martes, 18 de abril de 2006

Publicidad gratuita de Media Markt

Me he comprado un portátil. De hecho estoy escribiendo esto en casa, nutriéndome de la red inalámbrica de la Facultad de Ciencias (supongo, porque es lo que me queda más cerca). Por una vez, vivir en el campus tiene algo positivo.

De hecho, estoy tan contento con el parato que he decidido hacerle publicidad a la empresa que me lo ha vendido. Y qué mejor forma que hacerles el relato de mis visitas a Media Markt ayer.

En la primera visita me llevé un portátil que no es éste que tengo. A la apertura de la caja, mi impresión no pudo ser más positiva:

-Bolsa precintada con el equipo, desprecintada.
-Sobres con los CDs, abiertos.

Al ponerle la batería y conectarlo a red, esa primera impresión se vio reforzada por los hechos siguientes:

-Testigo de carga de batería, no se enciende.
-Windows me pide la contraseña de usuario.

En fin, ya ven que las prácticas comerciales de Media Markt son casi tan buenas como las del Banco Confianza.

Después de comer, hala, segunda visita. Como iba con mi padre, que es el que tiene el carnet de conducir, yo pude hacer de poli bueno todo el rato; lo que sí he comprobado es que mi tono amable y mesurado puede no ser el mejor para que la gente de post-venta, atención al cliente y otros "simpáticos animalillos" se den por aludidos cuando les hablas.

-Hola, ¿ya están atendidos?
-No, no.
-¿Qué deseaban?
-Verá, esta mañana hemos estado aquí comprando un ordenador...

Yo-...y venimos a por otro.
Mi padre-...y no sabíamos que ustedes vendían ordenadores de segunda mano. Porque nosotros le hemos dicho al chico que queríamos un ordenador nuevo, y nos ha dado éste por nuevo, al llegar a casa está la bolsa abierta y la pantalla toda llena de dedos, ese ordenador ya ha estado en casa de alguien, nosotros creíamos que ustedes vendían ordenadores nuevos pero no, nos han vendido un ordenador de segunda mano...

Y siguió un rato más, aunque se me fue la atención pensando en que yo nunca habría sacado el tema de los dedos. El fallo del testigo de carga ya me parecía suficientemente impactante. Comparen:

Acusación A: Vender un artículo defectuoso devuelto por otro comprador.
Acusación B: Vender un artículo de 949€ con la pantalla llena de dedos.

Mientras le explicaban a mi padre que no quedaba el mismo modelo y que nuestro segunda mano "ha estado expuesto" y "eso tendrían que habérselo advertido", me decía yo: ¿Acaso no es más grave A que B? Entonces, ¿por qué mi padre, que trabaja en Atención al Cliente, le pega con lo otro? Aquí hay algo que yo debería aprender.

Pero todavía no lo he aprendido, así que no se lo puedo contar.

A todo esto, la perspectiva de que nuestro segunda mano hubiera estado en exposición no encajaba con los hechos (los sobres de los CDs abiertos); esto sólo demostraba que la verdad era peor que la

Autoacusación C: Vender artículos de exposición como si no lo fueran.

Lo cual yo creo que debe de ser ilegal, en cualquier caso. Por aquello de constatar, cuando hubieron terminado yo añadí: "Y el indicador de carga de batería tampoco funciona". Pero ni siquiera tomó nota de ello, lo que viene a demostrar que no era yo el que tenía razón: los dedos son más importantes.

Total, entramos para dentro con la difícil tarea de escoger otro portátil. Localizamos a nuestro amable vendedor, al que mi padre dedicó algunas frases inmortales más, y elegimos otro modelo. El chico va y vuelve, y nos dice: "Es que de ese modelo no quedan, más que el que está en exposición". Con esto, reminiscencias del pasado en Media Markt cruzaron por nuestras cabezas (por ejemplo, el reproductor de MP3 que compró mi hermano y que venía con canciones dentro, un caso francamente análogo al nuestro).

Decidimos quedarnos con uno de los que estaban en promoción (de los que salen en la publicidad de buzón), yo creo que sobre todo para estar seguros de que por lo menos ése lo tendrían. Estaba expuesto sobre una pila de cajas del mismo modelo. Me di cuenta de que algunas de ellas (subjetivamente, bastantes de las de las capas superiores) estaban con el precinto roto. Ahora me permitirán que use discrecionalmente las mayúsculas para lo que pasó a continuación: el vendedor buscó una con el precinto intacto, ROMPIÓ EL PRECINTO DE LA CAJA, la abrió, cogió en sus manos la bolsa que contenía el portátil y LA BOLSA ESTABA DESPRECINTADA.

O sea, que tendría que haber hablado de una caja con el precinto "aparentemente intacto". Cogió otra caja y tras repetir la operación me dijo: Éste sí que está bien la bolsa. Y me hizo entrega de ella.

Entonces, como le vimos dispuesto a separarse definitivamente de nosotros, le dijimos: "Es que nos han dicho que vendrías con nosotros a hacer el cambio". Pero debía de tener muchas ganas de ir al servicio, porque a los pocos metros le preguntó a un desprevenido compañero: "Oye, ¿te importaría hacerme un gran favor? Es acompañar a estos clientes a post-venta para hacer un cambio". En post-venta tuvieron una conversación con él que no puedo revelarles porque fue en voz baja, pero se marchó diciendo "Ya se lo diré a él", como subrayando que no le gustaba la bandera de Japón.

