miércoles, 10 de enero de 2007

El don de la palabra

Los procesos mentales de Francisco José Alcaraz (el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo) se me escapan.

A la mayor parte de las personas de bien les preocuparía la perspectiva de disgustar a un gran número de sus conciudadanos. Tampoco les gustaría salir a la calle y que los viandantes les abucheen, que yo no sé muy bien por qué todavía no le pasa a este hombre pero poco debe de faltar, o arriesgarse a verse retratado durante décadas, en estudios académicos sobre el terrorismo, como la marioneta que parece que es cada vez que abre la boca en los medios.

Sin embargo, es obvio que a él le da igual, porque sigue erre que erre cada vez con más insistencia, virulencia y casi diría que indecencia.

La última vez que me sacó de mis casillas fue después del atentado de Barajas, cuando lo vi en una rueda de prensa exigir, literalmente, la dimisión del presidente electo de un gobierno democrático (el de España, para ser precisos).

Querido Alcaraz: ¿sabe lo que significa la palabra "exigir"? Por otro lado, ¿sabe que en este país no sólo vota usted? Reflexione, reflexione: usted no tiene autoridad ni para exigir a su mujer que le haga unos huevos fritos, no se ponga en ridículo jugando a poner y quitar presidentes de gobierno como si fueran los clicks de Famobil.

Bueno, pues ahora resulta que la AVT no va a apoyar la convocatoria de manifestación de los sindicatos "porque está politizada". Como si no fuera un discurso político exigir al presidente del gobierno que dimita.

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Y, mientras, todos en general a lo viva el esperpento: que si lema por aquí, lema por allá, que si yo voy a la tuya pero no la tenías que haber convocado, que si pues yo me hago de rogar y a lo mejor me la hago yo mismo con mi mecanismo...

En una palabra: patético. Pero que muy patético.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre... si tregua permanente significa matar de cuando en cuando, negociar es igual que amenazar y verificar un desarme consiste en mirar para otro lado cuando ves un rearme; lo mismo ese exigir no es el de toda la vida sino otra cosa.
Estoy viendo que al final va a tener razón ETA: si el lenguaje ya no sirve para nada, mejor lo resolvemos a hostias.

Anónimo dijo...

Yo hace ya tiempo que llegue a una conclusión, las cosas no se arreglan por que no interesa que se arreglen. Por lo tanto, lo siento, pero me niego a sentirme mal, yo mañana haré lo mismo que pensaba hacer independientemente de ETA, del gobiermo, de IRAk, de KOSOVO o de la madre que pario a todos los que montan y viven de estos tinglados.
El día que quieran arreglarlo que me llamen pero mientras tanto yo a lo mío y que no me toquen los cojones, que ya vale de gilipolleces.

Pedro Terán dijo...

Los dos comentarios me parecen muy sensatos.

Ángel M. Felicísimo dijo...

Dimito, había redactado una filípica del copón y va el jodío Blogger y me la borra porque me he pasado a la versión 2 y dice que no me conoce. Snif...
Una de las cosas que quería decir es que creo que Alcaraz es sincero y si creo bien, eso le convierte en un sujeto extraordinariamente peligroso. Si alguna vez coincides con él, o con Fede Jiménez no les des nunca la espalda, que tipos así son los que dan "paseos" nocturnos a sus vecinos en cuanto tienen oportunidad.
Y otra cosa era que es aún más preocupante que hay mucha gente que cree a pies juntillas lo que les dicen estos ciudadanos. Impermeables a la información, inmutables en sus convencimientos, muestran que lo suyo es una religión y no un pensamiento político. Porque la política fue, alguna remota vez, digna y había políticos que, incluso, creedme, sabían hablar.

Pedro Terán dijo...

Yo también creo que es sincero, que efectivamente es lo más preocupante. Por desgracia, entre las opciones

(a) Encontrar a alguien que haga algo por encargo,
(b) Encontrar a alguien que lo haga por convicción

la (b) es a menudo mucho más sencilla.