Caso nº3
Uno de los primeros artículos con que el desdichado evaluador P se tuvo que enfrentar estaba escrito por uno de los editores de la revista. Hay diferentes posturas sobre si los editores deberían evitar enviar trabajos a las publicaciones donde sirven, desde una lectora de este blog que la hicieron editora jefe de algo y dio orden a todo su equipo de investigación de que "Aquí ya no se envía" hasta un caso que he visto de un editor de una revista de primera fila que utilizó su posición para "subir" su tema actual de investigación a primera división (o eso me parece a mí).
La cosa es que P tiene muy mala opinión de los trabajos del autor L y sus estudiantes. L está en la llamada mejor universidad de un país que tiene muuuuchos habitantes y parece por su web que se considera un fuera de serie, yo creo que por pura ingenuidad y desconocimiento.
Así que P dice: yo no soy nadie, así que si quiero que me tomen en serio tendré que hacerlo bien. Y escribe un informe de ocho páginas a letra de diez puntos (casi más largo que el artículo) recomendando rechazar el trabajo. Desde luego, hoy no tendría tiempo para hacerlo.
Meses después le llega el artículo revisado (el otro evaluador recomendaba la publicación) para la segunda evaluación y se encuentra con que los autores acompañan una respuesta de 26 páginas (van copiando las 8 páginas y contestando a todo línea por línea). Parte de la respuesta es muy irritante, por ejemplo digo que algo está mal porque patatín y patatán, y ellos contestan que estoy equivocado porque no comprendo que en realidad "patatín y patatán" (lo mismo que había dicho yo). Vamos a ver, si yo lo he dicho primero será porque lo comprendo, y si ellos ahora dicen lo mismo será porque tenía razón y antes estaba mal. Entonces, si tengo razón, ¿por qué afirman ellos que estoy equivocado? Estas tácticas propias de la política...
Así que me pongo a la tarea de contestar, aunque obviamente me paso del plazo y el editor me manda un correo electrónico de recordatorio. En ese momento no le contesto porque doy por hecho que tiene en cuenta que tengo 26 páginas a las que responder y que no va a tardar lo mismo que un informe normal. Pues unos doce días después, le mando un correo "por si acaso" para decirle que más o menos tardaré una semana en terminarlo...
...y me contesta que como no sabía nada de mí, se lo ha mandado a otro evaluador.
Y yo me quedo con cara de "he picado como un chino". Claro, que en China deben de decir "picar como un español".
Lo de cambiar de evaluador a mitad del proceso no me parece nada normal, aparte de que lo mínimo era advertirme primero de que se lo estaba planteando (con lo que yo habría deshecho el malentendido, si eso es lo que era) y por supuesto advertirme de que lo había hecho, porque mientras tanto yo, hala, a escribir páginas y páginas como un gilipollas.
Así que ya saben: si les llega un "rebuttal" de 26 páginas, ES UN TRUCO. Y si se encuentran con alguien que le ha tocado mucho a la lotería pero no lo puede cobrar, TAMBIÉN ES UN TRUCO, DE VERDAD.
Ya lo dijo Sun Tzu: Conseguir cien victorias en cien batallas no es la medida de la habilidad: someter al enemigo sin luchar es la suprema excelencia.
martes, 23 de enero de 2007
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1 comentario:
Está claro que lo tuyo es la fotografía
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