En este planeta, si comes tres veces con alguien y no pides carne, ya piensan que eres vegetariano (una nueva demostración de que la navaja de Ockham no siempre acierta).
A mí me sorprendió mucho, no sólo porque no soy vegetariano -simplemente me gusta el pescado, que para eso soy de mar- sino porque no entiendo bien el vegetarianismo. Por ejemplo, Mrs. Vane (a quien desde aquí felicitamos por sus éxitos en los concursos de Enrique Gallud) explicaba aquí la cosa. Entre otras cosas, decía:
No soporto el sufrimiento animal. Los hombres siempre se han alimentado de la carne de los animales -de acuerdo- pero no de la manera en la que se hace ahora: en auténticas factorías donde los animales no saben que es el sol ni el aire fresco y donde son explotados, maltratados y vapuleados.
Aquí pongo un afoto donde se ven dos animales en una auténtica factoría donde evidentemente son explotados, maltratados y vapuleados:
Ajá: si una persona cree que la industria agroalimentaria es inhumana y eso le produce algún escrúpulo moral, lo que me parece muy comprensible, ¿por qué deja de comer carne en lugar de pasarse a las (auto)llamadas "marcas de calidad" con las que puede saber ya no qué alimentación le daban sino casi cómo se llamaba el animal que se está comiendo? Al abandonar el consumo de carne y por tanto reducir el mercado, ¿no están perjudicando a los pequeños ganaderos que cuidan a sus animales, que ya lo tienen bastante difícil de por sí? No sé si es una postura muy coherente, la verdad.
La segunda parte del argumento es como sigue:
Muchos pensarán que soy una tremendista y que hay animales que se crían al aire libre. Sí, es cierto, pero la muerte que reciben esos animales que se han criado al aire libre no es mucho mejor que la de sus compañeros de la factoría. El camión en el que son transportados durante horas al matadero es el mismo para todos, al igual que el olor a sangre y el ambiente de muerte.
De nuevo el argumento se basa en la "igualdad": como a todos los animales se les trata "igual" de mal, eso justifica que no nos comamos a ninguno.
A todo el mundo le disgusta matar animales tan simpáticos como los terneros, sobre todo a quien les ha dado de comer y de beber; pero es un hecho que no se los puede comer vivos. Por tanto, no encuentro nada que objetar siempre que el sufrimiento de las reses sea el menor posible.
Por cuanto yo sé (nunca he estado allí) el sacrificio de los terneros es indoloro, aunque seguro que no se lo pasan nada de bien. En cuanto al transporte, tampoco deben de sufrir lo mismo al ir un ternero o dos que veinte. Digo yo.
En fin, que los efectos de este vegetarianismo ideológico no son tan buenos para los animales como se podría creer. Que es lo que suele ocurrir cuando se dispara indiscriminadamente.
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