martes, 11 de enero de 2011

¿Y qué tiene de bueno Primer? (II)

(¡Su padre! Le he dado a publicar, y me ha dicho que sí, y me ha borrado la entrada.)


Habiendo quedado claro que las virtudes que yo le pueda ver a Primer serán más bien anticinematográficas, 'amos a ello.

Lo primero bueno es que es una obra seria. Según su director-guionista-actor-montador-compositor-etc. Shane Carruth, el tema abstracto es la degradación y muerte de una amistad. El interés concreto es dar una narración realista de un descubrimiento científico. Si juntamos las dos cosas, lo que ocurrirá será que dos amigos se pasan parte de la película tratando de inventar algo, lo consiguen, y a partir de ahí vemos cómo el descubrimiento va minando su amistad hasta acabar con ella. Siendo que inventan el viaje en el tiempo igual que podrían haber inventado la aspirina o el microchip, como mero vehículo narrativo para esos intereses del autor, la medida de la seriedad de la obra está en que no tira de las convenciones probadas y establecidas sobre viajes temporales sino que inventa unas "leyes del viaje en el tiempo" completamente originales y explora sus consecuencias lógicas, algo que no tendría por qué hacer. En lugar de apoyarse en unos clichés que el espectador ya ha absorbido viendo otras películas, y contar su historia dentro de ese territorio familiar, crea su propio territorio.

Parte de la alienación que sufren algunos espectadores de Primer procede del nivel de exigencia que marca Carruth. Al tratar de hacer una narración realista, vemos minutos, y minutos, y minutos, de ingenieros hablando en jerga sin ningún tipo de exposición sobre qué buscan, qué encuentran o para qué serviría. Los protagonistas necesitan paladio y se ve una escena en que extraen el catalizador del depósito de combustible de un coche, como si esto no fuera una ficción a cuyos espectadores se les supone no saber qué es el paladio, qué precio tiene y mucho menos si lo hay en los catalizadores o no. El espectador se encuentra en medio de conversaciones entre expertos en un tema del que no sabe nada, y sólo cuenta con lo que pueda deducir por sí mismo; el polo opuesto de CSI, donde se fomenta la fantasía de tecnicidad de unas escenas con luces y líquidos de colorines diseñadas para que uno las entienda perfectamente (en realidad no hay nada que entender) aunque no se tenga ni idea de técnicas científicas forenses. Aunque este realismo no deja de ser un objetivo estético con un coste muy alto para quizá una mayoría de espectadores, a nivel narrativo uno extrae la información que hay en esas escenas: por ejemplo, que si los protagonistas no van a una tienda y dicen: "Póngame cuarto y mitad de paladio", es porque carecen del dinero para hacerlo pero no de la determinación para encontrar los materiales que necesitan en el motor de un frigorífico o en el de un coche. Están formados para resolver eficientemente problemas técnicos, sin embargo los veremos luego fracasar repetidamente al tratar de resolver problemas éticos aplicando esa misma mentalidad.

Otro aspecto en el que no se hacen concesiones es, como decía antes, el "territorio" en el que se enfrentan los personajes. Aunque el espectador entiende perfectamente las reglas del viaje temporal ideado por Carruth, no comprenderá todas sus consecuencias hasta que haya acabado la película y le haya dado unas cuantas vueltas. Por eso experimentará algún ratillo de confusión cuando los personajes emprenden su lucha por ser "el primero" del que habla el título (una lucha no por la supervivencia sino por la propia existencia) sin que él entienda exactamente qué importancia tiene eso.

La trama de viaje temporal es muy compleja, aunque es muy lógica y por tanto me parece mejor reflexionar sobre ella que ver la película repetidas veces para entenderla. Una vez uno tiene claras las líneas maestras, es mucho más práctico apoyarse en la transcripción de la película que puede encontrarse por ejemplo aquí. "Muy compleja" no quiere decir inabarcable, pero, si a alguien le parece que Los cronocrímenes y Origen son complicadas, la complejidad de Primer está en otro orden de magnitud. Una trama similar a la de Los cronocrímenes ocurre dentro de Primer y ocupa aproximadamente un minuto.

La experiencia de visionado es más o menos así (por lo menos, la mía). Uno empieza a ver Primer sabiendo que es una de esas películas de las que se dice que no entiendes un carajo. Por lo tanto prestas mucha atención para que no se te escape nada. Al cabo de una hora te dices: qué bien, hasta ahora lo entendí todo, no era para tanto. Entonces la película hace clic y de repente no entiendes nada de lo que pasa, aunque te queda claro que la hora anterior en realidad no la habías entendido. Esto sigue durante un cuarto de hora, y luego los últimos tres minutos cierran la película. Fin, y te quedas con una cara de WTF del tamaño de un piano. Entonces te vas a la cama y dices: pues no me voy a dormir hasta que entienda lo que pasó.

