lunes, 14 de febrero de 2011

Hoy me apetece

ceder el protagonismo a Bliss y hacerle un pequeño homenaje, por aquello del 14 de febrero.

Como medio contamos una vez, Bliss dejó un puesto fijo en la rama española de una multinacional para lanzarse sin red a vivir de la fotografía. Fue ayudante de la famosa fotógrafa prima de Esperanza Aguirre, trabajó de documentalista pasando malos tragos como seleccionar material gráfico del 11-M para varios periódicos nacionales, abrió su propio estudio y finalmente se vino a vivir a Gijón, donde ahora está intentando lanzar su negocio exclusivamente a través de Internet.

Lo que no está siendo fácil: dada la profundidad de la crisis económica, a ver quién tiene dinero para fotos... Bliss está aprovechando esa "contracción de la demanda" para marcharse a hacer cursos con fotógrafos de primera línea internacional; hace poco estuvo con Jerry Ghionis y en abril se me va a New Jersey para pasar varios días con Cliff Mautner, un curso que tiene ocho meses de lista de espera.

Lo que más me gusta de ella es su estilo desenfadado pero elegante, su entusiasmo por las nuevas posibilidades que ofrece el posprocesado digital, y su facilidad para comunicar, poniendo siempre la técnica al servicio de la calidez y la transmisión de los sentimientos. Sin duda, parte de su solidez en el retrato tiene que agradecérsela a su etapa seleccionando fotos ajenas como documentalista.

Como su tema favorito son los niños, aquí van unas pocas. Se pueden agrandar pinchando en ellas. La primera imagen es un recordatorio de comunión (!).






Podéis ver sus fotos en su blog profesional, otro día elijo fotos de su blog personal.

viernes, 11 de febrero de 2011

Una de las tentaciones

de toda estructura burocrática es buscar una excusa que justifique enviar miles de comunicaciones inútiles con la mayor frecuencia posible.

Sent: Friday, February 11, 2011 9:08 AM
Subject: Información de los Boletines Oficiales del Estado y del Principado de Asturias


En el BOE y BOPA del día de hoy, 11 de febrero, no hay contenido significativo para la comunidad Universitaria.

Atentamente,

Servicio Jurídico


martes, 8 de febrero de 2011

Enlace

Un enlace interesante.

Añado algo para poder acogerme a lo de la libertad de expresión, en otro caso parece que esta entrada en breve podría ser ilegal, Sinde mediante.

Los nacidos después del 89 no se imaginan lo que los niños de los 80 considerábamos "la normalidad". Recuerdo pasear con mis padres por el muelle y encontrarnos un grupo discutiendo si había misiles rusos apuntando al puerto de Gijón. En el Telediario los niños veíamos noticias sobre el alcance de los nuevos misiles tierra-aire o los planes estadounidenses de instalar un escudo en órbita.

martes, 1 de febrero de 2011

Lucha por la vida contra una indómita silla

Pues nada, ya estamos de clases otra vez. Por no pagar un profesor, se han juntado los dos grupos de Estadística de Ingeniería Industrial y tengo un aula de tamaño normal para 181 matriculados.

Ayer, en la presentación de la asignatura, tuve exactamente tantos asistentes como asientos. Hoy ha quedado un alumno de pie*, aunque sospecho que otros se fueron o no entraron al ver el aula llena.

Claro, yo le ofrezco mi silla al alumno: no se va a quedar él de pie y la silla sosteniéndome el abrigo. El problema era llevársela hasta la última fila, pues el pasillo central estaba bloqueado por un proyector de transparencias y, por el otro lado, el armario del ordenador estaba abierto y el pasillo lateral era demasiado estrecho para maniobrar con la silla.

Con audacia de cazador, cojo la silla en volandas y la paso sobre la mesa y el armario. Como la silla, yo y las cabezas de los alumnos no cabemos en el mismo espacio, resuelvo subírmela al hombro para llevarla al fondo de la clase. Pero, inesperadamente, mientras estoy indefenso bajando los escalones de la tarima, la silla ataca a traición. De repente tira de mí hacia atrás, siento su garra como la de un caimán inmovilizarme y desequilibrarme por la espalda.

Y yo, con un pie en cada peldaño, y no me apetece ni que me venza el peso y se me caiga la silla encima del ordenador, ni mucho menos hacer demasiada fuerza y que se vaya a la cabeza de unas chicas que hay en la primera fila. Así que voy tirando despacio, intentando ponerla vertical, operación que, hum, se prolonga en el tiempo, y se prolonga... y de verdad que no quiero tirar fuerte, y yo con un pie en un peldaño y otro en otro, y noto el aliento de la silla en la nuca y el sudor me baja por la frente mientras toda la vida del cazador pasa ante sus ojos en un segundo...

En el otro extremo de la clase ya se han puesto de pie para no perderse el espectáculo. Por el pasillo baja el alumno sin silla, en lo que a mí me parece cámara lenta. Se llega a ayudarme, se lleva la silla al fondo mientras yo pienso en su mirada de "Si es que los funcionarios no valéis pa ná, pa ná valéis".

Vuelvo a subirme a la tarima. Nos partimos todos de risa. Y les digo:

-Bueno, menos mal que nadie ha tenido los reflejos de grabarlo con el móvil y subirlo a Youtube.

(El cazador vive para luchar otro día. Habrá días para la revancha... en el hábitat de la silla salvaje.)



*Un erasmus alemán llegó aún más tarde y se tuvo que sentar en el suelo. Un nuevo caso de "Spanien ist so"...

viernes, 28 de enero de 2011

Pluscuamóptimo

Llevo ya tiempo consiguiendo no tocar este tema, pero ha sido entrar hoy en el blog de un escritor español y ver que decía, conforme a su costumbre de no atender al significado de las palabras, que Clint Eastwood es "capaz de rodar cualquier cosa con un nivel más que óptimo", y no me he podido contener.

