viernes, 30 de septiembre de 2011

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Resulta que hoy hace el blog seis años. En conmemoración, voy a contar la peor idea que he tenido nunca.

Esto debió de ser en primero de carrera. Volvíamos de clase en el tren, por alguna razón más tarde de lo normal; quizá salíamos de un examen. Todo seguía su curso hasta que el tren se paró en Serín. Pasa el tiempo y no arranca. Se apagan las luces. Se encienden las luces (supongo que se apagan automáticamente tras un tiempo parado). Al final, nos dicen que la catenaria está cortada entre Serín y Monteana, la siguiente estación. Hemos de bajarnos y un autobús vendrá a recogernos para llevarnos a Gijón.

Este es uno de los casos en que uno tiene mucha información y aun así se demuestra que no es la suficiente.

Mi análisis racional fue el siguiente. Si RENFE tenía un autobús, la persona que iba a conducirlo estaría a esa hora en su casa y tendría que ir de allí a Oviedo, coger el autobús e ir hasta Serín, no habiendo ninguna carretera rápida para llegar (en ningún momento me planteé que el autobús pudiera venir de Gijón, que estaba más cerca; eso es ser listo). Por otro lado, si RENFE no tenía un autobús, tendría que localizar una empresa que le hiciera el servicio, la cual a casi las diez de la noche tendría también que sacar a un trabajador de su cena. Así que podíamos esperar sentados por el autobús.

Por otra parte, Serín y Monteana son las estaciones más cercanas de todo el trayecto. Según el horario, había 3 minutos en tren de una a otra; ni siquiera llega a coger velocidad de verdad. De Monteana parte la línea 24 de autobús urbano; sabía que el último salía a las diez y media de la noche, y que cinco minutos después de coger el 24 estaríamos en nuestro barrio y nos dejaría a cada uno incluso más cerca de casa que el tren.

Así que les expliqué al Sr.R y a David todo esto y mi estimación de que no podíamos tardar más de 15-20 minutos en llegar a Monteana andando por la vía, siendo que, al estar la catenaria cortada entre las dos estaciones, era imposible que nos encontráramos con trenes, y también que, al ser estaciones consecutivas entre las que solo pasaba una línea, no podía haber bifurcaciones donde nos perdiésemos.

La verdad es que, dicho así, parece un plan convincente: estaríamos cenando antes de que llegara el autobús de RENFE a recogernos.

Así que echamos a andar por la vía. La luz de la estación fue haciéndose más tenue hasta desaparecer. Durante un rato seguimos teniendo alguna luz de la relativamente cercana carretera, una suerte que terminó por agotarse. Entonces caminar sobre las traviesas se hizo más difícil. Y más lento, aunque al final interiorizamos el paso exacto.

Al cabo de un rato empezamos a oír a los perros. A los perros se sumaron más perros. Alguno ladraba bien cerca de nosotros; seguimos andando. También encontramos animales muertos en la vía... la forma de encontrar algo en la oscuridad es pisándolo o tropezando con ello.

Hubo bifurcaciones. Por suerte, todas en la dirección contraria, así que las vivimos como vías que se unían a nosotros. También hubo un momento en el que tuvimos mucha luz, claro que no pudimos aprovecharla para avanzar porque era un tren que venía hacia nosotros. Saltamos de la vía a un canal de desagüe que por suerte resultó estar seco. Aquí debió de ser cuando terminaron de cagarse en mis muertos, por suerte el ruido del tren era ensordecedor y no les oí.

Al final llegamos a Monteana, claro. Tardamos 37 minutos y para cuando llegamos el autobús de las diez y media (el último) ya había salido. En un bar llamamos por teléfono al padre del Sr.R para que nos viniera a buscar.

Extrañamente, cuando llegó no nos puso ninguna medalla.

sábado, 24 de septiembre de 2011

La insoportable sisifidad del ser

Estoy con el (espero) último empujón al tema de la acreditación. Esto consiste esencialmente en meter en un multimegaformulario informático todos tus méritos y hacerte con un justificante por cada uno (o sea, varios cientos) para mandarlo a Madrid a que me digan que soy buen chico y puedo presentarme a las plazas de funcionario que hipotéticamente salgan en el futuro.

La pérdida de tiempo que esto supone es inimaginable.

Llevaba meses sin meterme en la herramienta informática donde hay que introducir los méritos. He estado como 20 minutos para meter un mérito por el que probablemente me darán, como mucho, 0'2 puntos en una escala de 100.

Se trata de haber subido los materiales de una asignatura al repositorio "en abierto" de la universidad. Salió una convocatoria y nos apuntamos. Luego nos mandaron un certificado de haberlo hecho, así que para actualizar el CV lo estaba añadiendo.

El primer problema fue determinar en qué apartado de la "Actividad docente y profesional" tenía que ponerlo. A simple vista no encontraba dónde. Los documentos de "Preguntas frecuentes" y "Preguntas frecuentes sobre el modelo de evaluación" (unas 20 páginas cada uno) no me ayudaron. Finalmente, en las páginas 70-71 del "Principios y orientaciones para la aplicación de los criterios de evaluación" vi que en el apartado "Calidad de la actividad docente" entran los "proyectos de innovación docente en convocatorias públicas competitivas".

Claro, la pregunta es obvia: ¿una convocatoria de tu universidad es una convocatoria pública? Y yo qué sé. ¿Adaptar unos apuntes para subirlos a una web es una innovación docente, en la mente de la ANECA? Pues ni idea.