Uno de los propósitos de esta reseña es no dar ninguna pista que pueda estropear el disfrute de pelearse con ese ejercicio criptográfico, que será del gusto de unos y de otros no. El quid de la criptografía es encontrar una operación sobre el texto muy fácil de hacer y que sea a la vez muy difícil de deshacer sin conocer sus detalles y muy fácil de deshacer conociéndolos. El hecho de que descodificar los acontecimientos de Primer sea mucho más costoso de lo que le fue a Shane Carruth identificar que esa sucesión de escenas era la que "correspondía" a su argumento es algo que, a juzgar por las reseñas que hay en Internet, muchos consideran completamente ilegítimo. Las claves para descodificar Primer están dentro del texto codificado; reconocerlas en él una vez se sabe cuáles son es evidente, el problema es que nos pide que aprendamos un texto cuando las reglas para entenderlo están escritas dentro del propio texto, y en muchas ocasiones la herramienta interpretadora se nos da tiempo después del fragmento a interpretar.

Por oposición, en Memento la estructura se hace obvia muy pronto: a poco atento que esté, el espectador se da cuenta en seguida de que está viendo una sucesión de escenas que van hacia atrás en el tiempo, intercaladas con otras que no van hacia atrás y que nos dan el contexto en el que enmarcar las primeras. En Primer, las líneas generales de la estructura se intuyen cuando quedan 7-10 minutos para que acabe la película, y sus detalles hay gente, que ha escrito artículos sobre Primer enlazados en la Wikipedia, que no los ha pillado nunca tras, se supone, varios visionados y con un interés genuino en no hacer el ridículo. El grado de ambición de Primer, en cuanto a la "arquitectura" de la película, simplemente no está en el mismo orden de magnitud que el de Memento. Sin embargo, una vez uno ha identificado las claves que están dentro del texto de la propia película (sobre todo en líneas de diálogo que parecen casuales), entender el 90-95% de lo que se ve y de lo que no se ve en Primer (pongamos que a lo que yo llego es el 17%) es sencillo.

Y esa es la recompensa al esfuerzo criptográfico. La película admite una lectura "corta" en la cual, aunque uno no entienda nada de la trama de viajes temporales, sí accede perfectamente a los temas centrales: la narración naturalista de un descubrimiento científico en la primera media hora, y la destrucción total de una amistad en la última. En esa lectura, los viajes en el tiempo, las referencias a la fiesta de Rachel, etc. funcionan como trasfondo. Pero comprender bien las reglas del viaje temporal y la lógica que rige la selección de escenas abre la puerta a una lectura "larga" en la cual el segundo visionado es una experiencia espectacular.

6 comentarios:

Sr. R dijo...

Mira que no me gusto un carajo la pelicula de marras y me vas a obligar a volver a verla...

Pedro Terán dijo...

Por si acaso, antes de volver a verla espera a leer la parte III pasado mañana. Ya verás cómo se te vuelven a quitar las ganas.

Malena dijo...

Agrego dos motivos más para verla: El chiste de "lo que le hacen a los ingenieros después de los 40" es perfecto.
Y, además, los diagramas con los que tratas de entender / explicar la trama después de la primera vez que la viste son divertidisimos. Yo tengo guardados todos los que hicimos con mi grupo de amigos, distintas hipótesis, etc.

Pedro Terán dijo...

Male, te voy a coger de conejillo de Indias si no te importa.

Después de ver la película una vez, ¿tú tenías o te hiciste de memoria una cronología razonablemente fiable del "paisaje"? Quiero decir, si la fiesta era el miércoles por la noche o el martes (no me acuerdo qué día era), y en general qué ocurrió antes y después de qué.

Malena dijo...

Jajajaja, lo más duro de todo el viaje a España fue aguantarme la risa cada vez que alguien era tan amable de explicarme dónde tenía que coger el tren.

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Ahora sí, me pongo seria:

Lo que hicimos no fue una cronología sino una lista de distintos "tiempos" para cada personaje - cada línea temporal que coincidía con la anterior y que se creaba con cada viaje. Después de discutir un tiempo quedó claro que necesitaríamos verla una vez más, con diagramas en la mano, para chequear escena por escena en cuál de los "tiempos" estábamos y qué se podía dar por hecho.
La mayoría de nosotros se encontró con que había entendido buena parte de las escenas, así que sí, eran "razonablemente fiables". De todos modos, entendida o no la película, verla por segunda vez es un imperativo, al menos para comprobar con sonrisa idiota que tenías algo de razón y enmarcar cada una de las escenas dentro de la cronología que uno hizo.


Me gustó que la comparases con la criptografía. A mí me dio la misma sensación. Además, experimenté el mismo placer descifrándola como frente a un código de verdad. Tal vez más.

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Lo realmente sorprendente, de todos modos, es que la gente que ve y disfruta Primer haya alcanzado un grado de sociabilidad aceptable. Eso es lo que aún no me explico.

Pedro Terán dijo...

Bueno, yo de sociabilidad ando nada más que así así :S

A lo del coger sí que no me acostumbro: mira que hace años que lo sé, y le di vueltas a cambiar "conejillo de Indias" por "cobaya" pero no a eso.