En las últimas semanas ha habido algún revuelo en el microblogoglobo de la literatura fantástica española. Resulta que x personas que tienen blog y hacen reseñas de libros, y conocen personalmente a este escritor, han hecho unas reseñas pluscuamóptimamente elogiosas de su última novela.

Por otro lado, un conjunto de lectores que, claro, también tienen blogs, opinan muy de otra forma, hasta el punto de que, considerando imposible que alguien en su sano juicio pueda escribir sinceramente las reseñas susodichas, se han atrevido a ponerlas como ejemplo paradigmático de amiguismo y de "hoy por ti, mañana por mí".

Huelga decir que los aludidos, y otros más, se han defendido con vigor.

(O sea, sin novedad en el planeta Nefándom.)

Dicen que lo siguiente es la segunda frase del prólogo de la novela:
Desde la cima puso la mirada sobre una creosota que danzaba al compás del aire, arañando la armadura del soldado caído en la llanura, sobre un charco de sangre que se mezclaba con el mar rojo que bañaba la tierra y se escurría entre las grietas del suelo.
Después vienen otras 500 ó 600 páginas. O más.

jueves, 27 de enero de 2011

La vida en pareja

Hoy:

-Sheldon es como intermedio entre tú y tu primo.

Hoy:

-Y cuando tú cantabas, ¿te oían tus hermanos?
-Supongo que sí.
-¿Y no se reían de ti?



Y aún estamos a media mañana...

miércoles, 26 de enero de 2011

Rubalcaba: "Las tiendas de los chinos no existirían si no existiera Internet"

El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha asegurado hoy que las tiendas de los chinos "no existirían si no existiera Internet", herramienta que, según ha añadido, es "una puerta fantástica hacia el consumo porque por ella circula lo bueno y lo malo".

Así lo ha señalado en Salamanca el vicepresidente y ministro del Interior durante su participación en los Cursos de Especialización en Derecho de la Universidad de Salamanca (USAL) con la conferencia titulada "Las amenazas globales a la economía".

A su juicio, es "imposible imaginar los comercios regentados por ciudadanos y ciudadanas de nacionalidad china" sin la globalización fruto, según sus palabras, de una "economía libre y de una aparición de unos medios trasnacionales de comunicación espectaculares".



(Sobre un texto de EFE. Va por esto.)

miércoles, 19 de enero de 2011

Un aspecto muy

interesante de la ciencia-ficción es que es capaz de generar narrativa a partir de elementos mínimos.

Por ejemplo:

Me llamo Javier Vidal y trabajo en las granjas de karma de Menéame.


Hala, ya tenemos un relato de ciencia-ficción que da para pensar un ratito.

martes, 18 de enero de 2011

Esos momentos

Esta mañana tenía consulta con el endocrino para ver el resultado de un análisis. Me hicieron pasar mientras el doctor había salido. Me dice una de las enfermeras, yo creo que por tenerme entretenido:

-Vamos a empezar por tallarle y pesarle. Quítese los zapatos y los calcetines.

Y yo, con un calcetín azul marino y el otro granate.

lunes, 17 de enero de 2011

Cuenta atrás

Tenía en una memoria USB mis ficheros de artículos y demás, y le ha dado por no funcionar. ¡Ja, ja! Ya me veo volviendo a teclear todo lo que tenía en marcha.

jueves, 13 de enero de 2011

Santos Apapurcios, ruega por nuestros periodistas y políticos

Se está contando aquí, aquí, aquí o aquí que las autoridades alemanas pretenden multar con (hasta) 50000 euros a quien use Google Analytics, por vulnerar la privacidad de los internautas.

Nos dicen:
Esta herramienta gratuita de Google ofrece información de cómo se comporta un internauta en la red, qué páginas visita, etc, rastreando su dirección de protocolo de Internet. (20minutos.es)

Sucede que la herramienta de Google rastrea la dirección IP de los usuarios, permitiendo conocer la navegación de los mismos. (infobae.com)

Google Analytics rastrea las direcciones IP de los usuarios y registra el comportamiento de estos (desarrolloweb.com)

Estos peazo de periodistas, ¿por qué método creen que los servidores saben a qué IP tienen que enviar las páginas que ellos piden? ¿Tarot, adivinación en los posos del café?

Ojo, otra cosa es el hecho del uso de servicios externos de estadísticas en tu web, lo que implica facilitar datos a terceros: según cada legislación, esos datos serán facilitables o no, y poco más se puede decir.

Sin embargo, no parece que la cosa vaya por ahí:
Pese a que el uso principal de esta utilidad web está destinado a obtener estadísticas anónimas y detalladas sobre el número, localización, vía de acceso y demás datos que identifiquen el comportamiento y perfil de los visitantes de un site, una mala praxis puede permitir la creación de bases de datos con los patrones de uso de los internautas que obtenidas sin el correspondiente consentimiento supongan un beneficio económico.

Es decir, que el problema no es que los datos de las peticiones que recibe el servidor, incluyendo las IPs, se proporcionen a terceros para que te den un análisis automatizado, y que nos preguntemos si Google cruzará esos conjuntos de datos para hacer análisis de la navegación de IPs individuales (o grupos de perfil parecido) y decidir en consecuencia la publicidad contextual que les coloca. No. Para nada.

El problema es que usando Google Analytics te podrías hacer una base de datos de las visitas que llegan a tu web.

