viernes, 23 de febrero de 2007

De camino a la facultad

Llevo varios días sin poder escribir y se me acumulan los temas.

Hoy se me ocurrió ir dando un paseo a la facultad y he tardado dos horas, lo que supongo que está bien con tal de no hacerlo todos los días.

Este es el testimonio gráfico de una odisea de tamaña magnitud:


Aquí fue cuando noté que me estaba separando de mi camino habitual.


Seguí caminando un rato con la sospecha de ir en dirección contraria a mi objetivo, hasta que me senté a descansar.


Aparentemente, no era el único al que se le había ocurrido ese atajo.


Así que, reluctante, volví sobre mis pasos.


Pero me despisté de nuevo.


Y otra vez esa persistente sensación de que la facultad estaba hacia el otro lado.


Desgraciadamente, los almendros no pudieron ayudarme pues estaban igual de despistados que yo: no hacían más que insistir en que la primavera ya había llegado.

Y el Corte Inglés sin darse cuenta...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ir a la Facultad es una facultad que a veces entraña dificultad.
Además, el paseo de Los Bearneses no va a ningún lado. Ni a Roma.

Pedro Terán dijo...

Que ya es decir...