Acabo de recibir un comentario de Ángel Felicísimo en la entrada del poeta postmoderno. Es una excusa tan buena como cualquier otra para poner enlaces:
Al blog de Ángel sobre "ciencia, escepticismo y crítica a las medicinas alternativas".
Al famoso artículo de Ángel (y otros) en Science.
A unos "poemas" del mismo poeta postpoético. Se pueden apreciar múltiples ejemplos pseudocientíficos, a mí me choca la pregunta "Cual (sic) es la más cúbica de todas las esferas". La respuesta es, claro, la que corresponde a la norma infinito, que para eso es un cubo.
Se admiten análisis de los poemas, sobre todo del llamado "n-1" que es muy jugoso.
El camello del visir
Hace 15 horas
9 comentarios:
Coño... y yo pensando que no tenía talento (ni talante) para estas cosas. Tras n-1 veo el mundo de otra manera. Si la dureza facial ocupa un lugar privilegiado en la escala de Mohs, todo es posible.
A mí me está apeteciendo escribir una nueva carta al editor de "Colorea con Calimero".
Muy interesante esto de la "línea estético-científica" que sigue el insigne poeta-científico (mano derecha debajo de la barbilla, mano izquierda sujetando la derecha por el codo y mirada perdida en el horizonte como sumida en profundas cavilaciones de índole científico-filosófico).
Y ahora, por favor, que alguien me explique el n-1, aunque el que San Juan de la Cruz aparezca ahí me hace intuir en un estado de gracia del autor que, en la actualidad, definimos como "estar flipado"
Pero bueno, si se hace con el respaldo de Einstein me temo que el 90% de la población lectora del poema nos tenemos que callar (y mira que me fastidia, con lo que me gusta hablar, grrr...)
Una última reflexión: debo admitir que este tipo de lenguaje en mi adolescencia, me hubiera hecho entrar en trance maravillada de la mente preclara que parecía mostrarse en él, como cuando Sánchez Dragó dijo eso de "entre los dos hicieron reflexivo el verbo correr" que me pareció lo más inteligente que había leído en mucho tiempo (a mis 17 era muy osada y no sonaba bien lo de "correrse"). Ahora lo siento, pero me parecen pajas mentales para ligar con muchachitas prepúberes.
El poema n-1 me parece un fraude (pseudo)intelectual si está escrito en serio, o bien que el autor quiere hacer reflexivo el verbo reír a costa de sus lectores. Lo cual, al fin y al cabo, sería muy postmoderno.
Lo más deshonesto es poner por delante a Einstein para epatar. Ahora resulta que al name-dropping hay que llamarlo poesía.
Y es que, como habrás podido comprobar cada vez que te escribo, el colectivo de no-científicos nos damos por epatados en cuanto nos mientan a Einstein, que fue el primero en reírse de nosotros y sacarnos la lengua. Así, el (pseudo) intelectual que hace arte con sus artículos no se arriesga a ser acallado con nuestras ignorantes voces: como no sabemos mejor nos callamos no sea que nos abochornen en público restregándonos nuestra osada ignorancia. Y además, como el pobre Albert no se puede defender...
En definitiva, Pedro, ¿tengo o no razón denostando la poesía? (Complejo de aceite que tiene una ;-)
Una cosa es una cosa y hablar de toda la poesía es otra. Algunos poetas se han adelantado a su época y han comprendido las formas de comunicación blogosféricas que se darían en el futuro.
Por ejemplo, el que dijo: "No me gusta cuando callas, porque estás como ausente". Bloguero total...
Y lo de darse por epatado cuando se mienta a Einstein, es sólo porque los no-científicos no habéis oído hablar de Zweistein y Dreistein, que si no...
(Ay, que chistes más malos)
Yo he tomado café con Vierstein y me pareció sosito, la verdad.
Personalmente, me quedo con Hawking, aunque sea tonto ;-)
El poeta cuyo verso mencionas no hacía sino perogrullear, aunque debo admitir que si no lo veo como verso, hasta me gusta ;-)
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