Ni hace falta usar Google Analytics (ni ningún otro servicio online) para almacenar los datos de visitas, ni usar Google Analytics implica crear bases de datos prohibidas por la ley. Aun así, la solución de nuestros queridos políticos es multar a todo el que use Google Analytics, tan coherente con nuestro ordenamiento jurídico como multar a todo el que la policía vea saliendo de Carrefour, porque en Carrefour venden cuchillos, y un cuchillo se podría usar para apuñalar a alguien.

Hay quien dirá: pero también venden cuchillos en el Supercor, ¿por qué van a multar sólo a los que compran en Carrefour? Otros dirán: pero también venden cafeteras en el Carrefour, ¿por qué van a multar a todos sin mirar lo que compran? Otros más dirán: pero, sin cuchillo, ¿cómo voy yo a cortar el pan?*

Son gente subversiva, que no tiene claras las prioridades de la cosa democrática.


* "Sin estadísticas de visitas, ¿cómo voy a saber qué búsquedas en Google llevan a encontrar mi producto?"

¿Y qué tiene de bueno Primer? (III)

Advertencia amable: Esta entrada es un rollo infumable y encima, por evitar spoilers claros, no se entiende un carajo y en general ni se sabe de qué estoy hablando.

Pero sigue tocando algunos aspectos que no he visto tratados en otros sitios.

Una herramienta fascinante en Primer son las "no-llaves". Aquí llamo "llave" a una incongruencia entre la interpretación de los hechos que el espectador se ha construido de buena fe a partir de la narración, y un nuevo hecho que irrumpe en contradicción con ella y volviéndola inviable (seguro que tiene nombre). Por ejemplo, al final de Blade Runner (al menos en alguno de sus montajes) la aparición de un unicornio de papel dispara la seria sospecha de que el protagonista no es humano. Los finales sorpresa, para no ser un puro non sequitur, deben contener la llave de la nueva interpretación que se desea demos a los acontecimientos.

En Primer, que está diseñada para admitir tanto una aproximación de visionado único como de múltiples visionados (aunque la primera aproximación fracase), aparecen varias pseudo-llaves que en realidad nunca operan como tales. En el primer visionado son incongruencias llamativas pero se dan antes de que nos hayamos formado una interpretación; más adelante se explican con toda claridad, con lo que en el segundo visionado ya sabemos lo que significan y no hay tal incongruencia ni revelan nada. Es cierto que una inteligencia sobrehumana (o humana pero lejos de la mía) podría usarlas como llaves y ponerse por delante de la narración; pero la narración no está construida para que esto ocurra.

Las no-llaves cumplen una doble función. Primero, como pivotes sobre los que se construye la interpretación del segundo visionado como se nos ha explicado explícitamente en la parte final del primer visionado. En Origen, si nos quedamos con que Cobb está en realidad en un sueño, podemos hacer un segundo visionado de la película como sueño; hay diferencias entre ambas lecturas: la escena inicial, que nos muestra a Cobb ejerciendo el control, pasa a mostrarnos a Cobb bajo el mismo engaño al que él cree estar sometiendo al personaje de Ken Watanabe... el de Marion Cotillard deja de atacar a Ariadne porque el mundo la hizo así, para hacerlo (posiblemente, necesitaría ese segundo visionado) porque es un anticuerpo que la reconoce como arquitecta del sueño de Cobb. También podemos volver a ver Blade Runner desde la perspectiva de que Deckard es un replicante y no un humano como creíamos al principio; la mayor discrepancia está, creo, en la escena en que Deckard visita a su esposa en el hospital (pero no recuerdo si se elimina en los montajes "pro-replicante"): obviamente, si él no es humano esa mujer deja de ser su esposa, como también las fotografías en su piso dejan de ser lo que parecían. En ambos casos, las diferencias semánticas pueden ser grandes pero las diferencias fácticas son escasas. Pero en Primer las diferencias fácticas son abrumadoras: los propios hechos que están ocurriendo en la nueva interpretación son radicalmente distintos de los que habíamos visto, y esto afecta a un tramo de 20-30 minutos de la película. Las no-llaves sirven para construir y subrayar esta divergencia.

Contemplar cómo, apoyándose en una cuidadosa ingeniería de los diálogos, se despliega esta nueva realidad construida con exactamente los mismos materiales, cómo el tono de muchas escenas cambia por completo con las mismas imágenes y los mismos diálogos, cómo el verdadero tema de la película se expande invadiendo buena parte del metraje de donde había estado ausente en el primer visionado, es fantástico.

Lo fascinante es el tamaño de las no-llaves. No es como, por seguir con los ejemplos, cuando en American gods (de Neil Gaiman) uno tiene su interpretación de lo que ocurre, y algún personaje muestra pequeñas discordancias con ella y uno lo va achacando a una deficiente construcción de la historia, y al final se aclara que no, que parte de lo que creía el protagonista era falso. Los espectadores han visto y oído perfectamente las no-llaves y las han identificado perfectamente como anómalas, y, aún así, las descartan a la hora de interpretar lo que ocurre. El sentido de la narración parece tan claro, uno está tan seguro de que sabe qué le están contando, aunque se le ponga cuesta arriba el cómo, que su cerebro rechaza y olvida las anomalías. Hay varios mecanismos que Carruth utiliza, como la aguda sensación de extrañamiento propiciada por el largo segmento inicial (con sus constantes conversaciones no comprendidas), el uso intencionado de un montaje confuso en algunos momentos, la falta de referencias al lapso de tiempo entre escenas... Ante este "maltrato" y confusión, cuando Abe se pone a dar explicaciones a Aaron, el espectador tiene una reacción simpática que le hace ir hacia la luz que le están enseñando, aunque vaya viendo cosas que bajo esa luz sean anómalas.