Ya se imaginan que uno tiene que poner cada cosa en un único sitio, en la categoría donde quiere que se evalúe ese mérito. ¿Será "Calidad de la actividad docente" (nótese el aberrante presupuesto de que participar en un "proyecto de innovación docente" automáticamente aumenta la calidad de tu actividad docente) o en "Otros méritos relacionados con la actividad profesional"? Pues bueno, al final lo he puesto donde me ha dado la gana.

Una vez decidido a ponerlo fuera del apartado "Otros méritos" -que supongo que es lo más recomendable- he tenido que rellenar un montón de campos obligatorios con preguntas absurdas: ¿de qué fecha a qué fecha se realizó el proyecto? Y yo qué cojones sé, señores, si fue hace un año. ¿De esa fecha a esa fecha, cuántos meses van? No, el Estado no tiene programadores que sepan cómo hacer para, teniendo dos fechas, calcular cuántos meses van de una a otra.

Al final he puesto unas fechas inventadas, a ver si creen que llevo un diario de en qué día nos han concedido un "proyecto" de tamaña importancia. No voy a ponerme ahora a buscar el teléfono de Ana para ver si ella tiene a mano el documento de concesión del proyecto, o no lo tiene, o el documento no especifica fechas.

Y más. En "Tipo de convocatoria" pongo "Otros", entonces tengo que "Especificar". También tuve que pararme a pensarlo, al final puse "Interna Universidad de Oviedo (competitiva)", espero que les valga. También tuve que poner que la "Entidad financiadora" era "Universidad de Oviedo" y las "Entidades participantes" eran "Universidad de Oviedo". Confío en que, poniéndolo tres veces, les quede claro.

Finalmente, entre "Investigador principal", "Investigador colaborador" u "Otros", ya me hice el tonto y puse "Investigador colaborador": simplemente, para los proyectos docentes te ponen el mismo formulario que para los de investigación. Vale más dejarlo así que escoger "Otros" y tratar de aclarar que para subir unos apuntes a una web no hace falta investigar nada.

Así que ya tenía todo el formulario completado, le doy a "Guardar" y me salen unas letras en rojo que me dicen que no: que la fecha que he puesto 01-09-2010, comillas, "debe cumplir con la máscara DD/MM/YYYY". ¡Dios de los programadores, maldícelos!


Y esto, así, multiplicado por centenares de veces. Menos mal que el fin se acerca; no me importa tanto si es el fin del formulario, de mi vida o del mundo en general.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Qué gracia

He encontrado casualmente un artículo relacionado con la investigación de Beatriz Sinova (la doctoranda benjamina del departamento). Cuando la he buscado en Google para mandarle el trabajo, lo que me he encontrado es esto. Eso, y lo mismo en otros periódicos, claro.

Resulta que Bea accedió a la universidad con un 10 perfecto tanto en todas las asignaturas del instituto como en las pruebas de acceso. Y encima es simpática, que es lo peor.

La semana pasada coincidí con ella en el congreso de jóvenes investigadores. Estuve en su presentación, que fue muy sólida. Al final me acerqué a felicitarla y me dijo: "Yo estaba tranquila porque miraba para ti y veía que tenías una sonrisa".

Sin embargo la presentación me dejó un regusto amargo porque me veía a mí mismo como doctorando intentando explicar los difusos a audiencias que ya han prejuzgado que si estás en ese tema es porque no vales para cajero del Mercadona. Ha pasado una docena de años y seguimos en las mismas. Y veo a Beatriz poner los mismos ejemplos básicos que ponía yo, clarísimos, y que las caras que le ponen son las mismas que me ponían a mí.

Es como explicar las reglas del balonmano en un congreso de hinchas del fútbol: al final, uno le dice a otro: "¿Has visto esa gente que dice que se pasan el balón con la mano? ¿Pero no entienden que es falta?".

En fin, que el artículo-entrevista está muy interesante y desde aquí felicitamos retroactivamente a Beatriz.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Relato de los hechos

Ya toca empezar otro curso. El jueves fue la charla que tenía que dar en el congreso de jóvenes investigadores de la RSME. Allá nos fuimos Bliss y yo; en lugar de salir a la nacional en Burgos, el Tontón nos hizo seguir unos kilómetros hacia Madrid y luego meternos por un camino vecinal para entrar en la nacional... En fin...

El ayuntamiento nos obsequió con un tocho llamado "El libro de la ciudad de Soria", a ver qué hacemos ahora con él. El jueves, la organización llegó tarde, las llaves no abrían la puerta del convento, el portátil del congreso decidió instalar más de 13000 actualizaciones de Windows (literal) y por tanto empezamos "un poco" tarde.

Habló primero Álvaro Pelayo de la Universidad de Princeton, con lo cual a mí me iba a resultar difícil impresionar a nadie y decidí intentar una charla entretenida y fácil de seguir. No sé si lo conseguí, supongo que no. El título era "Probabilidades no aditivas y leyes de los grandes números", que es un tema que a mí me resulta muy curioso e interesante, por lo contradictorio que parece.

Al final, el chairman intentó echarme antes de los 50 minutos; aparentemente, los ordenadores y los fotógrafos están en una categoría superior a los conferenciantes plenarios, ya que esperamos pacientemente a que se instalaran 13000 actualizaciones y luego me cortaron a mí para cumplir el horario de la foto de grupo. En dos palabras: impresentable.

De todas formas, ha sido una experiencia muy graciosa.