Me dieron la diferencia de precio y el "nuevo ticket" (el viejo no, admito que aquí piqué como un imbécil), y llegando a la puerta le doy la caja a mi padre y le digo: "Espera, que voy a reclamar". Nunca he creído en el dios de las reclamaciones, pero en ningún caso es permisible que me hayan vendido un ordenador de 949€ lleno de dedos y la cosa quede como que me han vendido un ordenador de 899€ dentro de una bolsa precintada dentro de una caja precintada.

Así que llego a Atención al Cliente y digo:
-Hola, quería presentar una reclamación.
-¿Y por qué?

¿Están ahí para atenderte, o para discutir contigo? Así que empiezo a contarle la historia, coge el teléfono, dice algo (todo esto mientras yo le hablo) y le advierto: "Pero ya hemos cambiado el ordenador", no vaya a ser que esté llamando a Post-venta. Cuelga y me dice:
-Ya, usted lo que querría es que quedara una constancia por escrito.
-Pues sí.
-Tenga, le voy a dar una hoja de sugerencias...

Yo me quedo mirándole con cara de contar hasta diez. Y continúa:
-Esta es una hoja de uso interno...
-¿Me podría facilitar un formulario oficial para presentar una reclamación?
-Ah, ¿quiere una hoja oficial?
-Pues sí.

Ya lo dicen: la amabilidad es la madre de todos los problemas. A lo que llevo escrita la primera frase, me asalta una chica por detrás: "Buenas tardes, señor", y me intenta dar la mano o algo. Le digo "Hola" con escepticismo: buena tarde es lo que hacía en Gijón, que debía de estar medio Gijón en la playa, y yo contando por enésima vez la misma historia.
-A ver, explíqueme.
Yo respondí:
-¿Y qué tendría que explicarle, exactamente?
Pero no lo pilló. Cuando yo hablo amablemente, nadie entiende lo que quiero decir.
-Cuénteme qué es lo que le ha pasado.
Menos mal que al poco acudió mi padre a entretenerla para que pudiera rellenar la hoja y nos pudiéramos ir de una vez. No me resisto a incluir un fragmento de esa conversación "de profesional a profesional":
-Las reclamaciones, ya sé yo que luego no sirven para nada.
-No, no, no se crea. Nosotros tomamos en consideración todas las sugerencias de nuestros clientes...
-Señorita, yo trabajo en el Departamento de Atención de una gran empresa, y le puedo decir perfectamente que de los miles de reclamaciones que se reciben todos los años, no se atiende ni el 5%, ni en esa empresa ni en ninguna.
-Bueno, la verdad es que yo casi todas no las atiendo, pero aun así...


Por cierto: en las "alegaciones de la entidad o persona denunciada" han puesto Se ha procedido en el servicio post-venta al cambio del artículo. Debajo, en "Firma y sello de la empresa", ni han firmado ni han sellado. En eso también piqué como un imbécil.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo me lo compré en el mercado negro. Venía perfectamente precintado, sin defectos de ningún tipo y funciona la mar de bien. A la vista de lo visto, creo que seguiré depositando mi confianza en la economía sumergida.

Pedro Terán dijo...

La respuesta a la pregunta es: "Para discutir contigo", como averigua cualquiera que intente poner una reclamación, así que no tiene nada que ver con el señorito inglés.

"uno quiere gastar lo mínimo a costa de una plantilla mal pagada"

Como dicen en las películas de juicios, "eso es especulación", aparte de que me parece mezclar churras con merinas.

Supongamos que entre una ciudad Z. y una ciudad G. hay tres transportes, llamémoslos T. y ALSA por decir algo, supongamos también que tardan lo mismo, T. es más cómodo que ALSA (bueno, es que ALSA a veces es directamente inhumano) y el viaje en ALSA cuesta la mitad que en T.

¿Por qué si ALSA es más barato no voy a poder protestar si me tratan inhumanamente? (¿Y por qué si es más barato va a ser esa la razón para usarlo?). Aparentemente tú me dirías "Qué listo, tú lo que quieres es ir tan cómodo como en el T. y encima a costa de los sueldos de los empleados de ALSA".

Pues no, yo quiero que me traten de forma aceptable sea cual sea el precio, y los sueldos no pintan nada en este tema. Yo vengo a cobrar la mitad que otros compañeros míos por hacer, nominalmente, la misma cantidad de trabajo; ¿qué derecho me da eso a tratar mal a mis alumnos?

"encima quiere que le atiendan como en una boutique"

Ahora resulta que tratar de ejercer un derecho (que además no sirve para nada, pero bueno) es querer que a uno le atiendan como en una boutique.

"Pues pide el dinero y no vuelvas más."

A mí me parece que mi forma es mejor y por eso es lo que hago. Aparte de que en este caso concreto no era posible por las mismas circunstancias que me hicieron ir a comprar el portátil a ese sitio.

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Gracias por el comentario, a ver si otra vez estamos más de acuerdo :)

Pedro Terán dijo...

Aprovecho, en coherencia con mi postura de "máxima publicidad para Media Markt", para poner un enlace al propio blog de Charly. Documentos así debe de haber docenas por Internet, la verdad:

http://charlyzero.blogspot.com/2006/04/lo-que-pasa-en-mediamarkt-san-sebastin.html