Decía que un "superespectador" podría reconocer las no-llaves como llaves y reconstruir el objeto Primer más rápido de lo que Carruth va enseñándolo, pero que, aunque la narración es suficientemente honesta como para hacer esto posible (esto es, no se engaña al espectador, aunque lo digan en varias reseñas), no es lo que la narración pretende. Hay dos razones para esto.

La primera es la función de las no-llaves que quedaba por comentar. Es una función narrativa: cerrar el paso a la idea de que el personaje debería haberse dado cuenta de esas anomalías. Efectivamente, debería haberlo hecho. Pero como nosotros hemos notado esas anomalías y no nos hemos dado cuenta, estamos bastante dispuestos a aceptar que él tampoco. Para el superespectador, esto sería un error de construcción: si él se dio cuenta, con más razón debió hacerlo el personaje.

La segunda es que el segundo visionado de la película se construye sobre el primero. Ninguna de las dos lecturas de Primer (recordemos que la propia película descarta explícitamente la primera lectura, así que no es propiamente una lectura porque no sobrevive hasta el final del primer visionado) basta o es correcta por sí sola. Esto es porque el segundo visionado niega gran parte de los hechos "que habíamos creído ver" pero está construido sobre la lectura de los personajes que hicimos en el primero, mientras creíamos que los hechos eran otros. En el segundo visionado, no queda evidencia suficiente de la amistad entre los dos protagonistas como para catalogarla de "historia de la destrucción de una amistad"; en el momento en que ambas interpretaciones empiezan a diverger, una empieza a hablarnos de la amistad y la cooperación de los personajes, y en la otra esa amistad ya ha sido destruida. Esa amistad nunca aparece. Queda claro que se conocen hace tiempo y que trabajan bien juntos, pero no hay evidencia directa de una amistad "verdadera". Toda esa evidencia sale del primer visionado y somos nosotros quienes, en principio incorrectamente, la sobreimprimimos a los personajes en el segundo, creando una amistad contrafáctica (o debería decir "contratextual").

El mero hecho de que esto funcione es maravilloso. Cuando, en una novela policiaca, descubrimos con sorpresa la identidad del asesino, difícilmente no pensaremos que ese personaje no es quien creíamos que era. Revelar que los hechos asociados a un personaje eran otros suele venir acompañado de la comprensión de que el personaje en sí era otro y su relación con los demás personajes era otra. En este caso, la clave es que los hechos son otros, el personaje es otro y la relación es otra, nos lo han dicho a la cara y aun así a nuestros ojos son los mismos y tienen la misma relación (por lo que aceptamos que vuelvan a cooperar respecto a la fiesta). La historia que se nos está contando no está ni en una lectura ni en la otra, sino en el contraste de las dos, como el mensaje de un anuncio de adelgazamiento no está ni en el antes solo ni en el después solo.

Aquí, milagros de los viajes en el tiempo, resulta que lo que creímos entender en el primer visionado (lo que vimos, sustrayéndole las anomalías que después pensamos era un error eliminar) y que NO EXISTE EN EL TEXTO, coincide punto por punto con una parte de la historia que, elidida, TAMPOCO EXISTE EN EL TEXTO y para más inri NI SIQUIERA EXISTE EN EL UNIVERSO QUE HABITAN LOS PERSONAJES. Uno de ellos la recuerda y el otro no la ha vivido nunca. Es una parte cuya existencia queda clara por necesidad lógica.

Es decir. Primero vimos la historia de un principio contada desde el punto de vista de uno de los personajes. Descubrimos que no era así, que era una historia que se disfrazaba de principio desde el punto de vista de uno para contarnos en realidad un final desde el punto de vista del otro. Aquí las no-llaves o pivotes nos permiten descodificar tan a contrapelo. Finalmente comprendemos que ese final tuvo un principio que nunca hemos visto, pero que es idéntico no a lo que vimos sino a lo que creíamos haber visto la primera vez. En total, a partir de los dos visionados podemos reconstruir toda la trayectoria vital de un personaje y la del otro, y la historia tanto en términos intrínsecos como extrínsecos al universo de los personajes; por eso a esta lectura la llamo "larga".

miércoles, 12 de enero de 2011

El negocio familiar

Dos enlaces sobre el tema.

Hace muchas décadas, mi familia por parte de madre, que tenía un bar, tenía también el pozo de nieve. Por tanto, no sé si el monopolio pero sí que como mínimo participaba del oligopolio del hielo en la ciudad. Donde, por cierto, hace mucho calor en verano.

Después, cuando todo el mundo tuvo frigorífico en su casa o en la del vecino, el negocio del hielo dejó de existir. ¿Quién iba a pagar por él cuando tiene en su casa una máquina mágica en la que metes agua del grifo y sale hielo?

Con la mayor posibilidad de disfrutar de bebidas frescas en casa, ocurrió que los fabricantes de sifones comenzaron a embotellar y vender refrescos de sabores como los que había en el bar, sólo que mucho más baratos.

Ya hacía tiempo que la gente compraba en comercios, dedicados a la competencia desleal, su propio café para prepararlo en casa. Pronto pudieron tener sobrecitos para hacer todo tipo de infusiones.

El golpe definitivo fue la aparición del vino Don Simón en tetra-brik. Todos los bares cerraron y un sector clave de la economía española se fue al carajo. Hoy día, incluso hay jóvenes que les hablas de un bar y no saben lo que es, por increíble que parezca. No ha quedado ni rastro de ellos.

martes, 11 de enero de 2011

¿Y qué tiene de bueno Primer? (II)

(¡Su padre! Le he dado a publicar, y me ha dicho que sí, y me ha borrado la entrada.)


Habiendo quedado claro que las virtudes que yo le pueda ver a Primer serán más bien anticinematográficas, 'amos a ello.

