viernes, 20 de enero de 2012

La evolución, en palabras

Así es el mundo del periodismo: por la tarde se habla de que si el apagón de webs contra la SOPA, y por la noche el cierre de Megaupload -con esa sincronización temporal tan curiosa- hace olvidar a los radicales pro-cultura, supongo que antes o después los llamarán así.

El cierre de Megaupload estaba cantado. Para una empresa que opera en la frontera de la legalidad, amparándose en vacíos legales, salir en los periódicos es lo peor que puede pasar. Y Megaupload y su servicio de streaming hermano Megavideo estaban en el punto de mira mediático. Me sorprendería descubrir que no se había mencionado nunca a Megaupload en Extremadura Hoy, por ejemplo.

Por eso es fascinante que, desde hace al menos 2-3 meses, se hubiera notado un drástico cambio en los hábitos de quienes suben series o películas, habiendo abandonado Megaupload muy claramente. Es decir, que la red ya había reaccionado al cierre de Megaupload antes de que ocurriera.

No solo había reaccionado a la inminencia del cierre, sino que, como voy a explicar, ya venía reaccionando desde tiempo antes al hecho evidente de que antes o después se cerraría Megaupload. Nos dicen que Megaupload era una conspiración criminal contra los derechos de autor, que ha causado daños por 386 millones de dólares a la industria. Que era una de las webs con mayor tráfico del planeta; en algún periódico han dicho que el 4% del tráfico total de la red (una cifra que espero que sea absurda, porque, si no lo es, ¿a qué espera la industria para crear su propio Megaupload?). Que tenía mil millones de usuarios, dos millones y medio en España.

¿Y quién creó ese mastodonte? Pues lo que yo voy a defender es que Megaupload fue creado por la lucha anti-piratería. No que detrás de la empresa Megaupload estén ejecutivos de la Sony o agentes del FBI, sino que detrás del fenómeno Megaupload está una incomprensión profunda de Internet que les ha llevado a poner el fertilizante en el terreno en que ha crecido la empresa.

Para entender esto debemos remontarnos a Rapidshare. Un día, Rapidshare estuvo en el nº1 de los servicios de almacenaje de archivos. Inevitablemente, cuando Rapidshare llegó a los periódicos la lucha anti-piratería se fijó en ellos; o bien, cuando la lucha anti-piratería se fijó en Rapidshare, en las redacciones de los periódicos aprendieron su nombre. Al principio, Rapidshare explicó que cumplía rigurosamente la legislación alemana, y por tanto que lo que dijeran desde EE.UU. les daba lo mismo. Es decir: que los usuarios se comprometían a no subir ficheros de los que no fueran propietarios, y que ellos borraban las cuentas de los usuarios infractores en cuanto las descubrían. Pero, al final, Rapidshare cedió a la presión y prefirió un negocio de un perfil más bajo manteniendo el servicio de almacenaje que daba a empresas, a luchar contra el lobby anti-descargas.

La forma de utilizar un servicio de almacenaje para poner a disposición ajena obras es evidente: Fulanito se crea una cuenta, sube la obra y publica la dirección de la página donde está archivada; todo el que conozca esa información puede acceder a esa página y bajarse el archivo. Rapidshare no inventó ese servicio, simplemente era el más popular.

Y las preguntas que debemos hacernos son tres:
-Qué características tenía el servicio de Rapidshare para ser más popular que la competencia.
-Qué características tenía Megaupload en ese momento.
-Qué ocurrió cuando la inmensa mayoría de las obras alojadas en Rapidshare se desvanecieron en la nada.

¿Por qué Rapidshare era popular? Fácil: la velocidad de descarga era mayor que con la competencia, y el tamaño máximo de los archivos era 200 Mb. Desde el punto de vista de la difusión de música, que era el tema en ese momento, Rapidshare era el alojamiento de elección de un disco largo o en buena calidad. Incluso un episodio de una serie comprimido con una calidad horrorosa cabe en 200 Mb.

¿A pesar de qué era popular Rapidshare? A pesar de que, al ser el servicio con más tráfico, hacía molesto no ser cliente de pago: para bajar, había que esperar un retardo de 2 minutos y tras descargar un archivo estabas hasta 90 minutos sin poder descargar; y para subir, si no eras usuario de pago te borrarían el archivo al cabo de un mes sin ser descargado.

¿Qué ofrecía Megaupload entonces? Una velocidad muchísimo más lenta, un tamaño máximo de 100 Mb por archivo, y un cupo máximo de unos 300 Mb de descarga al día (no siendo cliente de pago). Megaupload era indistinguible de muchísimos otros servicios, no tenía nada de especial. Tenía la ventaja de que, en caso de corte de conectividad, podías reiniciar la descarga justo a continuación, sin esperar hora y media; pero muchos otros ofrecían lo mismo y, aun así, era Rapidshare por un lado y luego todos los demás.

Y la pregunta clave es qué ocurrió cuando se creó artificialmente el vacío de poder, cuando miles de archivos que estaban en Rapidshare fueron borrados casi de un día para otro, dejando la red llena de enlaces apuntando al mensaje "Este archivo ha sido eliminado por violación de los términos de servicio".

