miércoles, 23 de julio de 2008

Entrada nº500

Cuando me he despertado esta mañana, recordaba cuatro sueños que tuve anoche.

martes, 22 de julio de 2008

1/20 (V)

Todo llega a su fin (menos el calor).

Habíamos dicho que, en la Teoría de la Probabilidad, de
"A nadie le dura la suerte eternamente"
se deduce que
"A casi nadie le dura la suerte más de x lanzamientos".

Inversamente, en la Teoría de la Posibilidad, de
"A casi nadie le dura la suerte más de x lanzamientos"
se deduce que
"A nadie le dura la suerte eternamente".

En un caso se habla de lo que le sucede a todas las personas a la larga, en una sucesión infinita de lanzamientos; en el otro, de lo que le sucede a muchas personas en una sucesión larga pero finita de lanzamientos.

En la Posibilidad no podemos controlar, conociendo que cada jugador está a la larga condenado a perder, cuántos de ellos estarán ganando en una fase específica del juego. En la Probabilidad esto es posible: si esperamos suficiente, casi todos estarán perdiendo, que es lo mismo que decir que casi ninguno estará ganando. En la Posibilidad, puede ocurrir que muchos estén perdiendo pero, a la vez, muchos estén ganando, en cada momento finito del juego, a pesar de que todos ellos estén individualmente condenados a perder si el juego se prolonga indefinidamente.

(A algunos no les escapará que esto implica que el Teorema de Egorov no puede cumplirse para medidas de posibilidad. La lejanía del límite se produce en un conjunto cada vez más pequeño, pero cuya medida no tiende a 0.)

A la inversa, en la Probabilidad no se puede deducir lo que les pasa a todos de lo que les pasa a muchos durante mucho tiempo, y esto sí puede hacerse en la Posibilidad.

No se trata de decidir cuál de estas dos visiones es la "correcta" y cuál la "incorrecta"; simplemente, esto evidencia que son dos herramientas que sirven para situaciones y propósitos distintos.


Y, ¿de qué trata lo que voy a contar en Toulouse en septiembre, que por cierto pueden descargar aquí?

Pues es un ejemplo de trabajo que cae mayormente en las categorías "Lo mío es mejor" y "Barro mi casita".

A menudo ocurre, cuando un tema de investigación no está muy avanzado, que existen enfoques diferentes, o definiciones diferentes que son aptas para usar técnicas diferentes. De todo esto termina saliendo una teoría coherente en las siguientes fases:
-Primero, cada uno usa sus propias ideas y conceptos, que le parecen mejores que las del vecino. Hay que tener en cuenta que el esfuerzo de aprender a ver el problema a través de los ojos del vecino (como opuesto a familiarizarse superficialmente con su trabajo) puede no compensar mucho mientras uno está descubriendo qué puede y no puede hacer con lo suyo propio: estamos hablando de lenguajes distintos, tanto en terminología como en símbolos (notación), etc.
-Luego, uno llega al límite de lo que puede hacer con lo suyo, y empieza a mirar más atentamente el trabajo del vecino para detectar ideas que lo ayuden cuando tiene problemas para avanzar.
-Luego, analiza detalladamente los artículos de todos sus vecinos; como todos hacen lo mismo, en este punto empieza a quedar claro qué enfoques deben abandonarse por no ser suficientemente potentes.
-Al final, termina quedando claro cuáles son los resultados esenciales y qué enfoques (y qué conjuntos de hipótesis) permiten alcanzar esos resultados más rápida y sencillamente. Entonces, alguien escribe una monografía sobre el tema. Luego, otro u otros.
-A partir de ahí, si nadie se interesa por ese nuevo tema de investigación, el tema muere, porque se ha alcanzado un máximo local en el que se necesitan nuevas ideas para avanzar, y los investigadores pioneros bien pueden estar cansados y cambiar de tema. Pero si ese tema atrae atención, serán los recién llegados quienes decidan qué monografía es la más adecuada, ya que tienen que aprender desde cero y desarrollar la teoría de acuerdo con las necesidades específicas que les han llevado allí, que son distintas de las que tenían los investigadores pioneros. Entonces se reúnen y dicen aquello de Granujas de medio pelo de que "Aquí todos somos listos, pero este lleva gafas". Y el pionero de las gafas se siente muy conmovido.
-Décadas después, tras múltiples iteraciones de este proceso, el tema acaba en los libros de texto.

