sábado, 9 de octubre de 2010

Enlaces y música

Se me está ralentizando el Windows; antes de que se me rompa el Firefox, aprovecho a poner algunos enlaces que a lo mejor interesan a alguien.

Gotas de agua y nanotubos de carbono, historia visual de un desencuentro en el blog de Emule Francis.

Cómo cantar death metal, en Wikihow, algo que ningún ocioso debería ignorar.


Por otro lado, ya puestos, vamos a poner algunos enlaces a Spotify con música que no es mi tipo habitual, por aquello de recompensar a quienes pinchan y luego me hacen sentir culpable. En esta ocasión, van dos de jazz y dos de clásica.


Jan Johansson fue un pianista sueco al que reconocerá una minoría si digo que es el padre de Jens y Anders Johansson, y una mayoría si digo que compuso la cabecera de Pippi Calzaslargas. Esto es de un disco muy entretenido inspirado en melodías tradicionales suecas.

Siempre digo que me tengo que poner con John Zorn pero nunca lo hago.

El Vals Triste de Kuolema, de Sibelius, en versión de la Filarmónica de Oslo con Mariss Jansons a la batuta. A mí no me gustan los vals, como demuestra el que mis favoritos sean este y el carnavalesco de Khatchaturian. Esta versión se aproxima relativamente a como yo creo que debería sonar: triste y subrayando las oleadas de tensión y liberación, no relajante, ni liviano, ni como algo que podría salir en nuestros televisores el día de Año Nuevo. Al fin y al cabo, se supone que al concluir el vals la Muerte (Kuolema) llamará a la puerta para llevarse a un niño.

Y, finalmente, el Capricho nº24 de Paganini, por Ryu Goto. Sin intentar parecer más pedante de lo habitual, es difícil encontrar al azar grabaciones meramente aceptables; por aceptables quiero decir que no tengan defectos tan evidentes que yo los note, y que también suenen remotamente como yo creo que deben. Como todos estos violinistas pertenecen a una cultura musical radicalmente distinta de la mía, pues eso. De la minoría de violinistas capaces de tocar los Caprichos (este, en concreto) sin parecer terriblemente incómodos, parece que casi todos tienen ese enfoque de respeto por la obra y de que la música tiene que sonar "elegante"... lo que a mí me parece contraproducente en casos como el de esta pieza, con un marcado componente enérgico y transgresor que se suele omitir por completo. Ese es el caso de Goto, que, si bien crea la fantástica ilusión de que está tocando cómodo y hasta despacio, dan ganas de gritarle: ¡Pero desmelénate! ¡Dónde está la violencia?


PD: Y, por contra, a quien no le guste el vals de Sibelius, siempre puede ponerse el Unquestionable presence de Atheist. ¡Qué pedazo de disco!

15 comentarios:

Carlos Garrido dijo...

Hace falta algún plug para el firefox?

Esque no me abre los spotify, dice que el protocolo no está asociado a ninguna aplicación : /

PD:
¿Cómo llega una persona a lo de cómo cantar Death Metal? xD

Pedro Terán dijo...

Antes, cuando subía música, lo hacía de forma que todo el mundo las pudiera oír: buscaba de dónde bajarme los discos, subía las canciones a alguna parte, y copiaba los enlaces en el blog. El problema es que este proceso consume mucho tiempo, así que hora entro en Spotify y en cuatro clicks ya está.

Para usar Spotify tienes que hacerte una cuenta en spotify.com e instalar un programa en tu ordenador.

Ahora mismo, la gente que entra en la versión gratuita está limitada a escuchar 20 horas al mes (supongo que con publicidad además). Los que entramos en el pasado a la versión gratuita o los que acceden por invitación, podemos oír lo que queramos pero con publicidad. Por 5 euros al mes te librarías de las dos limitaciones, y por 10 euros al mes puedes pasar la música al móvil y cosas así.