Primero, que la gente que había subido esos archivos tuvo que volver a subirlos a otro sitio. Y segundo, que no le pareció agradable porque es un gasto de tiempo, y por eso apareció el modelo de negocio consistente en la subida de archivos a múltiples servicios de almacenaje. Es decir, en lugar de subir el archivo a Fulanit o a Menganit o a Zutanit, aparece la empresa Multiperenganit. Se sube el archivo a Multiperenganit, ves la publicidad que te pone Multiperenganit, y Multiperanganit, de forma automatizada, sube el archivo a Fulanit, a Menganit, y a Zutanit. Multiperenganit te da una dirección donde ya no está el archivo sino (publicidad y) los enlaces a Fulanit, a Menganit, y a Zutanit. ¿Que Fulanit borra el archivo? Ya no hay que preocuparse, sigue estando en Menganit y en Zutanit. Es simplemente otra capa interpuesta con publicidad, a cambio de la comodidad de no tener que subir el archivo a varios servidores personalmente.

Por eso, el que cierren Megaupload, incluso considerando que el volumen de obras subidas ilegalmente es con seguridad muchísimo superior al que tuvo Rapidshare en su día, va a tener un efecto muchísimo menor. Porque todo lo que estaba en Megaupload a través de subidas sistemáticas, está también en Fileserve, o en doce sitios más. Y porque donde antes te darían un enlace al episodio 8 de la 4ª temporada de Fringe, ahora te dan 24 enlaces. En el peor caso el descargador copia los 24 a su gestor de descargas y se olvida del tema, el gestor los prueba uno por uno, y una vez uno funciona ya no intenta descargarlo de los demás.

La disminución del coste del espacio de almacenaje hace que a la amenaza de borrar archivos se responda con la redundancia, almacenándolos en múltiples sitios o incluso en el mismo sitio con cuentas de usuario distintas, lo cual multiplica el volumen de tráfico y multiplica los beneficios de esas empresas, porque de cada archivo hay múltiples empresas que albergan una copia.

Al deshacerse de Rapidshare, crearon las condiciones bajo las cuales los mismos efectos no van a repetirse. La característica principal de la red es la adaptabilidad, y es imposible que funcione la estrategia de "Voy a echar abajo Fulanit, y si luego mi problema es Menganit echaré abajo Menganit, y si luego mi problema pasa a ser Zutanit, echaré abajo Zutanit".

El lobby anti-descargas, por alguna razón que no entiendo, no vio que su mejor amigo era la posición dominante de Rapidshare. Que estábamos todos acostumbrados a usar Rapidshare y, por tanto, la propia gran popularidad de Rapidshare bloqueaba los intentos de otras empresas de hacerse populares invirtiendo para ofrecer mejores condiciones. Al igual que la propia popularidad de Google disuade a cualquiera de invertir para competir con Google en prestaciones, y al igual que, si mañana cerrasen Facebook, habría bofetadas por ofrecer una red social sin los evidentes defectos de Facebook. Ahora da igual que la ofrezcan o no, porque nadie se va a ir de Facebook sin que lo hagan también todos sus amigos.

Así, al quitarse la industria del ocio de enmedio a Rapidshare, Megaupload ganó la batalla por el nº1 por la simple estrategia de correr a ofrecer más que las demás. Aumentó la velocidad y quitó la restricción a 100 Mb, lo que abrió la posibilidad de la descarga directa de episodios de series en buena calidad y de películas, con un solo enlace (antes había que dividir el archivo en trozos, bajárselos independientemente, abrirlos con el compresor y descomprimirlos en un solo archivo; y si eran 9 trozos y resulta que uno estaba borrado, los otros 8 no servían para nada). Aumentó mucho el cupo máximo de descargas diarias, quizá está en 2 Gb o algo así (?) si es que sigue existiendo.

En suma: al acabar la percibida amenaza de Rapidshare a los derechos de autor, lo que se consiguió fue:
a) Multiplicar el tráfico con el que se pretendía acabar.
b) Ofrecer a los usuarios de P2P una alternativa en pie de igualdad a través de las descargas directas. Mucha gente dejó el P2P por imperativo legal o por salirse del punto de mira.
c) Facilitar el encontrar "el material" y hacer la búsqueda menos vulnerable al borrado de enlaces.
d) Hacer más cómoda y más rápida su descarga.
e) Dificultar que otra operación idéntica surtiera el mismo efecto disuasorio que la primera vez.

Por eso digo que el fenómeno Megaupload lo han creado los que echaron de la carretera a Rapidshare. Y en cuanto se pose el polvo sabremos quién es el que va a correr a ofrecer más de lo que ofrecía Megaupload para ocupar el nº1.

Lo que no es fácil de entender es qué les importa que la empresa que explote ese nicho se llame Rapidshare, Megaupload o Fulanit. Acabar con la empresa no acabará con el nicho. Tendrán que tratar con el hecho de que esas empresas tienen una demanda, y que, si no quieren explotar ellos esa demanda, otros lo harán.

A lo mejor los 186 millones de dólares que se supone que ha hecho Megaupload es una cantidad ridícula para Hollywood y no les merece la pena esforzarse por esa calderilla.