Dos enlaces sobre el tema.
Hace muchas décadas, mi familia por parte de madre, que tenía un bar, tenía también el pozo de nieve. Por tanto, no sé si el monopolio pero sí que como mínimo participaba del oligopolio del hielo en la ciudad. Donde, por cierto, hace mucho calor en verano.
Después, cuando todo el mundo tuvo frigorífico en su casa o en la del vecino, el negocio del hielo dejó de existir. ¿Quién iba a pagar por él cuando tiene en su casa una máquina mágica en la que metes agua del grifo y sale hielo?
Con la mayor posibilidad de disfrutar de bebidas frescas en casa, ocurrió que los fabricantes de sifones comenzaron a embotellar y vender refrescos de sabores como los que había en el bar, sólo que mucho más baratos.
Ya hacía tiempo que la gente compraba en comercios, dedicados a la competencia desleal, su propio café para prepararlo en casa. Pronto pudieron tener sobrecitos para hacer todo tipo de infusiones.
El golpe definitivo fue la aparición del vino Don Simón en tetra-brik. Todos los bares cerraron y un sector clave de la economía española se fue al carajo. Hoy día, incluso hay jóvenes que les hablas de un bar y no saben lo que es, por increíble que parezca. No ha quedado ni rastro de ellos.
El camello del visir
Hace 8 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario