lunes, 9 de marzo de 2009

Y ahí estábamos nosotros el viernes,

en el estreno de Watchmen, lo cual no deja de ser una declaración de optimismo antropológico.

La lectura de Watchmen como obra posmoderna siempre me ha parecido irrelevante. La Wikipedia dice: “La deconstrucción que la obra realiza del arquetipo convencional del superhéroe, combinado con el innovador uso de técnicas cinemáticas, de abundante simbolismo y de la metaficción, han ejercido una importante influencia sobre cómics y películas posteriores”. Desconstrucción, metaficción, la presentación en la obra de abundante documentación ficticia… daría una gran importancia a esos aspectos si creyera que las obras se miden por su compatibilidad con ideologías intelectuales más o menos a la moda.

La paradoja de la adaptación al cine de Watchmen es que me es imposible interpretarla excepto como desconstrucción del original. La película pretende convertir Watchmen en un episodio de los X-Men, y además hacerlo de una forma especialmente simpática: el argumento de la película es idéntico al resumen del argumento que aparece en la Wikipedia (a excepción, claro, de la sustitución de la falsa invasión extraterrestre por otra cosa).

Por tanto, el resumen que puedo hacer de la película es que trata de un conjunto de gente en trajes de spandex, protagonizando escenas tipo Matrix mientras ocurren cosas similares a las que sucedían en el cómic.

Se da la circunstancia de que lo más flojo de Watchmen (el cómic) es el argumento, que está construido al servicio de otros aspectos de la obra. Dado que la película traiciona inmisericordemente al original en la mayor parte de esos aspectos, me pregunto qué sentido tiene preservar el argumento que permitía a Moore decir lo que quería decir, cuando lo que quiere decir Zack Snyder es justo lo contrario. ¿Por qué no rediseñar el argumento para evitar los defectos del guión original?

Aparentemente, Watchmen (la película) es una variante de X-Men donde una superheroína lesbiana besa en público a una enfermera y un superhéroe pega un tiro a una vietnamita embarazada. Es decir, es un intento de convertir Watchmen (el cómic) en un cómic génerico de superhéroes pre-Watchmen pero con abundante sangre.

Para este viaje no hacían falta alforjas, ni montura, ni nada.

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