En este momento hay una oferta de "prueba una semana gratis" el modo sin publicidad, de todas formas lo primero que te piden es una tarjeta de crédito para cargarte los 10 euros si no te das de baja en una semana (!). Son gente maja, en lugar de decirte "Apúntate a pagar 10 euros al mes y te regalamos la primera semana", que es la verdad, te dicen "Prueba gratis, pero primero dinos a dónde te cargamos los recibos"...

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Lo del death metal, pues yo estaba buscando alguna otra cosa cuando apareció eso en Google y me pareció muy interesante, porque sabía que existe una técnica "correcta" para no dañar las cuerdas vocales, y cuando tengo el día que me da por ahí yo ya no me hago daño en las cuerdas pero sí se me resiente la voz y sé que no lo hago correctamente.

Toma confesión :S

Carlos Garrido dijo...

No sabía yo de eso del spotify; creo que le echaré un ojo cuando ande desocupado...

PD:
Pedro Teran cantando Death Metal? Quién lo viera xD

Pedro Terán dijo...

XD

Unknown dijo...

Más que verlo es escucharlo :P

Cómo me gusta Sibelius ;)

Pedro Terán dijo...

A mí no creas que me entusiasma, para nacionalismo prefiero a Dvorák... y no creo que Dvorák vaya a pervivir.

Unknown dijo...

Tuvo la gran suerte de tener su minuto de inspiración con la Sinfonía del nuevo mundo y eso no es algo que vaya a perderse en los anales de la historia, me temo...

Pedro Terán dijo...

Bueno, yo eso tampoco lo veo así :p

La SdNM fue duramente criticada en aquel momento precisamente por lo que hoy la hace más cercana a nosotros, la influencia de la música popular estadounidense (que Dvorák llevaría a su extremo en el Cuarteto Americano). De ahí, creo yo, su desproporcionada popularidad, no es que sea más o menos inspirada sino que por afinidad nos lo parece a nosotros.

Unknown dijo...

Con esta respuesta, al margen de intentar epatar a tus lectores, sin mucho éxito probablemente, te alejas del tema que estábamos comentando: la pervivencia de Dvorak que es un hecho sea cual sea la causa.

:P

Pedro Terán dijo...

Éxito ninguno, lo de las críticas venía en la "contraportada" del disco de la Deutsche Grammophone que tenía o tiene mi madre.

Lo que quiero decir es que, cuanta menos calidad tiene algo, más depende de la confluencia de factores externos.

La 9ª de Dvorák, en la perspectiva populachera a la que nosotros pertenecemos, es "la" sinfonía. Hemos oído hablar de otras sinfonías remotamente, sobre todo porque han hecho películas sobre sus compositores, pero nos parecen un muermo. La SdNM es la única sinfonía que somos capaces de tragarnos.

Si a aquella gente les hubiera dicho un viajero del tiempo que en el siglo XXI se prestaría más atención a la sinfonía que en su tiempo al madrigal o al canto melismático, seguro que se habrían sorprendido. Y si a continuación les hubiera dicho: y esto es lo que quedará en el imaginario colectivo de mi época como epítome de la forma sinfónica, y les pusiera una grabación de la SdNM, pues simplemente no se lo iban a creer.

Y conste que a mí el 4º movimiento me encanta, y que toda la SdNM la escucho con gusto.

Pedro Terán dijo...

"La SdNM es la única sinfonía que somos capaces de tragarnos."

Y eso porque que si el tren, que si los indios...

Carlos Garrido dijo...

Y no olvides el anuncio de una compañía de seguros cuyo nombre no recuerdo xD

Unknown dijo...

A mí sólo me hace pensar en los "Snakies", que ya ni recuerdo lo que eran :P

Pedro Terán dijo...

Pues fue también una buena temporada la música de la publicidad del BBVA, no sé si como BBVA, como BBV o como Argentaria.

Pedro Terán dijo...

Por cierto, que ha salido aquí lo que le intenté explicar a aquella chica que se llamaba Beatriz y que creo que se tomó a mal: que no es bueno que seamos capaces de generar textos como "el epítome de la forma sinfónica" sin tener ni idea de qué es o no una sinfonía. Esos principios educativos están mal.