Esta mañana he oído una conversación en la radio que me ha hecho mucha gracia. Ya sabrán que la única forma de oír la radio es en plan zapping total; de otra forma, uno no se hace consciente de que a la misma hora, en otra emisora, están diciendo todo lo contrario.
Resulta que Luis Herrero ha sacado un libro sobre Adolfo Suárez. La maquinaria mediática ya está en marcha y hoy en la COPE reseñaban extensamente el libro mientras en Punto Radio la Campos entrevistaba a Herrero. Ignoro en cuantas cadenas más hablaban simultáneamente de lo mismo.
En la COPE, tras hacer un estudio psicológico totalmente irrelevante de una presunta relación paterno-filial entre Suárez y Herrero (Jiménez Losantos no tenía claro si Herrero había sido un "segundo hijo" de Suárez, o éste "segundo padre" del primero), concluyen que éste es un libro escrito "con mucho cariño" sobre unos hechos históricos que "todo el mundo conoce" como que si Suárez y el rey "a partir de un determinado momento" se llevaban a matar y patatín y patatán.
La verdad es que no sé a quién le van a importar las relaciones personales de los demás, pero bueno.
Muevo el dial y me encuentro la otra entrevista. Cojo la pregunta a medias, pero es obvio que Campos no defiende la teoría del segundo padre. Herrero intenta escabullirse -como digo, no sé exactamente de qué- y la Campos que no lo suelta, y él finta para aquí, finta para allá, hasta que de repente él le dice algo así como:
-Bueno, de todas formas te tengo que llamar la atención.
-Anda, ¿por qué me tienes que llamar la atención? Yo también te puedo llamar la atención yo a ti.
-Sí, tú me puedes llamar la atención a mí, pero yo también te puedo llamar la atención a ti.
-¿Y por qué me tienes que llamar la atención?
-Porque no te has leído el libro.
-¿Cómo que no me he leído el libro? Claro que me he leído el libro. ¿Por qué dices que no me he leído el libro?
-No, no te has leído el libro.
-Claro que sí. Y ahora mismo te puedo decir cómo continúa toda esa conversación, no sé qué y bla bla bla.
-Eso lo he contado yo ya en ocho libros.
-En ocho libros. Mira, por supuesto que me he leído el libro.
Y así siguen un rato. Cuando parece que se ha acabado la diversión, la Campos vuelve a la carga:
-¿Por qué dices que no me he leído el libro?
-Porque yo opino que leerse un pasaje no es leerse el libro, leerse el libro es leerse todo el libro.
Nótese el alto nivel intelectual de toda la conversación. Ahora ella intenta contestar algo, más o menos congruentemente, y él la interrumpe con un nuevo
non sequitur:
-Vamos a ver, ¿tú crees que este libro no está hecho desde el cariño?
-Lo que yo creo es que tú eres plenamente consciente de que ciertas cosas, dichas por ti, tienen mucho más impacto que dichas por otra persona. Y luego te ha tocado que salga el libro en este momento que está pasando lo que está pasando.
(Lo que está pasando, como ayer por la noche oí la COPE, sé que es que hay una conspiración antimonárquica orquestada desde la "guerra de las banderas" y que un ayuntamiento de un pueblo ignoto de no sé dónde ha escrito un manifiesto a favor de la 3ª república sin que "Rodríguez Zapatero" haya hecho una declaración institucional de apoyo a la monarquía.)
Total, que la Campos intenta cerrar la entrevista con un típico "Lamentablemente nos hemos quedado sin más tiempo y bla bla". Herrero, como buen animal radiofónico, le responde con una parrafada larguísima, todo lo larga que puede. La Campos vuelve a intentarlo:
-Luis Herrero, patatín y patatán, nosotros hemos colaborado juntos en la COPE no sé cuándo, luego en el debate en televisión...
Y él vuelve a meter baza:
-Y seguro que volveremos a trabajar juntos en el futuro en alguna parte.
-Sí, eso seguro... Lo que pasa que ahora estamos en televisiones distintas.
-Tú en qué televisión estás, por cierto.
-En Telecinco. (
Noticia de hoy en varios periódicos.)
-¿Pero tú no estabas en Antena 3? (
¡Toma puñalada! Recordemos el estrepitoso fracaso del último programa de la Campos en Antena 3.)
-Luis, tú con tanto estar en Europa acabas por no enterarte de nada de lo que pasa en España.
Y ya fuese y no hubo nada (más).