El caso es que, en ese proceso, juegan un papel importante los trabajos de "Lo mío es mejor". Me están echando, ya sigo mañana.

La saga continúa

Me dice Bliss que la saga podría continuar con No sin mi burka :DD

lunes, 21 de julio de 2008

Érase una vez Íker Jiménez dirigiendo y presentando un documental sobre el accidente de Chernobyl

Una vez, un africano cargado de alfombras pasó por el pueblo. A mi madre, no sé a cuento de qué porque nunca hemos tenido alfombra en casa (demasiados alérgicos), le dio por preguntarle por el género y él se puso a desenrollar alfombras. Venga más alfombras. Mi madre que no, que no hacía falta, mi madre tiene una inquebrantable querencia por la calidad de las cosas, y él hala alfombras. Y mira esta, y toca la otra. Tócala, tócala. Llegado el momento en que se hizo patente que mi madre no iba a comprar nada, antes de volver a empaquetar todo, el vendedor la fulminó con una mirada muy severa y dijo una importante frase:

-Si tú no comprar, tú no preguntar, cojones.

Durante años, un número de escépticos y pseudoescépticos han considerado a Íker Jiménez una especie de símbolo a arrumbar. De cada embate, el Sr. Jiménez Elizari ha salido fortalecido.

Enviaron cartas para que Cuatro retirara Cuarto Milenio, como quien pregunta para no comprar: nunca hubo ninguna esperanza de que ocurriera y sólo consiguieron la escenificación (que se dice ahora) de un fracaso público, amén de la polarización en su contra de muchos fans de los pogramas en cuestión.

Explicaron en detalle cómo la famosa foto de la niña fantasma del camposanto, casualmente sacada a la luz mientras la supernovela Camposanto estaba en los estantes (la del 95% de certeza de ser verdadera y que había pasado todos los análisis de su experto informático), se había trucado burdamente con Photoshop. Esto también lo hicieron como quien pregunta para no comprar, pues el poderío mediático de Jiménez Elizari quedó intacto. Eso sí, en algún blog hay o hubo mucho tiempo un contador de "Hace ... días que Fulanito le pidió a Íker Jiménez la foto de las niñas para analizarla, y nada" con el que nos podemos reír mientras echamos unas cañas con los amigos. Si es que yo voy despistado y de eso se trataba, éxito total.

Revelaron cómo, en un absurdo patafísico, Íker Jiménez había contado como verdadera la historia de un cosmonauta cuya existencia había sido borrada de los documentos soviéticos... cuando con sólo poner su nombre en Google se averiguaba que era una historia inventada como soporte de una exposición fotográfica de Joan Fontcuberta. ¿Qué "periodista" podría salir con los dos brazos de semejante trance? Con la táctica de preguntar para no comprar, cualquiera.

Se acusó a Jiménez de nulo rigor científico, para no comprar: empezó a llevar licenciados en esto o lo otro a su programa. Se le acusó de llevar científicos de baratillo, para no comprar: empezó a llevar científicos. Algunos, de nuevo para no comprar, empezaron a intentar desacreditar a los científicos invitados, que si vendían su primogenitura por salir en la tele; entonces llevó a Cirac (premio Príncipe de Asturias), y también puso una sección de noticias científicas en su programa de radio ("Ya sabéis, la ciencia, siempre presente en nuestro programa").

Y ya saben, como lectores de este blog, que cuando alguien no les ríe las gracias, dicen que le gustaría ir al tal pograma, o que su sitio está en el tal pograma.

El fracaso de los escépticos y pseudoescépticos en su enfrentamiento con Íker Jiménez es evidente. Han tenido un gran éxito en mostrarle sus puntos más débiles y permitirle reforzarlos. También en convencer a su público de que sus críticas son injustas y propaladas por motivos poco confesables.

