martes, 15 de julio de 2008

Nunca digas nunca jamás

Cuando uno evalúa un artículo, puede hacer cuatro recomendaciones a la revista:

-Aceptar (los cambios necesarios son cosméticos)
-Revisión menor (es necesario realizar cambios de cierta entidad; de llevarse a cabo satisfactoriamente, el artículo será aceptable)
-Revisión profunda (es necesario resolver problemas o errores de contenido, estructura, etc. o mejorar sustancialmente los resultados para que sea aceptable)
-Rechazar

Pues nada, me he dado cuenta de que, en las 47 ocasiones en que he evaluado un artículo, nunca he recomendado "aceptar" ni "revisión menor". Lo más favorable que he dicho de un artículo es que necesitaba una revisión profunda: más o menos, un tercio de revisiones profundas y dos tercios de rechazos.

Y esto me hace preguntarme: ¿será posible que sea una persona excesivamente crítica?

5 comentarios:

Pedro Terán dijo...

Me refiero al artículo tal cual llega, claro que he aceptado segundas o terceras (o cuartas) versiones.

JuanPablo dijo...

podrías hacer otra medición: buscar cuál de esos artículos sí fueron aceptados después (por esa u otra revista) y, en ese caso, ver si lo hubieses aceptado para la otra

Pedro Terán dijo...

¡Retractación! Me he dado cuenta de que una vez sí recomendé aceptar un artículo tal cual venía (ya me quedo más tranquilo).

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JuanPablo: Aunque nunca he hecho un estudio serio, mi impresión es que al menos la mitad no se publicaron nunca, bien por demostraciones incorrectas o por ser consecuencia de resultados ya publicados, o por encontrar yo una demostración breve.

En los casos de rechazo por falta de originalidad de las técnicas y de significación de los resultados, los autores son mucho más refractarios (yo también, claro) y casi todos terminan apareciendo en otro sitio.

Si una revista especifica en sus instrucciones que quiere ser especialmente selectiva, intento con alguna paciencia adaptarme a su gusto, y al revés si me parece que la exigencia de originalidad y relevancia no es tan importante para la revista; pero, en otro caso, el criterio viene a ser el mismo para cualquier revista. Intento no facilitar el "Su artículo es interesante y publicable, esperamos que encuentre una revista a la que le interese publicarlo" que todos hemos sufrido. Por ello, en casi todos los casos la recomendación sería la misma para cualquier revista.

Anónimo dijo...

Yo creo que la causa está en que, aunque creas que haces las cosas por haberlas razonado, las haces por motivos emocionales (léase ego) y después las racionalizas. Que eres un pedante y un arrogante, vamos. Si no, a qué viene por ejemplo contarnos esta chorrada, don importante.

Pedro Terán dijo...

Hola, Anónimo.

Los blogs están para contar chorradas. La pregunta no es qué hago yo escribiéndolas sino tú leyéndolas, digo yo.

Lo del ego podría ser cierto o no serlo; en cualquier caso, prefiero confiar en el criterio de alguien que me conozca de algo, ¿no te parece?