo.)
Todo por salir en la tele y embolsarse unos euros.
Y tantos otros que se los embolsan por menos todavía.
El camello del visir
Hace 11 horas
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