martes, 13 de marzo de 2007

Cuatro (VI)

Inasequibles a todo tipo de desaliento, y en especial a ese que sospechan con toda razón, seguimos dedicándonos a lo que Gallud llamaba recientemente "cutrez posmoderna" o algo parecido.

Hoy: cantantes.

Como ya saben, no garantizamos nada. Ni que sean buenos, ni que sean los mejores, ni que en estas canciones se note lo buenos que son, ni que sean representativas de su forma de cantar, etc.



John West
. Este estadounidense es de ascendencia india (nativoamericana, que diremos pasado mañana), no sé exactamente en qué grado, a pesar de lo cual le ha tocado ganarse las lentejas con grupos más bien europeos como los daneses Royal Hunt. Esto que subo es aparentemente una cosa rara ya que no he conseguido de ninguna manera encontrarla en Internet y he tenido que bajarme un programa para ripear el CD original. Es una versión en directo muy desnuda, grabada en Osaka en 2002, de la canción "Follow me", y que aparece en la edición en digipack del disco "Eyewitness". Hay varias grabaciones de esta canción, pero esta es la buena.

Geoff Tate. Existe la minoría muy minoritaria de quienes creen que Tate es el mejor cantante de la "historia del metal". Ahí estoy yo. Queensrÿche es uno de los muchos grupos que nunca llegaron a comerse una rosca en comparación con la calidad individual que tenían. A lo más que llegaron, si medimos las cosas en términos de industria, es a ser teloneros de una gira de Bon Jovi (¡horror! ¡escarnio!) y a tener un hit en la MTV. Éste es: "Silent lucidity", con una orquestación muy suave de Michael Kamen y buena para escuchar en los viajes aunque algo insustancial en comparación con lo normal en la banda.

Jørn Lande. Este noruego es, dicho desde mi ignorancia, el mejor cantante melenudo surgido en los últimos diez años. Aquí lo tenemos cantando "Silent is the rain" en plan crepuscular, en la época cuando empezaba a llamar la atención con el grupo Ark, que sólo sacó un disco (más una maqueta anterior que la discográfica convirtió en disco contra la voluntad del grupo).

Daniel Gildenlöw. Este sueco de asombrosa versatilidad ya ha aparecido por aquí con una canción de construcción parecida a la de esta. Le están dando bofetadas hasta en el carnet de identidad con el último disco de su grupo Pain of Salvation, de donde sale este "Cribcaged", toda una declaración de repudio al star-system. O declaración de guerra a los EE.UU., que es como se han tomado en ese santísimo país el disco y la negativa de Gildenlöw a tocar allí mientras sigan tomando las huellas dactilares (y otras cosas, me supongo) a los que entran en el país.

2 comentarios:

Unknown dijo...

En esta ocasión he tenido que escuchar tres o cuatro veces cada canción para poder emitir un juicio sobre ellas, ya que, inexplicablemente, he sido rodeada en numerosas ocasiones por manadas de moscas que, inexplicablemente también, han captado mi atención con un poco más de intensidad. Creo que ha sido al llegar a los múltiples “fuck…” del amigo Gildenlöw (no entiendo el mosqueo de los EE.UU con el pobre hombre, pero es que hay gente que no aguanta patadas en los ojos, fíjate tú) cuando las moscas han decidido buscar otro sitio en el que “pacer”.

Vamos, que una vez más, si me tengo que quedar con alguna de tus propuestas, lo hago con la más accesible según mi maleducado oído, es decir, la de “Silent Lucidity”.

Sigo sin encajar los “vibrattos” :S

Looking forward next "Cuatro" ;-)

Pedro Terán dijo...

Moscas, murciélagos... Me acabarás convenciendo de que es por ser tan blanquita.

El vibrato tan insistente de Lande en "Silent is the rain" es un poco molesto al principio, pero a las pocas escuchas deja de notarse. El de West es un recurso típico del mundo peludo por la razón que hemos discutido otras veces: para que la voz no quede escondida por debajo de las guitarras y la batería en la mezcla.