Lo primero bueno es que es una obra seria. Según su director-guionista-actor-montador-compositor-etc. Shane Carruth, el tema abstracto es la degradación y muerte de una amistad. El interés concreto es dar una narración realista de un descubrimiento científico. Si juntamos las dos cosas, lo que ocurrirá será que dos amigos se pasan parte de la película tratando de inventar algo, lo consiguen, y a partir de ahí vemos cómo el descubrimiento va minando su amistad hasta acabar con ella. Siendo que inventan el viaje en el tiempo igual que podrían haber inventado la aspirina o el microchip, como mero vehículo narrativo para esos intereses del autor, la medida de la seriedad de la obra está en que no tira de las convenciones probadas y establecidas sobre viajes temporales sino que inventa unas "leyes del viaje en el tiempo" completamente originales y explora sus consecuencias lógicas, algo que no tendría por qué hacer. En lugar de apoyarse en unos clichés que el espectador ya ha absorbido viendo otras películas, y contar su historia dentro de ese territorio familiar, crea su propio territorio.

Parte de la alienación que sufren algunos espectadores de Primer procede del nivel de exigencia que marca Carruth. Al tratar de hacer una narración realista, vemos minutos, y minutos, y minutos, de ingenieros hablando en jerga sin ningún tipo de exposición sobre qué buscan, qué encuentran o para qué serviría. Los protagonistas necesitan paladio y se ve una escena en que extraen el catalizador del depósito de combustible de un coche, como si esto no fuera una ficción a cuyos espectadores se les supone no saber qué es el paladio, qué precio tiene y mucho menos si lo hay en los catalizadores o no. El espectador se encuentra en medio de conversaciones entre expertos en un tema del que no sabe nada, y sólo cuenta con lo que pueda deducir por sí mismo; el polo opuesto de CSI, donde se fomenta la fantasía de tecnicidad de unas escenas con luces y líquidos de colorines diseñadas para que uno las entienda perfectamente (en realidad no hay nada que entender) aunque no se tenga ni idea de técnicas científicas forenses. Aunque este realismo no deja de ser un objetivo estético con un coste muy alto para quizá una mayoría de espectadores, a nivel narrativo uno extrae la información que hay en esas escenas: por ejemplo, que si los protagonistas no van a una tienda y dicen: "Póngame cuarto y mitad de paladio", es porque carecen del dinero para hacerlo pero no de la determinación para encontrar los materiales que necesitan en el motor de un frigorífico o en el de un coche. Están formados para resolver eficientemente problemas técnicos, sin embargo los veremos luego fracasar repetidamente al tratar de resolver problemas éticos aplicando esa misma mentalidad.

Otro aspecto en el que no se hacen concesiones es, como decía antes, el "territorio" en el que se enfrentan los personajes. Aunque el espectador entiende perfectamente las reglas del viaje temporal ideado por Carruth, no comprenderá todas sus consecuencias hasta que haya acabado la película y le haya dado unas cuantas vueltas. Por eso experimentará algún ratillo de confusión cuando los personajes emprenden su lucha por ser "el primero" del que habla el título (una lucha no por la supervivencia sino por la propia existencia) sin que él entienda exactamente qué importancia tiene eso.

La trama de viaje temporal es muy compleja, aunque es muy lógica y por tanto me parece mejor reflexionar sobre ella que ver la película repetidas veces para entenderla. Una vez uno tiene claras las líneas maestras, es mucho más práctico apoyarse en la transcripción de la película que puede encontrarse por ejemplo aquí. "Muy compleja" no quiere decir inabarcable, pero, si a alguien le parece que Los cronocrímenes y Origen son complicadas, la complejidad de Primer está en otro orden de magnitud. Una trama similar a la de Los cronocrímenes ocurre dentro de Primer y ocupa aproximadamente un minuto.

La experiencia de visionado es más o menos así (por lo menos, la mía). Uno empieza a ver Primer sabiendo que es una de esas películas de las que se dice que no entiendes un carajo. Por lo tanto prestas mucha atención para que no se te escape nada. Al cabo de una hora te dices: qué bien, hasta ahora lo entendí todo, no era para tanto. Entonces la película hace clic y de repente no entiendes nada de lo que pasa, aunque te queda claro que la hora anterior en realidad no la habías entendido. Esto sigue durante un cuarto de hora, y luego los últimos tres minutos cierran la película. Fin, y te quedas con una cara de WTF del tamaño de un piano. Entonces te vas a la cama y dices: pues no me voy a dormir hasta que entienda lo que pasó.

Uno de los propósitos de esta reseña es no dar ninguna pista que pueda estropear el disfrute de pelearse con ese ejercicio criptográfico, que será del gusto de unos y de otros no. El quid de la criptografía es encontrar una operación sobre el texto muy fácil de hacer y que sea a la vez muy difícil de deshacer sin conocer sus detalles y muy fácil de deshacer conociéndolos. El hecho de que descodificar los acontecimientos de Primer sea mucho más costoso de lo que le fue a Shane Carruth identificar que esa sucesión de escenas era la que "correspondía" a su argumento es algo que, a juzgar por las reseñas que hay en Internet, muchos consideran completamente ilegítimo. Las claves para descodificar Primer están dentro del texto codificado; reconocerlas en él una vez se sabe cuáles son es evidente, el problema es que nos pide que aprendamos un texto cuando las reglas para entenderlo están escritas dentro del propio texto, y en muchas ocasiones la herramienta interpretadora se nos da tiempo después del fragmento a interpretar.

