miércoles, 16 de enero de 2008

"Peer review" (V)

Este es uno de Lepe... ah, no... este es el evaluador P protagonista de esta serie, que le piden un informe sobre un artículo. P se mira el artículo y ve que entra en una categoría de artículos rutinarios que llama "A+B=C". Es decir, cojo el resultado de A y lo combino con las técnicas de B y a lo que me sale lo llamo artículo.

Que no digo que no sea un buen ejercicio para estudiantes de doctorado, claro que lo es, pero estamos hablando de publicar en revistas internacionales.

Como a P le causa una frustración personal, porque es así de tonto, que cuando otras personas y él han desarrollado unas técnicas B para obtener unos resultados, en lugar de pasar a otra cosa siga habiendo un número de gente que tienen su nicho vital encontrado y no pretenden abandonarlo sino pasarse los próximos diez años -o abrir una "nueva línea de investigación" en este caso- "chupando del teto" de esas técnicas y aplicándoselas a resultados A obtenidos por otros hace veinte o treinta años para obtener más y más vueltas de tuerca de lo mismo, sin ninguna novedad o interés, ya digo que le causa frustración como se está demostrando ahora mismo, pues se pone a redactar su informe en la herramienta de la editorial y claro, se empieza a recalentar y a decir cosas claramente, así que deja aparcado el informe para otro rato.

Entonces, se le olvida el informe. Unos meses después recibe un recordatorio, pero está muy ocupado. La semana pasada recibe otro recordatorio. Hoy, alguien de la editorial debe de haber accedido a la herramienta y, al ver allí la arqueología referística escrita en un calentón, ha pensado que el pobre P debe de ser un poco lerdo y no encuentra el botón de "Enviar", y ha decidido ayudarle. Al poco rato, P ya ha recibido el mensaje automático de agradecimiento de la editorial, y copia del mensaje enviado a los autores.

Hala, ya se pueden reír.

15 comentarios:

Pedro Terán dijo...

No es grave. Simplemente, dice abiertamente cosas que preferiría decir "cerradamente".

Ángel M. Felicísimo dijo...

Yo escribo aparte y luego corto/pego. Así evito sustos como esos.

Unknown dijo...

No es malo el consejo de Angel, sobre todo porque como sigas así te veo saliendo de casa con barba y melena postizas...

unnombrealazar dijo...

Pues sí, me he reído.

Oremos al Señor para que no detecten de dónde viene la revisión.

Álvaro Roldán López dijo...

Uffffff. El corta y pega, si no va acompañado de una lectura posterior, tiene también un peligro tremendo. Yo he trabajado en un puesto de esos de "ayudante de evaluador para dar al botón enviar" y alguna que otra anécdota podría contar, pero mi ética profesional me lo impide.

Pedro Terán dijo...

Ángel: Ya, ya, si me lo dices cada vez.

Álvaro: Está interesante tu blog, entro ocasionalmente.

Por aquí hemos probado el ranking de SCImago; pero, especialmente a la luz del comentario que me dejaba Juan Pablo hace unos días (con ejemplos de revistas de primera línea en Matemáticas por debajo del puesto 150 en esa categoría), me temo que no funciona muy bien.

En cambio, el ranking por "Article Influence" que aparece en eigenfactor.com tiene muy buena pinta a primera vista.

Álvaro Roldán López dijo...

El factor de impacto ha sido estudiado por especialistas desde los años 60. Los indicadores de los que estamos hablando llevan entre nosotros tan poco tiempo que aun no ha dado tiempo a que los expertos se dediquen a estudiarlos, compararlos e indicar sus ventajas e inconvenientes.

Anónimo dijo...

Yo también he finalizado la lectura con una gran sonrisa, bueno, más bien, risa.

Pedro Terán dijo...

Álvaro, me parece muy bien tu prudencia. Lo que me pregunto es qué interés podría tener lo que digan los bibliómetras dentro de 40 años cuando hoy, a simple vista, se ve que da rankings absurdos.

JuanPablo dijo...

JAJAJAJA!! (me encantaría leer el blog de los autores, si lo tuviesen y publicasen su reacción al leer el informe).

