sábado, 3 de noviembre de 2007

Open access

Hay cosas que le sorprenden a uno: por ejemplo, que Pepiño Blanco sea capaz de mantener un blog donde cada entrada está llena de enlaces, en el tiempo libre que le deja salir en la televisión haciendo oposición al PP y diseñar las estrategias del PSOE (tarea a la que, como es evidente por los resultados, dedica gran parte de su intelecto).

¿Cómo es posible? He aquí un nudo gordiano, y yo recomiendo seguir el ejemplo de Alejandro.

Ahora imaginemos, por ejemplo, a un labriego que tiene un campo de patatas. El labriego trabaja el campo y luego vende las patatas por 10 céntimos el kilo cuando el coste de producción es de 11 céntimos el kilo. Las patatas alcanzan el mercado a un precio de 60 céntimos el kilo.

(Después de comprobar que no me he inventado esas cifras, subraya la palabra "patata" y discute sobre ella con tu compañero.)

Diremos: ¿es posible que exista un modelo de negocio impuesto más abusivo que el de las patatas?

Bien, imaginemos a un labriego que tiene un campo de patatas. El labriego trabaja el campo y luego le regala las patatas a un intermediario, que las vende a, pongamos, 30 euros el kilo.

Esto sería peor, ¿no?

Ese es el modelo imperante en el negocio de la literatura científica.

Y diremos: ¿es posible que exista algo peor?

Claro que sí: es cuando el intermediario le va al labriego, pone cara seria y le dice: si por cada kilo de patatas que me des, me pagas 30 euros, yo subiré las patatas a mi web para que se las baje quien quiera.

Esto es lo que algunas editoriales conceptúan como "open access", y ahora resulta que hay labriegos a los que les parece superguay.

Y mi pregunta es: ¿cómo es posible que a alguien le parezca superguay poner de su bolsillo 1145 (mil ciento cuarenta y cinco) euros por el derecho a regalar sus patatas? Otro nudo gordiano, señores, otro nudo gordiano.

7 comentarios:

Ángel M. Felicísimo dijo...

Corolario:
El autor: se queda sin 30 euros y sin patatas pero recibe palmaditas en la espalda.
El intermediario: se queda con 30 euros y con las patatas pero deja que todos las vean en el escaparate.
El consumidor: puede mirar las patatas y darle palmaditas al autor.

Yo defiendo que las administraciones hagan lo mismo que PLoS, sacar revistas de acceso libre, pero gratis.

KikoLlan dijo...

Si de verdad te preguntas porque a mi me parece superguay el modelo open access, podrías habérmelo preguntado vía comentarios :-)

En cualquier caso, y siguiendo con tu analogía:

- Nótese que en ningún caso el labriego gana dinero con sus patatas. Aunque en el segundo caso, además paga. Cierto.

- En el primer caso los consumidores de patatas tienen que pagar por ellas, mientras que en el segundo caso no porque ¡Las patatas son gratis! (los pobres tendrán patatas también)

Si ahora incluimos dos condiciones:

1) uno de los objetivos del labriego es que sus patatas sean consumidas por cuanta más gente mejor—busca palmaditas— (además la analogía aquí flojea, porque los artículos no se "gastan" al ser distribuidos).

2) que el labriego es un consumidor de patatas de otros productores.

Con el segundo modelo (open access) permite que el labriego distribuya más sus patatas, y que puede que incluso ahorre dinero ya que no tiene que pagar por las patatas que consume

(Depende de tu producción, los costes de suscripción serán menores o mayores que los de publicar en OA).

Un saludo!

Ángel M. Felicísimo dijo...

Las palmaditas son la clave del asunto.
Las hay de dos tipos:

1. La revista donde ha publicado kikollan (felicidades) ha alcanzado un factor de impacto de 5.4 el primer año lo cual es una enormidad. Luego ha bajado algo pero 3.6 sigue siendo mucho, muchísimo.
En el caso de PLoS Biology la palmadita puede atragantarte: 13.8 el primer año y 14.1 el último. PLoS Medicine lo mismo, le costó más despegar pero está hoy en 13.7

2. El OA asegura que te citen más luego tu indice h y cosas así será mejor que si publicas en una revista cerrada y cara para el consumidor de fécula.

El truco está en que los 30 euros (US$2750 en PLoS Biology y Medicine, no se lo pierdan) deben salir de proyectos (dinero público, ooops), equivalentes a las subvenciones a la producción de patatas.

