Estábamos cenando, iba todo bien y de repente va y me pregunta:
-Por ejemplo, los logaritmos, ¿para qué sirven?
-¿Los logaritmos? -pregunté, por ganar algo de tiempo.
Así que me explicó que siempre le había quedado la curiosidad (curiosidad plenamente justificada ya que hemos inventado el ordenador y, por tanto, las cuentas que usan logaritmos las hace él sin que nosotros lo sepamos).
-Entonces, ¿no sirven para nada?
-Sí, los logaritmos te aportan una visión distinta de las operaciones artiméticas. Por ejemplo, si tú quisieras saber cuántas cifras tiene el resultado de hacer seis elevado a mil, supongo que multiplicarías 6 por 6, lo que te salga por 6... así mil veces, y luego contarías las cifras que te han salido, ¿no?
-Sí.
-Bueno, pues yo te puedo decir ahora mismo, usando los logaritmos, que seis elevado a mil tiene... 779 cifras, y también te puedo decir que la primera... es un 1. O sea, un uno y 778 cifras más.
Y de esa forma salvé el match ball. Qué respuestas tiene uno que llegar a improvisar por la pervivencia de la especie.
Peliculeces
Hace 1 hora
3 comentarios:
En su época de gloria, Pedro Terán caminaba erguido, ufano, era un parrandero inagotable, bebedor sin fondo, cantante enamorador.
Leído en:
http://www.elmundo.es/suplementos/magazine/2007/404/1182276009.html
Algo así debía de ser para ser capaz de ligar a golpe de logaritmo...
Pues sí, a que es un enlace gracioso...
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