domingo, 5 de julio de 2009

Reseña de 2001 (I)

Hola, amigos, a lo largo de varias entradas vamos a (humildemente) intentar explicar a vuelapluma el argumento de la película 2001: Una odisea del espacio de Stanley Kubrick, un valor a descubrir por su realismo social y crítica de los imperialismos. Observo que mucha gente no tiene claro el inequívoco mensaje de esta obra, aquí les presento mis reflexiones al respecto.

Hay que aclarar que una de las características de esta película es la investigación sobre el tiempo humano como opuesto al tiempo "objetivo" propugnado por la teoría de la relatividad y, por tanto, no debe sorprendernos que un verdadero fresco de nuestra época contenga atrevidos saltos temporales que debemos interpretar tanto como prospección de la memoria como pre-elongación del futuro o su llamada/evocación desde la matriz escatológica llena de simbolismo de nuestro circunstante presente.

La cinta principia con imágenes de la Tierra desde el espacio. Estos planos, aparte de ser un artefacto o trampantojo (pues el espectador conoce que el presupuesto del film no basta para botar espacionaves que efectúen esas grabaciones), lo que nos conduce al terreno del choque dialéctico natural-artificial (Marco Aurelio: Nulla natura inferior est arte; nam etiam artes naturam imitantur) como también a una posible lectura luddita de la obra, son intemporales. Desde la estratosfera y más allá, situados geométricamente en un punto de observación privilegiado (deliberadamente no no-privilegiado, como Mr.Einstein nos haría suponer) situado arbitrariamente cerca del infinito -es decir, donde las paralelas convergen en un continuo tan caótico, no lineal y no euclidiano como el corazón de cualquiera de nosotros- la Tierra habría de parecernos la misma hoy, mañana y en cualquier momento.

Claro que para ello tendríamos que ser inmortales, lo que no es el caso pero aquí se nos propone fingirlo a través de la magia del cine. Esta introducción nos hace preguntarnos: ¿en qué época va a situar Kubrick el inicio de su relato? Nótese el momento en que se nos muestra a Luna y Tierra en conjunción; de nuevo las Meditaciones de Marco Aurelio vienen a la mente pues
Sphaera animi sui similis, quando se neque extendit ad aliquid, neque intro se contrahit, neque dilatatur, neque subsidit, sed lumine collustratur, quo veram et omnium rerum et suam ipsius naturam perspiciat.
Así, ¿quién no ha pensado que la Luna es una esfera que refleja la luz sin contraerse ni dilatarse? (Una nueva -y nuevamente desaprobatoria, si soterrada- alusión al creador de la bomba atómica, Mr.Einstein.) Pero hoy sabemos que esta conclusión es inevitable tan solo si nos imbuimos del paradigma machista de la ciencia lineal.

En el futuro, bien podríamos encaminarnos a una comprensión de lo lunar femenino desde las perspectivas adaptables de lo fluido; y esto parece sugerir la cinta pues, en una dura acusación (que, por situarse la acción en el futuro cercano, solo podemos entender dirigida a nosotros mismos), nos mostrará mujeres en la Luna y el espacio exclusivamente como sirvientes (a lo sumo, subordinadas) de los hombres, mientras que la misión espacial fracasa debido a su diseño defectuoso que delata las fútiles fantasías de control y dominación machista de los hombres a cargo de "la conquista del espacio" (uno de los primeros títulos de trabajo del proyecto), a las que la máquina HAL9000 encuentra finalmente imposible someterse. Pero dejemos esta línea de pensamiento, pues es anticiparse a fases posteriores del film.

Anticipándose o no, todo esto está claramente sugerido por la imagen, repito, de la Tierra y su satélite en conjunción.

Aun así, persiste paradójicamente la indefinición temporal de dicha imagen: la consecuencia más palmaria de la conjunción es el eclipse (bien de Luna o de Tierra según el cuerpo que se interponga entre el otro y el Sol), momento privilegiado por la visión machista de la astronomía en virtud del supuesto interés de su predictibilidad, aunque a nosotros nos interesa más bien porque, precisamente, el momento de la conjunción y el consiguiente eclipse es el único en que la Luna deja de poder ser percibida por los ojos humanos como un solis lumine collustrator.

Como no por ello deja de existir, se activa el reconocimiento de una (tan solo, pero, aun así, tanto) realidad Absoluta de su esencia que va más allá de la subjetividad (apercepción individual del suceso) y de la intersubjetividad (ciencia; véase la autopoiesis de Maturana y Varela). Pero, desde nuestra perspectiva de observadores privilegiados e inmortales, Kubrick nos permite observar dicha escena desde fuera, con lo que el nudo gordiano se desata, Fortuna ríe y cae el velo de la ignorancia cósmica, generando una paradoja por autorreferencia que sólo se explica a nivel de metarrelato por el recurso de Kubrick a la excitación visual planificada del hipocampo y los centros imaginadores de la psique, esto es, lo que solemos llamar el cine o séptimo arte.

3 comentarios:

Pedro Terán dijo...

Hasta aquí la primera parte de estas reflexiones que comparto con ustedes. En una próxima entrada, trataremos del segundo episodio de este interesante film.

zeyar5 dijo...

¬¬

Tu exposición me ha dejado sin palabras. Estoy seguro de que se acerca a las grandes explicaciones de esta compleja obra.

Me tienes expectante de la continuación :P

P.D. Que malo es levantarse temprano de la cama los domingos.

Pedro Terán dijo...

Hola, Zeyar. Gracias por tenerme enlazado, estuve en tu blog hace un tiempo pero casi solo tenías el horario de autobuses.

Espero mantener el nivel en las siguientes partes de la saga ;)