Sobre el tema de los rangkings, el "Article Influence" me recordó un paper de unos físicos, que hacían el google-rank de los papers (bah, Markov, digamos, pero ellos lo llamaban así). Era un indicador muy bueno, porque hay papers tan fundamentales que ni se citan (por ej, introdujeron herramientas que se popularizaron muy rápido) y ellos vieron que este método los hacía rankear muy bien (de alguna manera, no es lo mismo que te citen en un paper de tipo A+B, que en uno con dos mil citas; el método los distingue porque se transfiere el prestigio).

Alvaro, el problema de los bibliómetras es que generan profecías autocumplidas: si se que en mi facultad van a evaluar siguiendo sus consejos de mirar este ranking o aquel, voy a tener que enviar a journals bien posicionado para no perder mi cargo (en Argentina no tenemos puestos de por vida, re-concursamos cada 6 o 7 años). De alguna manera, estos rankings supuestamente objetivos fallan en que descartan el conocimiento que tienen los expertos de su propia área al tratar de reducirlo a un número calculable sin ningún conocimiento de la misma.

Pedro Terán dijo...

"JAJAJAJA!! (me encantaría leer el blog de los autores, si lo tuviesen y publicasen su reacción al leer el informe)."

Touché.

Blas Femen dijo...

Hombre, todo lo cerrado aspira a ser abierto, lo oculto a ser desvelado.

Por poner un ejemplo sobre artículos y mamoneos similares: la continua y machacona persistencia de un colega en la autoría principal de un artículo conjunto, incluso en mi parte del artículo.

He comprobado su aseveración y he visto para mi indignación (que ya le he hecho saber mediante email) que era FALSO, mi parte la hice yo y no él.

Espero que mañana siga teniendo "director de tesis". ¡Niñatos de papá! Quieren demostrar a toda costa que trabajan para distraernos la atención de la auténtica realidad: que se tocan todo el día los huevos, se dedican a vivir a base de explotar a otros, y encima se atribuyen el mérito.

Mamones que están gordos de ostentación y vanidad, de retórica y soberbia. Lo que en su puta vida han trabajado quieren que otros lo hagan y encima se lo agradezcan.

Disculpad las groserías.

Álvaro Roldán López dijo...

Pedro, no creo que tengamos que esperar cuarenta años.

Juan Pablo, yo no creo que sea un problema de los bibliómetras. Un grupo de bibliometría genera unos índices o ránkings o como queráis llamarles para que sirvan de apoyo a la evaluación científica de unos investigadores. Si luego la evaluación se basa únicamente en dicho índice no creo que haya que culpar de ello a los bibliómetras sino a los responsables de la evaluación. La información bibliométrica es muy útil, pero debe servir como una herramienta de apoyo en la evaluación, no como una mágica bola de cristal en la que se confíe el futuro de la ciencia.

Anónimo dijo...

Al final cada cual va a quedarse con el indice que mas le favorezca. Es como eso de los coeficientes intelectuales. Como todo el mundo quiere ser muy inteligente y no todo el mundo puede sacar una puntuacion alta en los test de marras, ahi tenemos que si la inteligencia emocional, que si la inteligencia social,... Cada cual puede quedarse con aquella que le proporcione una mayor puntuacion y asi dormir bien orgulloso. Como decian en "Granujas de medio pelo": Aqui todos somos listos, pero este lleva gafas. Pos eso.

Pedro Terán dijo...

"Si luego la evaluación se basa únicamente en dicho índice no creo que haya que culpar de ello a los bibliómetras sino a los responsables de la evaluación."

Pues sí, qué duda cabe. A lo mejor has leído la "guía del evaluador" de las nuevas acreditaciones a titular o catedrático. En el caso que me queda menos lejano, se piden 20 artículos en revistas del JCR con al menos 10 en el primer tercio.

Qué duda cabe de que la culpa la tienen quienes compraron su cerebro en un puesto ambulante.

Lo peor de todo es que creen que estar en el JCR es una garantía de prestigio.

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Por no mencionar que venimos de habilitar para catedrático con menos de 20 artículos.

A veces es que la insensatez del sistema es tan grande que da ganas de mandarlo a paseo y ponerse a pedir en la calle.

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A mí ya me da igual lo que pidan, si piden 20 como si piden 60.

No tardaremos en vez los efectos destructivos de estas medidas sobre la ciencia española. Por lo pronto, la longitud media de los artículos va a reducirse a la mitad.