Por oposición, en Memento la estructura se hace obvia muy pronto: a poco atento que esté, el espectador se da cuenta en seguida de que está viendo una sucesión de escenas que van hacia atrás en el tiempo, intercaladas con otras que no van hacia atrás y que nos dan el contexto en el que enmarcar las primeras. En Primer, las líneas generales de la estructura se intuyen cuando quedan 7-10 minutos para que acabe la película, y sus detalles hay gente, que ha escrito artículos sobre Primer enlazados en la Wikipedia, que no los ha pillado nunca tras, se supone, varios visionados y con un interés genuino en no hacer el ridículo. El grado de ambición de Primer, en cuanto a la "arquitectura" de la película, simplemente no está en el mismo orden de magnitud que el de Memento. Sin embargo, una vez uno ha identificado las claves que están dentro del texto de la propia película (sobre todo en líneas de diálogo que parecen casuales), entender el 90-95% de lo que se ve y de lo que no se ve en Primer (pongamos que a lo que yo llego es el 17%) es sencillo.

Y esa es la recompensa al esfuerzo criptográfico. La película admite una lectura "corta" en la cual, aunque uno no entienda nada de la trama de viajes temporales, sí accede perfectamente a los temas centrales: la narración naturalista de un descubrimiento científico en la primera media hora, y la destrucción total de una amistad en la última. En esa lectura, los viajes en el tiempo, las referencias a la fiesta de Rachel, etc. funcionan como trasfondo. Pero comprender bien las reglas del viaje temporal y la lógica que rige la selección de escenas abre la puerta a una lectura "larga" en la cual el segundo visionado es una experiencia espectacular.

domingo, 2 de enero de 2011

Comunidades virtuales

Uno de los problemas de la Wikipedia, al menos en español, es la falta de criterios unificados, que, unida a un espíritu altamente burocratizador, da lugar a situaciones tan aperplejantes como la siguiente (pinchar para ver en grande):


Está sacada de aquí (son páginas de las que se van borrando los "casos" antiguos pero no sé dónde quedan archivados, así que pronto se romperá el enlace).

Nótese la profusión de jerga burocrática:
CDB. Consulta de borrado.
WP:NSW. Política "No sabotees Wikipedia".
WP:E. Política "Etiqueta".
WP:NAP. Política "No hagas ataques personales".
WP:TAB. Tablón de anuncios de bibliotecarios.

En el mundo real, jamás veríamos a una persona de nombre "Imperator-Kaiser" acudiendo a la máxima instancia disciplinaria de una comunidad porque un malvado se descojona de que una enciclopedia contenga el artículo Bocadillo de chorizo e intenta borrarlo.

Yo no sé qué pasa en el Internés que perdemos el sentido común más elemental.

jueves, 30 de diciembre de 2010

¿Y qué tiene de bueno Primer? (I)

Hay un punto en el que ya no se puede disociar más la valoración de una obra de las características de la persona que la hace. Supongamos, por decir algo, que el autor de una novela puede aburrir durante un cuarto de hora al lector sin que este proteste. Para un lector A que avanza a 150 páginas por hora, el autor puede irse por los cerros de Úbeda durante casi 40 páginas sin que se impaciente. Para un lector B que avanza a 30 páginas por hora, cada 7 páginas tiene que pasar algo. A puede disfrutar de una novela que a B le implicaría aburrirse durante segmentos de 75 minutos, cosa a la que probablemente no esté dispuesto; en una novela que sostiene el interés de B, A encuentra que pasa algo cada tres minutos de lectura: un correcalles lioso donde ninguna situación se desarrolla con la calma necesaria.

Cuando yo estuve en Francia comprendí esto con mucha claridad, porque el único francés que sabía era el de un cursillo de 60 horas. Me compré un taco de novelas de Philip K. Dick que en ese momento no se encontraban en España y empecé a leer por la que me pareció más fácil; era esa en la que el tiempo va hacia atrás, no sé cómo se llama aquí. Pues bien, la velocidad que llevaba al principio era de 8 páginas por hora (yo sabía que leía relatos de Dick a 140 páginas/hora en español), y después de 10-11 páginas me quedaba agotado. A esa velocidad y con esa potencia, les aseguro que una novela tiene un aspecto completamente distinto y que uno está tan liado tratando de esquivar los árboles que no se hace ni idea de la estructura global del bosque, ni de la evolución de los personajes, ni de los temas de fondo, ni de nada, y tres páginas seguidas donde uno no recibe nada por su esfuerzo son una pequeña tortura.

El caso es que, como recordaba ayer en un comentario, mi memoria visual es mínima, lo que hace mi relación con el cine bastante inhabitual. En la vida real, yo no reconozco las cosas por su aspecto sino por detalles de su estructura o por su relación con otras cosas. Supongo que Bliss tiene muchas anécdotas, yo me acuerdo de que a veces estoy preparando las bandejas para comer y me da la impresión de que falta algo y no sé lo que es, miro la bandeja tratando de analizarla pero no me doy cuenta porque, claro, no tengo ninguna imagen en la memoria de cómo debe quedar la bandeja con todas sus cosas puestas. A lo mejor es que había vasos fregados y a Bliss se le ha ocurrido meterlos en el armario sin decirme nada; al sacar los platos yo habría visto los vasos, pero al no verlos y no tener tampoco la imagen mental en la que sí están los vasos, no soy capaz de reconstruir qué es lo que ha fallado y por qué tengo la vaga impresión de que hay más espacio vacío en la bandeja del que debería. Se harán cargo de que descodificar una obra escrita en forma de códigos visuales me es, como poco, una fuente de quebraderos de cabeza.

