miércoles, 19 de enero de 2011

Un aspecto muy

interesante de la ciencia-ficción es que es capaz de generar narrativa a partir de elementos mínimos.

Por ejemplo:

Me llamo Javier Vidal y trabajo en las granjas de karma de Menéame.


Hala, ya tenemos un relato de ciencia-ficción que da para pensar un ratito.

4 comentarios:

Sim dijo...

Frente a estos competidores no hay nada que hacer... Tiro la toalla. Demasiado brillante. De dónde lo sacaste?

Javier de la Nuez dijo...

¡Jaja, genial!

Pedro Terán dijo...

Al llegar a casa a comer he tenido el siguiente diálogo con Bliss:

-¿Te ha gustado mi relato?
-El Javier Vidal ese lo he buscado en Google y he visto que es informático, pero ¿qué tiene que ver con Menéame?

Así que le aclaro a cualquier Javier Vidal que pueda buscarse en Google que el relato no está basado en él :)

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Sim y Kerf: Gracias por los comentarios :)

Sim: No entiendo exactamente la pregunta. Como relato es mío (o sea, que es realmente un relato, lo que no queda claro al no llevar título y haberlo puesto en formato de cita).

Como idea, la idea es: una única frase con un personaje, con todos los verbos en presente habitual, y que traslade algo cotidiano a un contexto de ciencia-ficción.

"Trabajo en las granjas de pollos de Avecrem" o "Trabajo en las granjas de dragones del barón de Navaloria" son distintas de "Trabajo en las granjas de karma de Menéame". ¿Cómo es que somos capaces de entender esta frase? ¿Cómo hace para hablar de nosotros a través de una recombinación hoy inexistente de conceptos conocidos? ¿Cómo hace para expandirse abarcando una narración, cuál es el camino que abre del presente a un futuro en el que españoles (o hispanohablantes) como Javier Vidal viven de generar karma para terceros? ¿Qué longitud tendría un ensayo que tratara el mismo tema por la vía explícita? Son cuestiones teóricas que me parecen muy interesantes, ya que encuentro que la CF aprovecha la verdadera potencia de los procesos por los que el lector dota de un sentido y una narratividad a un texto.

Otro ejemplo: si yo pongo en cada página una tabla que recopile estadísticas de varios países para cada año 2001-10, difícilmente un lector lo tomará como una narración. Si añado otra página con valores inventados para 2011, y para 2012, 2013,... pongo todos los valores a cero, difícilmente un lector podrá no generar la narración que está implícita.

Y, de nuevo: ¿qué dice eso de nosotros? Un lector de 1650 (supongamos que entendiera la información presentada en tablas), ¿sería capaz de entender la historia?

En la CF, creo, "quiénes somos" y "por qué entendemos lo que nos cuenta" son la misma pregunta.

Sim dijo...

Aaaahj... Brillante. Pensé que era una frase real extraída de alguna web... de estas que te tiras "no se puede entender el ajedrez sin el teorema de incompletitud de Godel". Pensé que Realmente hay un Vidal granjero de karmas. Soy así de ingenuo.

Buenas preguntas. Pienso que entendemos una frase inédita, chocante, incluso falsa o vacía del tipo consisto en consistir porque vamos asociando conceptos hasta cargarla de significado. Por analogía (supongo). Cuando las partes de la frase apuntan a campos conceptuales inusuales, nuevos, termina remitiéndote, como es el caso, a una explicacióm especulativa del tipo "cómo es posible que Vidal trabaje en lo del karma de Meneame?", lo cual insinúa a un universo enigmático, intrigante en el que pasan cosas intrigantes y misteriosas... una semilla de historia. Un microrrelato bueno es precisamente ese. Algo que explota en tu cerebro.

Coincido totalmente en que la CF es la rama narrativa que mejor explota este potencial especulativo de lo literario, con el añadido que, a diferencia de la mágia, hay una articulación racional detrás.... Por eso nos gusta tanto, ¿no?

De todas maneras, un ensayo explicativo sobre Granjas de Karma en Menéame, tela... Yo me lo compraba fijo... Bueno, si es un artículo mejor.

Muy buen micro.