Por tanto: si estima que su producción va a ser buena, pida dinero para enviar sus patatas a revistas que le vengan mejor que las clásicas a efectos de impacto y de citas.

KikoLlan dijo...

Ojo, estamos analizando el asunto desde el punto de vista del autor—no se porque será— pero una parte importante del asunto esta en otro sitio.

Si se impone el modelo OA:

- Las instituciones de investigación más grandes pagaran por lo que producen y no por lo que leen, quizás resulte más dinero que ahora (si producen mucho).

- Las instituciones más pequeñas no pagan por leer las decenas de revistas que necesitan, sino solo por los pocos artículos que publican. Además, pueden empezar leyendo gratis, y solo si tienen resultados, gastarse dinero en publicar (de hecho, BMC ofrece la posibilidad de publicar gratis si demuestras que no tienes fondos, creo).

- Todo el mundo puede leer más. No hay que plantearse si cierta suscripción es buena inversión o no. Simplemente se accede y se lee. Esto es bueno para gente currando en temas interdisciplinares, por ejemplo.

- Empresas, revistas de divulgación científica o cualquier entidad o persona tendrá acceso al conocimiento que se recoge en las revistas. Hay mucha gente que NO tiene ningún interés en publicar—no participan del juego este— pero que pueden tener interés en leer revistas científicas.

En definitiva, yo creo que a la universidad e instituciones les da lo mismo pagar por leer que por publicar. Pero con el modelo OA el número de lectores se extiende.

P.D: La posibilidad de crear revistas OA sin ánimo de lucro—como mencionaba Angel más arriba— pueden surgir y tratar de competir. Sería bueno, pienso.

JuanPablo dijo...

este es uno de mis temas favoritos, y me preocupa porque con lo que gano en mi país (o con los subsidios que nos dan) no podría pagar mis publicaciones. Imaginen que 3000 dolares son mi sueldo de tres meses, y dinero público para tales gastos no existe.

Es raro, pero hasta las editoriales más comerciales (Elsevier, por ej.) permiten que el autor no pague, y estos modelos OA que se supone nos beneficiarían, nos dejan completamente afuera.

Anónimo dijo...

"Y mi pregunta es: ¿cómo es posible que a alguien le parezca superguay poner de su bolsillo 1145euros por el derecho a regalar sus patatas?"

Hombre, partiendo de la mentalidad usurera de todo este asunto, parece que la supuesta "relación mercantil" está en que la editorial ofrece un servicio que consiste en poner la "plataforma de lanzamiento" de tu cohete-patata, algo similar a las franquicias, que pagas por el know-how y luego rentabilizas.

Anónimo dijo...

Además, pongámosle por un momento que el modelo OA se impone por completo. ¿Cómo hace un joven, cerca de graduarse o recién graduado? Posiblemente no dispone de aún de un subsidio que contemple destinar parte del dinero a publicar, y para complicar las cosas si quiere obtener dicho subsidio se valorará las publicaciones que tenga. Para salir del círculo vicioso debe publicar como sea, de modo que acerquémosle algunas sugerencias: a) La MacSolution: Durante algunos meses te vistes con sacos de patatas y merodeas los MacDonald´s por la noche para alimentarte con las McCain que hayan sobrado para ahorrar salarios que te permitan publicar. Ah, si encuentras en la basura alguna clave que alguien no haya utilizado para las terminales del Mac Donald´s puedes leer gratuitamente on line las publicaciones OA (y quizás tu bien pagado (por ti) primer paper virtual).
2) Papa´s solution: Si tienes la suerte de que papi y mami tienen una posición desahogada (quizás porque se dedican a algo menos poético que la carrera de la patata) puedes intentar que ellos -además de quizás costear (o contribuir a costear) tu educación inicial, media e incluso quizás la universitaria también lo hagan con tu actual profesión.
3) The Big Brother´s solution: Le chupas la patata a algún investigador senior que ya haya roto la cadena alimenticia de la patata antes que tú, de modo que disponga de un subsidio que le permita publicar, y que te incluya como co-labriego en alguna de susu patatas. Con suerte, si además le gusta mucho como le chupas la patata puede llegar a interceder por tí para pergeniar un concurso dentro de tu línea de producción de patatas que te permita ingresar como patata adjunta a la cadena alimenticia de su universidad.