lunes, 26 de mayo de 2014

Conocidos conocidos (IV)

La gran sorpresa de la noche electoral ha sido la elección de Pablo Echenique como parlamentario europeo. Como quinto en la lista de Podemos, ¡a ver quién creía que iba a salir!

Curiosamente, nunca llegué a conocer a Pablo. Yo vivía literalmente a metros de la facultad de Ciencias de Zaragoza, y seguía su blog, que es mi blog favorito de todos los tiempos; pero no sabía que él estaba en Zaragoza también. Lamentable pero cierto.

Nunca he conocido blog que diera más caña. Cuando encuentro gente del trabajo que me comentan que alguna vez entran en mi blog (esto cuando lo actualizaba, claro), normalmente lo paso mal. Me imagino que piensan que soy un zoquete que a sus años no sabe ver un charco y no pisarlo. En cambio, he terminado por pensar que a la gente le gusta ver cómo alguien se mete absurdamente en charcos sin tener nada que ganar, y que le den bofetadas y al día siguiente vuelva a meterse en otro charco. Sea así o no, eso es más o menos lo que yo sentía con el blog de Pablo: Jo, ojalá yo no tuviera sentido común y alguna vez me atreviera a decir algunas cosas con esta claridad.

Me acuerdo una vez que comentó un texto de estos [textos, no gente] insensatos. Creo que era sobre el teatro, podía ser o no de la Semiótica de Julia Kristeva, o podía ser de Derrida, no me acuerdo. Yo dejé un comentario diciendo que si le "gustaba" eso le echara un ojo a Agustín Fernández Mallo, y debí de dejar un enlace a una reseña que había aparecido en La tormenta en un vaso, un blog buenrollista de reseñas.

Un rato después volví a entrar y ya había dado tiempo a que comentara, le replicase algún ofendido, y borraran su comentario. Debió de explicarse con claridad. Uno le contestó que no podía criticar el uso de términos científicos en los poemas (o algo) de Fernández Mallo porque este era licenciado en Física. Un uso era "fracción infinitesimal de tiempo" para describir el intervalo entre dos chasquidos de un contador Geiger. Ni es infinitesimal ni es una "fracción de tiempo", y además existe en el español la palabra "instante" que significa eso mismo. Pero no intenten explicárselo a gente acomplejada por no entender palabros como "infinitesimal" o quizás "fracción".

El blog dejó de actualizarse. Luego la plataforma que lo alojaba desapareció. Buscando por el internés encontré un día una entrevista que le habían hecho en una revista de la facultad de Ciencias de Zaragoza (yo ya no estaba allí). Fue en esas fotos cuando me enteré de que iba en silla de ruedas. (Que es por lo que lo veremos en los medios a partir de mañana: por qué no rellenamos 30 segundos con el eurodiputado discapacitado que ser elegido no había esperado.) Eso me dio una perspectiva distinta de por qué daba tanta caña en el blog: sabría identificar preocupaciones más importantes que qué va a pensar X o Y personaje de lo que yo diga.

No hace tanto me enteré de que tenía otro blog, este sí de persona adulta que no se mete con nadie, cuando Instan enlazó un artículo suyo.

(Tiene estos y estos artículos.)

Luego supe, por ese blog, que tenía otro en eldiario.es (De retrones y hombres). Retrones es un término alternativo a discapacitados que no sigue la lógica de la corrección política. Imagino que los ciegos se resisten igualmente a que les llamen "invidentes", y los enanos "little persons" como en EE.UU. (Desde luego, a Aznar no le debió de hacer gracia cuando Bush, en aquella rueda de prensa, le llamó "this small president".)

Y luego se presentó a las primarias de Podemos, avalado por el subgrupo "Podemos Discapacidad", o algo así, y debió de quedar el quinto, y lo vi en los carteles electorales, y me hizo ilusión, y entonces Podemos fue y sacó cinco escaños sin que nadie lo esperase, y mañana nos contará en algún informativo qué piensa hacer.