Con lo que me dieron por charlar en Badajoz me compré siete u ocho libros, entre ellos dos (no, tres) de filosofía. A mí la filosofía me da una cierta alergia; para ser más exacto, la "F"ilosofía. "f"ilosofar en el sentido de pensar o reflexionar me parece muy bien; pero "F"ilosofar en el sentido de hacer "F"ilosofía aceptable por la comunidad académica de los filósofos es otra cosa más pecaminosa.
Uno de los libros que compré es un ensayo que se llama "Entre lobos y autómatas" o algo así, no recuerdo el nombre del autor pero es el "Premio Espasa de Ensayo" de no sé qué año, probablemente el 2006. Al autor, aparentemente, se le ha metido en la cabeza que hay una conexión entre la (presunta) progresiva cyborgización del ser humano y la (presunta) ascensión de los animales al estatus de humanos. Parece que el plan de tal obra estaría muy claro:
a) Demostrar que existe alguna cyborgización del ser humano.
b) Demostrar que existe alguna humanización del trato a los animales.
c) Proponer los elementos a través de los cuales existiría una conexión causal oculta.
d) Demostrar la existencia de esa conexión.
Pero lo que el autor hace es contarnos mil historietas que ha encontrado por Internet en su horario de trabajo, que si ha encontrado braguitas para perros en celo o investigación sobre cómo los robots asistentes deberían dirigirse a los humanos para "llevarse bien". Está bastante claro, pero sólo leyendo entre líneas, que las ideas del autor son que los humanos en general están un poco perdidos sobre qué es ser humano, lo que sería la causa común de considerar tanto que los añadidos electrónicos pueden
mejorar al ser humano como que los perros tienen que ir a la pelu regularmente. He llegado a las dos terceras partes del libro y el esfuerzo del autor por resolver (a), (b), (c) ó (d) es nulo por ahora. Tampoco se ha molestado en aclarar si el sentimiento de escándalo que le inspiran estas presuntas tendencias se origina en una idea religiosa sobre la inviolabilidad de lo humano, que es lo que parece.
En un punto concreto, dice (tan literalmente como lo recuerdo):
La memoria de un ordenador puede ser de hasta 15 megavatios.
Esto es anecdótico sin duda, pero refleja un mal endémico entre los "F"ilósofos: que no tienen el más mínimo respeto de los saberes ajenos. ¿Cómo va alguien a enmendar la plana a la comunidad de Inteligencia Artificial, como hace este señor (quedando bastante en ridículo por cierto, porque lo primero que hay que hacer para criticar lo que alguien defiende es enterarse de qué significa lo que dice), si no sabe qué diferencia hay entre un vatio y un byte?
¿Por qué va a importarle a un "F"ilósofo como este en qué carajo se mide la memoria de un ordenador, si todos sus colegas saben que la "F"ilosofía es un saber "primario" y "fundamental" al que están subordinados los otros? Mejor ocuparse de cosas realmente importantes.
¿Que la ciencia contradice las elucubraciones de la "F"ilosofía? ¡Peor para la ciencia! No hace mucho leía que la idea (asociada a Einstein) de que tiene sentido discutir la geometría del espacio vacío es una barbaridad porque el espacio vacío contradice al materialismo de Gustavo Bueno.
Eso sí, si protestas te dirán que los científicos son como el personaje de Molière que no sabía que hablaba en prosa: los científicos, aunque no lo sepan, también defienden una filosofía, y además una que da pena (presocrática total). No debemos escucharles, por tanto, cuando nos digan que no nos enteramos de nada.
Es mejor que sigamos ojeando trabajos de ciencia e ingeniería sin saber ciencia ni ingeniería, e imaginándonos que los textos que allí encontremos quieren decir lo mismo que si esas palabras las escribieran filósofos profesionales. Con esta técnica, sólo del propio nombre "Inteligencia Artificial" podemos extraer mil y un errores, y acto seguido pasar a corregirlos. De los párrafos introductorios de una comunicación de cuatro páginas en un congreso, podemos sacar material para un capítulo.
Y, sobre todo, nunca aprender esos saberes "secundarios": correríamos el riesgo de enterarnos de lo que realmente dicen, y se nos acabaría el chollo.