viernes, 4 de diciembre de 2009

Despiste tertulioso en la radio (o sea, sin novedad alguna)

Pregunta un tertuliano que a quién se creen que representan los que han difundido el Manifiesto en defensa de los derechos fundamentales en Internet y, básicamente, que si se creen que son alguien por tener un blog.

Creo que se refiere a los que han generado estas 192000 páginas indexadas por Google.

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Y siguen con el mantra de las "descargas ilegales", tanto hoy en la SER como ayer en RNE. ¿Cobrarán a tanto la vez que lo dicen? ¿A qué descargas ilegales se referirán: instrucciones para elaborar bombas, pornografía infantil, contraseñas ajenas,...?

Ayer en RNE daba vergüenza oír a Ángela Vallvey recitar todo el credo: descargar contenidos protegidos por derechos de autor es: (a) robar, (b) como robar pan en una panadería, (c) igual que ir al banco queriendo sacar dinero que no tienes allí (aquí sólo se atrevió al eufemismo, ya me imagino los titulares: "Ángela Vallvey: Descargar canciones es igual que atracar bancos").

Así que ya lo saben, porque, si están leyendo esto, es que se han descargado a su ordenador un contenido de mi blog protegido por derechos de autor: que ustedes se lean mi blog es robar, es como robar pan en una panadería, es como ir al banco queriendo sacar dinero que no tienes allí.

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Pero es que más romo que Ángela Vallvey no se puede ser.

4 comentarios:

Ángel M. Felicísimo dijo...

Yo también oí esos comentarios y me reafirmo en que algunos tertulianos tienen la rara habilidad de hablar de lo que sea sin haberse molestado en enterarse de la cosa ni siquiera mínimamente. La reacción en internet no tenía que ver directamente con los contenidos sino con la pintoresca ocurrencia de colar de rondón (a ver si no se entera nadie, pensarían) una disposición final que permitía de facto cerrar webs por decisión de una "comisión" y sin intervención judicial previa.

Pedro Terán dijo...

Ha sido torpeza mía el no incidir en lo que es realmente el tema: es alucinante que se aproveche una disposición final de una ley de 198 páginas, sobre un tema que no tiene nada que ver, para equiparar en excepcionalidad la "protección de la propiedad intelectual" a la seguridad nacional, la salud pública o la protección de la infancia. Aun aceptando que se pueda actuar sin orden judicial contra una web o un servidor de una célula terrorista o de distribución de pornografía infantil (que es algo que uno puede o no aceptar de buen grado), el que seis señores tengan libertad para bloquear, en la práctica, cualquier web que deseen en virtud de una presunta violación de derechos de autor es inaceptable.

Luego sale Cejamán a decir que no se va a cerrar ninguna web sin que lo ordene un juez. Tiene razón Cejamán: habrá que mejorar la redacción de la ley. Ya podemos quedarnos todos tranquilos: era sólo que no habíamos captado la sutil diferencia entre cerrar páginas y bloquearlas indefinidamente.

Pedro Terán dijo...

Por cierto, estamos todos esperando esos resultados de vuestro estudio con muchas ganas.

Sr.R dijo...

Tiene huevos que sean estos personajes los que protestaban de Franco.