viernes, 3 de noviembre de 2006

Miscelánea

Como sigo muy liado, en vez de pensar algo que me apetezca contar (como mi experiencia como secretario de una mesa electoral central hace años, esto es, secretario sin derecho a voto en esas elecciones... una historia que vale la pena), voy a hacer simplemente varios comentarios cortos para cumplir el expediente.

*Está al caer el visitante nº4000 desde que puse el contador; siguiendo la costumbre, en la próxima entrada diremos el agraciado. Esta vez intentaremos hacerle un pequeño regalo.

*Tengo ordenador nuevo en el despacho. Todo avanza: hace unos años, pedir un ordenador con tarjeta de sonido parece que quedaba mal; ahora vienen con regrabadora de DVD doble capa y nadie dice ni una palabra. Conexión gratis... grabadora... 2+2=4... luego nos sorprendemos de que el gerente reciba cartas amenazantes de la SGAE.

*Me han rechazado un artículo sin informes, es la leche (para colegas: nótese la diferencia entre "rechazar" y "devolver al autor sin aceptar a trámite"). Cuando acabe la historia, ya lo cuento con detalles.

*Este fin de semana escribiré, espero, la segunda parte de la entrada "Radio Nocturna".

*Ahora mismo estoy oyendo un disco que no se distribuirá hasta el día 13. Se hizo un "pre-release" en Japón el día 27 y acabo de bajármelo de una web rusa (aparte, las ediciones japonesas siempre incluyen un par de canciones extra). Ya hay un montón de material alusivo en sitios de reseñas y/o puntuaciones (en general acongoja, al estilo "este será el disco del año", "100%", "Technicality: 95/100 Originality: 95/100 Vocals: 100/100"... hay una web de puntuaciones donde lo han puntuado nueve personas y son nueve dieces). Aunque es obvio que eso lo dicen fans acérrimos, a ver qué tal está.

*Y es que en eso se basa la industria de la música: no en que uno sea bueno sino en que tenga una misteriosa cualidad no identificada por la que sea capaz de convencer a miles, cientos de miles o millones de personas de que es el mejor. Una especie de "enthousiasmos" moderno.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Guardame el ordenador viejo yo he roto el mio.

Pedro Terán dijo...

Pero recuerda: hay que quitarle las pegatinas de inventario antes de venderlo, que si no te pasa con uno que compró mi hermana, que presuntamente venía de un cibercafé que había cerrado y después encontramos en el monitor una pegatina de inventario de la Universidad de Oviedo.

Anónimo dijo...

Si las pegatinas son pornograficas yo las dejo, que motivan mucho para el trabajo.