Ya toca empezar otro curso. El jueves fue la charla que tenía que dar en el congreso de jóvenes investigadores de la RSME. Allá nos fuimos Bliss y yo; en lugar de salir a la nacional en Burgos, el Tontón nos hizo seguir unos kilómetros hacia Madrid y luego meternos por un camino vecinal para entrar en la nacional... En fin...
El ayuntamiento nos obsequió con un tocho llamado "El libro de la ciudad de Soria", a ver qué hacemos ahora con él. El jueves, la organización llegó tarde, las llaves no abrían la puerta del convento, el portátil del congreso decidió instalar más de 13000 actualizaciones de Windows (literal) y por tanto empezamos "un poco" tarde.
Habló primero Álvaro Pelayo de la Universidad de Princeton, con lo cual a mí me iba a resultar difícil impresionar a nadie y decidí intentar una charla entretenida y fácil de seguir. No sé si lo conseguí, supongo que no. El título era "Probabilidades no aditivas y leyes de los grandes números", que es un tema que a mí me resulta muy curioso e interesante, por lo contradictorio que parece.
Al final, el chairman intentó echarme antes de los 50 minutos; aparentemente, los ordenadores y los fotógrafos están en una categoría superior a los conferenciantes plenarios, ya que esperamos pacientemente a que se instalaran 13000 actualizaciones y luego me cortaron a mí para cumplir el horario de la foto de grupo. En dos palabras: impresentable.
De todas formas, ha sido una experiencia muy graciosa.
Las mil y una noches
Hace 7 horas
4 comentarios:
¿Tu sinceridad y 'exhibicionismo vital' nunca te han pasado factura? Por ejemplo, ahora mismo debes de haber sumado unos cuantos negativos con los organizadores de esas jornadas.
No te lo tomes a mal, pero esto me recuerda la historia de alguien que cronometraba las clases...
La culpa del tontón
El chairman no era de la organización, en cualquier caso yo no discuto su decisión como persona facultada para tomarla. Es un comentario en broma basado en una valoración objetiva de los hechos :)
Si se lo hago yo a él, le habría parecido lo mismo que a mí. Imagino.
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