Como sigo muy liado, en vez de pensar algo que me apetezca contar (como mi experiencia como secretario de una mesa electoral central hace años, esto es, secretario sin derecho a voto en esas elecciones... una historia que vale la pena), voy a hacer simplemente varios comentarios cortos para cumplir el expediente.
*Está al caer el visitante nº4000 desde que puse el contador; siguiendo la costumbre, en la próxima entrada diremos el agraciado. Esta vez intentaremos hacerle un pequeño regalo.
*Tengo ordenador nuevo en el despacho. Todo avanza: hace unos años, pedir un ordenador con tarjeta de sonido parece que quedaba mal; ahora vienen con regrabadora de DVD doble capa y nadie dice ni una palabra. Conexión gratis... grabadora... 2+2=4... luego nos sorprendemos de que el gerente reciba cartas amenazantes de la SGAE.
*Me han rechazado un artículo sin informes, es la leche (para colegas: nótese la diferencia entre "rechazar" y "devolver al autor sin aceptar a trámite"). Cuando acabe la historia, ya lo cuento con detalles.
*Este fin de semana escribiré, espero, la segunda parte de la entrada "Radio Nocturna".
*Ahora mismo estoy oyendo un disco que no se distribuirá hasta el día 13. Se hizo un "pre-release" en Japón el día 27 y acabo de bajármelo de una web rusa (aparte, las ediciones japonesas siempre incluyen un par de canciones extra). Ya hay un montón de material alusivo en sitios de reseñas y/o puntuaciones (en general acongoja, al estilo "este será el disco del año", "100%", "Technicality: 95/100 Originality: 95/100 Vocals: 100/100"... hay una web de puntuaciones donde lo han puntuado nueve personas y son nueve dieces). Aunque es obvio que eso lo dicen fans acérrimos, a ver qué tal está.
*Y es que en eso se basa la industria de la música: no en que uno sea bueno sino en que tenga una misteriosa cualidad no identificada por la que sea capaz de convencer a miles, cientos de miles o millones de personas de que es el mejor. Una especie de "enthousiasmos" moderno.
Hamlet
Hace 1 día
3 comentarios:
Guardame el ordenador viejo yo he roto el mio.
Pero recuerda: hay que quitarle las pegatinas de inventario antes de venderlo, que si no te pasa con uno que compró mi hermana, que presuntamente venía de un cibercafé que había cerrado y después encontramos en el monitor una pegatina de inventario de la Universidad de Oviedo.
Si las pegatinas son pornograficas yo las dejo, que motivan mucho para el trabajo.
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