En una película, gran parte de la caracterización e incluso de las motivaciones de los personajes nunca se cuenta. Está codificada en la forma de vestir, en el color del pelo, en el tipo de planos con que se describen sus acciones, en el maquillaje de los actores... Además, se acepta que todo debe resolverse mediante recursos visuales; para mí, todo eso es un idioma extranjero. En cambio, todos los detalles que me sirven de guía suelen estar horriblemente representados en el trabajo de los actores. Por ejemplo, suele ocurrir que aparecen en escena dos personajes que se conocen hace mucho tiempo. En el mundo real, al juntarse dos conocidos su lenguaje corporal cambia y se sincroniza; de hecho, mientras uno habla el lenguaje corporal del otro se modifica según cómo cree que la frase va a continuar, y el del uno se adapta anticipadamente a la reacción que cree que va a provocar. Hay toda una conversación silenciosa que transcurre unos momentos por delante de la verbal. (Esto no se trabaja mucho en las escuelas de arte dramático.)

Así que, en vez de ver en la pantalla una exitosa profesional liberal segura de sí misma tomando un café con un idealista compañero de la universidad al que ha dejado su pareja, yo veo una mujer y un hombre de los que no sé nada excepto que se han reunido para fingir que se conocen.

En suma: el cine no es para mí.

En este contexto es en el que hay que entender mi afirmación totalmente seria y sincera de que Primer es la única película que conozco que vale la pena ver.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

2010

Una de mis grandes ideas para el 2010 era escribir una pequeña reseña de cada libro que leyera. Lo hice con el primero y ahí se acabó la cosa. Bien por la perseverancia.

Lo cierto es que no he leído ningún libro bueno este año. Además, los libros no han salido aún de las cajas de la última mudanza, por lo que no puedo hacer una selección como yo querría. De todas formas, cinco libros que he leído este año son los siguientes:


Sobre la fotografía, de Susan Sontag. Una recopilación de textos para la New York Review of Books. Leer unas pocas páginas tomadas al azar es interesante.
Profundidad: **. Lucidez: **. Valor <18: ****.

Curso de literatura europea, de Vladimir Nabokov. En realidad está elaborado a partir de apuntes de alumnos de un curso de Nabokov en el que repasa varias novelas europeas.
Profundidad: ***. Lucidez: **. Valor <18: *.

La torre de cristal, de Robert Silverberg. Empieza muy bien y va decayendo sin parar hasta llegar a un final que se lee por educación.
Profundidad: **. Lucidez: *. Valor <18: ***.

La guerra interminable, de Joe Haldeman. Una de las muchas presuntas "obras maestras" de la ciencia-ficción que en realidad son perfectamente olvidables.
Profundidad: *. Lucidez: **. Valor <18: **.

Alba Cromm, de Vicente Luis Mora. Una buena lección: nunca creas al autor cuando promociona su obra.
Profundidad: 0. Lucidez: *. Valor <18: **.


También, ya puestos, me acuerdo de alguna película que he visto.


Primer, de Shane Carruth. Es la única película que recomiendo ver.
Profundidad: ***. Lucidez: *****. Valor <18: *****.

Origen, de Christopher Nolan. Un horror.
Profundidad: 0. Lucidez: *. Valor <18: ***.

Avatar, de James Cameron. Lo que cabía esperar.
Profundidad: 0. Lucidez: 0. Valor <18: *.


Pues eso, alguna valoración es un poco minoritaria. Los ejes también son un poco sui generis :)

domingo, 26 de diciembre de 2010

Viajes que hicimos solos

Una vez salió un nuevo disco de un grupo que me interesaba. El día que se puso a la venta fui a comprarlo por la tarde. Por la mañana traté de ver si era fácil encontrarlo en la red para su descarga. Yo nunca había intentado descargar un disco, simplemente tenía curiosidad sobre si era fácil. Encontré que Google cumple perfectamente su función y que el disco ya llevaba veinte días dando vueltas por el mundo virtual.

Compré el disco como había pensado, llegué a casa, lo metí en mi reproductor de CD y no sonó nada. Resultó que venía de fábrica saboteado para no funcionar en el reproductor de un ordenador.


Podría traer a colación varias moralejas distintas de esta historia, todas ellas bastante obvias para cualquiera excepto, aparentemente, para la industria de los contenidos. Pero lo importante es la fecha: 2003. Ahora estamos en 2010. Los recientes exabruptos de Alejandro Sanz o Javier Bardem nos suenan como salidos de tiempos aún anteriores.

En 2003, más bien antes, la industria musical debería haber tenido listo un modelo de negocio a través de Internet. Un modelo sin costes de fabricación de soportes físicos, con unos costes de distribución prácticamente nulos y con una reducción drástica del tiempo entre masterización y puesta a la venta. Pero, claro, ¿quién aceptaría voluntariamente vender el contenido de un CD por 4€ cuando tiene millones de clientes acostumbrados a pagar 20€ por ese contenido más un trozo de plástico? Un trozo de plástico que, por cierto, no cabe dentro de un reproductor de ficheros mp3.

En 2006, dejé de comprar discos, harto de llegar a casa y no poder oírlos. Las tiendas que se negaban a devolverme mi dinero tras venderme CDs que no se reproducían en un aparato perfectamente operativo cerraron hace años.

Pero, si yo compraba 25-30 discos al año, por 20€ c.u., y ahora no compro ninguno, la explicación de algunas luminarias no es que la industria musical ha sido increíblemente inepta, ha alienado a sus clientes y ha atraído el desastre sobre sí misma comportándose de forma suicida, sino que, obviamente, yo soy un ladrón que se refocila en "la orgía del crimen, la bacanal de violaciones a terceras personas" por el mero hecho de negarme a seguir aportando 600€ al año a una maquinaria empresarial obsoleta.