De nuevo diré: si lo que querían era echarse unas risas sintiéndose guays por enfrentarse a un tío que sale en la tele, algo así como jugar a los superhéroes, entonces bien está lo que bien acaba, porque Jiménez da para muchas jornadas de risas. En otro caso, a ver si dejan de hacer daño a su propia causa un día de estos.

sábado, 19 de julio de 2008

--¿Dónde vas? --Manzanas traigo

Hablaba hace poco Ángel en su blog del recurrente tema de "ciencias y letras". Siempre suele decirse que debería lograrse una mayor comunicación entre ambos polos y bla, bla. De que no soy insensible a esa idea da fe el hecho de que pagué dinero por el libro de conversación entre Bricmont y Debray. También pagué dinero por Imposturas científicas, la vergonzosa réplica "social" a Imposturas intelectuales, vergonzosamente publicada por la Universidad de Valencia.

¿Quién no querría que todos fuésemos felices bailando con los Teletubbies mientras un extraño resplandor nos sale de la tripa?

Sin embargo, una de las cosas fáciles de aprender en el blogoglobo es que hablar es inútil. Si hablas con alguien que, en líneas generales, piense igual que tú, a lo mejor sacas algo en claro; pero cualquier otra cosa es una pérdida de tiempo y energía.

Quizás por eso, cuando hablo de algo "de letras" (aunque nunca encuentro el tiempo de hacerlo con calma) no hago ningún intento de que lo que digo tenga sentido para alguien "de letras". La reflexión propia puede hacer más que la explicación ajena.

O, al menos, ya que la explicación ajena no hace nada, quizás la reflexión propia lleve a alguna parte en algún caso.

martes, 15 de julio de 2008

Nunca digas nunca jamás

Cuando uno evalúa un artículo, puede hacer cuatro recomendaciones a la revista:

-Aceptar (los cambios necesarios son cosméticos)
-Revisión menor (es necesario realizar cambios de cierta entidad; de llevarse a cabo satisfactoriamente, el artículo será aceptable)
-Revisión profunda (es necesario resolver problemas o errores de contenido, estructura, etc. o mejorar sustancialmente los resultados para que sea aceptable)
-Rechazar

Pues nada, me he dado cuenta de que, en las 47 ocasiones en que he evaluado un artículo, nunca he recomendado "aceptar" ni "revisión menor". Lo más favorable que he dicho de un artículo es que necesitaba una revisión profunda: más o menos, un tercio de revisiones profundas y dos tercios de rechazos.

Y esto me hace preguntarme: ¿será posible que sea una persona excesivamente crítica?

..y así se las hemos contado

El otro día estaba pasando frío en la playa, moviéndome de un lado para otro y defendiéndome del fuerte viento con la toalla, cuando empecé a pensar en títulos de libros. Por alguna razón, tengo un nulo talento para elegir títulos atractivos (esto ya me viene pasando desde siempre con los artículos). El caso es que me digo: con lo que me ha costado encontrar título para lo mío, y seguro que a nadie le entran ganas de leerlo. Con lo fácil que debe ser pensar títulos horrorosos. Y me digo: el epítome del horror como podría ser... por ejemplo... por ejemplo... Un burka por amor (lovecraftiano completamente); estoy seguro de que Un burka por amor ya está escrito, y más con el obvio precendente de No sin mi hija.

Y me puse a deducir sherlockianamente quién habría escrito ese libro. Lo primero que pensé fue que tenía que ser alguien con las siguientes características:
-Que le dé lo mismo escribir una cosa que otra (si no, ya me dirán cómo va alguien a sacar un libro del título Un burka por amor). Por lo tanto, podría ser un profesional de la escritura, pero no un escritor, ya que, ¿quién consideraría Un burka por amor un paso adelante en su carrera?
-Que tenga oportunismo para detectar temas de actualidad.
-Que tenga una posición económica desahogada que le haya permitido irse de vacaciones a países de esos, o quizás estar trabajando allí (conveniente para poder hacer descripciones de ambiente; aunque también puede bastar con ver documentales y tener algo de imaginación).

Por tanto: un periodista.