En 2003, a las voces de "ladrones" se podía haber contestado legítimamente: "Vamos a ver, señores, ¿ustedes han hecho su trabajo? ¿Se han adaptado a las nuevas tecnologías?" Seguir oyendo lo mismo años y años después es surrealista; pero peor aún es que tengan la noción de que aún hay alguien escuchándoles, y que por escribir un texto semianalfabeto en El País por fin se les va a hacer algún tipo de caso.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

¡Adiós, Pinín! ¡Adiós, Cordera! ¡Adiós, creadores!

Los lleva un tren que no se sabe a dónde va. Esperamos que ni al frente ni al matadero como los del cuento de Clarín, aunque no podemos asegurarlo.

Por un lado, Alejandro Sanz (para los que sean gente seria, Alejandro Sanz es un cantante) se desmelena en El País. Está claro que el nivel cultural del Sr.Sanz no ha crecido proporcionalmente al económico desde estos tiempos. Este hombre vive en su mansión y desde luego no piensa volver al mundo real.

Por otro, algunas de las noticias que han hecho referencia a la no aprobación (aún) de la "ley Sinde" hacían referencia a un manifiesto "por el copyright" al que se habrían adherido 150 escritores. Es alucinante que autores que gozan de una de las legislaciones de propiedad intelectual más garantistas del mundo firmen a favor de abandonarla por un sistema de copyright a la americana (sistema cuyo "garantismo" conocemos bien y sufrimos todos los científicos del mundo). Otros que perdieron de vista la puerta al mundo real.

Por último, hay algún despistado como el pobre Marcelino Iglesias, secretario de organización del PSOE, para el que la no aprobación de la "ley Sinde" implica la destrucción de "la mitad de la cultura", así, con comillas. No sabemos si se refiere a las páginas impares o a las pares. En cuanto sepa cuál es la mitad de las entradas de este blog que van a desaparecer, ya les aviso por si les quieren echar un ojo antes de su pérdida definitiva.

¿Es que no hay nadie en ese "bando" capaz de hacer análisis con un mínimo de sentido de la supervivencia? ¿Desde cuando se puede ganar una guerra abierta contra los ciudadanos que te dan de comer? ¿Cuándo la inmensa mayoría de autores va a plantarse y decir: oigan, que a mí Alejandro Sanz y otros empresarios millonarios no me representan, que esos adalides de la cultura que luego escriben "por su puesto" en un periódico no me defienden a mí sino a sus intereses económicos y los de una industria parásita? Porque, si no, van ir todos al mismo sitio y en el mismo vagón, y a no mucho tardar.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Herramientas

Desde siempre, una de las cosas más graciosas ha sido usar las herramientas para lo que no son. Por ejemplo, usar un prisma para descomponer la luz blanca, cuando todo el mundo sabe que un prisma es para... este... En fin, que hoy vamos a ver tres ejemplos.

1. Usar Google Books Ngram Viewer para hacer arte visual.

Yo he elegido los gráficos autorreferentes, es decir, cuya forma se parece a lo que representan. Valga como ejemplo la siguiente obra conceptual intitulada Batman self-graph (se puede pinchar para verlo más grande).



2. Usar Six Degrees of Wikipedia para escribir poesía.

a) Cogemos tres pares de términos que no tengan nada que ver:

Anakin Skywalker --- Pera
Moneda --- Carbón
Suelo --- Hell Patrol

b) Los metemos en la máquina, que busca formas de llegar de uno a otro a través de enlaces en la Wikipedia inglesa:

Anakin Skywalker - Cyborg - New York - Pear
Coal - Christmas stocking - Coin
Hell Patrol - Greece - Olive - Soil

c) Repetimos con alguna otra combinación:

Cyborg - Fiction - Santa Claus - Christmas stocking
Cyborg - Brain - Europe - Olive
Brain - Immortality - Fiction

d) Arrejuntamos todo con un poco de buena voluntad:

Christmas, and I feel
Like a piece of fiction.
A coal-powered cyborg flying over New York
Or a Greek hero descending into Hades.
I sip from my tea again
And fantasize with immortality.
To play, insert coin.
Insert coin.




3. Usar Google Sets para escribir reflexiones de gran alcance.

a) Robamos un poema cualquiera, da igual cuál porque nadie se va a dar cuenta:
A Lament

O World! O Life! O Time!
On whose last steps I climb,
Trembling at that where I had stood before;
When will return the glory of your prime?
No more -Oh, never more!

Out of the day and night
A joy has taken flight:
Fresh spring, and summer, and winter hoar
Move my faint heart with grief, but with delight
No more -Oh, never more!

Percy Bysshe Shelley
b) Extraemos unas cuantas palabras que parezcan evocadoras o algo: time, trembling, day, joy, heart. Desgraciadamente solo podemos usar cinco de cada vez.

c) Las metemos en Google Sets, lo que nos da un listado de palabras sugeridas como "miembros del mismo conjunto": time - heart - day - man - number - part - life - numbers - scene - set - voice - way - government - etc...

d) Las hilvanamos una detrás de otra como se nos ocurra. Yo he respetado el orden para que fuera más interesante:

Isn't time one of the main concerns at the heart of present day's man? The number of parts a life's tale can be divided into seems to have exploded. Airing Twitter announcements by the hour, we indulge in crediting ourselves with such big numbers of milestones that the scene is set for some crazy future perspectives. Would you like to voice your judgments on the way the government is handling things, say, once a week? You needn't wait four years anymore. The case is, it is now technologically possible -and, it seems, socially desirable- for a person to draw online scrutinizing eyes to her work and lifestyle. I don't think politicians should be a different thing. That group's disinterest in the new, Internet-based social trends has so far been hidden behind typical handwaving and child-like reasoning. Four years is too long a time in the Facebook era, and I'm making a point here.

Si sale algo que tenga sentido, ganamos un punto extra.