No me di por contento, porque tampoco podía ser cualquier periodista.
-Tenía que ser un periodista de nombre conocido a escala nacional, por lo menos para unos cuantos cientos de miles de personas (imprescindible para vender el producto a una editorial igualmente oportunista).
-Consecuentemente, no podía ser un hombre, porque habría tenido que publicarla con pseudónimo femenino.
-Consecuentemente también, tiene que ser capaz de arrastrar a quienes le conozcan a comprar el libro.
-Y no podía ser un periodista de temas serios tales como análisis político: ¿quién criticaría a un ministro de cultura después de escribir Un burka por amor?

Por tanto: una periodista de una radio nacional, que presenta su propio programa y a quien sus oyentes puedan estar agradecidos.

¿Dónde se juntan más locutoras mujeres con oyentes agradecidos? En las horas de madrugada.

Así, me dije, que sería una como Luján Argüelles, Reyes Monforte, Ana Solanes. En esas tres pensé, aunque hay más.


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Ayer, paso por delante de una librería y veo allí expuesto Un burka por amor, de Reyes Monforte.

Como dicen en los cuentos, lo tuve que mirar dos veces para asegurarme de que lo había visto bien.

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Así que nada, mejor hacerse fan de Nieves Concostrina, porque el horror habita más cerca de lo que creemos.

jueves, 10 de julio de 2008

Afotos de bichos

Con mi anterior cámara, hacer afotos de bichos era virtualmente imposible. Había que usar el enfoque manual y con el temblor de la mano se perdía el enfoque el 99% de las veces.

Desgraciadamente, tengo que informar que todos esos problemas han desaparecido por el procedimiento de poner más dinero encima del mostrador.





miércoles, 9 de julio de 2008

Ya está aquí

Estoy terminando mi plan empresarial para lanzar un aerolínea de esas modernas. Se va a llamar Broken Wings, y el logotipo será un avión con un ala partida, cayendo.

Se me van a rifar los inversores.

martes, 8 de julio de 2008

Afoto de ayer

Uno de los fenómenos a mi gusto más bonitos, y tan simple que casi da no sé qué llamarlo "fenómeno", es este de la isla de luz.

Qué quieren, a mí se me contenta con poco.

viernes, 4 de julio de 2008

Reciclaje

Dado que la RAE ha admitido posicionar y otras malas hierbas, habremos todos de sumarnos a la nueva onda so pena de obsolescencia.

Así que ya no diremos...

"nadar" sino natacionar

"cocer" sino coccionar

"apreciar" sino apreciacionar

"fingir" sino ficcionar

"nacer" sino nacionar

"decir" sino diccionar

"demoler" sino demolicionar

"comunicar" sino comunicacionar

"terminar" sino terminacionar

"padecer" sino pasionar

"emitir" sino emisionar

"reír" sino irrisionar

...etcétera.

Así, por ejemplo, a partir de hoy podríamos decir:

Muchos miembros y miembras de la clase política y los medios de comunicación han opcionado por dejacionar de dedicacionarse a politizacionar y comunicacionar para, manipulacionando el idioma a su antojo, creacionar exóticos palabros que no nos dejacionan otra alternativa que irrisionarnos de ellos, ridiculizacionando cuanto podamos su nueva lengua.


(Y eso que todavía no se les ha ocurrido cambiar el nombre a los meses.)

miércoles, 2 de julio de 2008

Políglota en acción

Para la comprensión de esta anécdota, es importante conocer que mi alemán se reduce a kartoffelsalat, zitronentorten y tres o cuatro palabras más.

También es relevante conocer que en Berna se habla alemán y que ja significa "sí".

Estaba yo en Berna, en una librería llamada Jäggi, que está en los bajos de un centro comercial llamado Loeb, me acerco al mostrador y pongo encima un ejemplar de El enfermo imaginario en francés (un librito minúsculo) y una guía de idioma para viajes, de finlandés. (En cuanto la vi, me dije: "Si algún día aprendo finlandés, la podré usar como guía de alemán".)

Total, que los pongo en el mostrador y la librera, una mujer de mediana edad con gafas y aspecto sofisticado, los mira reflexivamente, me sonríe, y me habla tal que así:

-????? ??????????? ???? ? ?????? ?????????? ??????? ???????? ??? ????? ????????????????? ?? ??? ????? ??????? ??????? ?? ??? ? ????? ???? ????? ???????.

Y yo sonrío, asiento con la cabeza y le digo:

-Ja, ja.

Y pago y me voy.