jueves, 13 de octubre de 2011

Divagación sin mucho interés, la verdad

Pues nada, he abierto otro blog para enlazar textos interesantes sobre (no "de") ciencia-ficción. Como sé que hay lectores de este blog que comparten ese vicio, aquí queda dicho :)

La afición a la CF es algo difícil de explicar. Por ejemplo, hay un antiguo relato de Szilárd en el que se descubre que la financiación de proyectos científicos está en manos de extraterrestres infiltrados que han encontrado ahí la forma de que la humanidad no progrese y sea una futura amenaza para ellos. Aunque podemos remitirnos a Los viajes de Gulliver p.ej. (sátira con seres fantásticos), no es fácil que el tipo de sensibilidad que popularmente asignamos a los literatos generase ese argumento.

En cambio, incluso en un relato anecdótico como este vemos algunos rasgos habituales en la CF:
-El foco apuntando a la ciencia: su mundo, los científicos, sus implicaciones, etc.
-La humanidad como personaje.
-La ganancia de poder expresivo. Respecto a este punto, Szilárd podría haber escrito un relato en el que se descubre que la financiación de proyectos científicos está en manos de una burocracia inepta cuyos intereses no coinciden con los de los científicos. O en las de una casta de espías saboteadores. El elegir extraterrestres allana algunos problemas de comunicación con el lector: primero, los espías son verosímiles, lo que diluye el sarcasmo al provocar en el lector la inquietud de si algo así podría estar pasando realmente. Y segundo, los extraterrestres acentúan el sentimiento clave canalizado por el relato: el de repudio.

Podemos comprender a los extraterrestres de Szilárd: siguen un plan racional e inteligente, con una motivación conectada lógicamente a sus actos. Los efectos de la burocracia que se satiriza son idénticos, pero totalmente ilógicos y en conflicto directo con su motivación declarada. Esa irracionalidad nos es mucho más ajena: eso hace a los burócratas y a la estructura burocrática mucho menos humana que los extraterrestres que en la ficción son evidentemente no humanos. De ahí que se sobrepase el sarcasmo o la sátira hacia el terreno del repudio, declarándoles fuera de la esfera humana.

Lo más interesante es que uno, sobre la base del texto, puede repensar la realidad saliéndose de los canales neuronales de siempre: puede jugar con las consecuencias lógicas de lo leído sin pasar por la parte del cerebro que le recuerda la declaración de los derechos humanos y literalmente le impediría concebir la burocracia como in-humana en sentido literal. Sea esa o no la lectura pretendida por Szilárd, quien probablemente solo quería echarse unas risas o aliviar una frustración recurrente.

En realidad, esta es la realización libre de una de las grandes potencias de la literatura: ofrecer al lector una visión del mundo y de nosotros mismos codificada en la estructura de una historia. Al aumentar los elementos utilizables en la construcción de la historia mientras permanece la exigencia de coherencia lógica, se pueden presentar más fácilmente muchas combinaciones de temas que, en el marco de la (comillas) "narrativa normal" supondrían vencer grandes obstáculos.

Un ejemplo que me gusta es Flores para Algernon, de Daniel Keyes. Es un buen ejercicio tratar de pensar cuánto costaría trasvasar su contenido a una novela que no fuera de ciencia-ficción. Algunos de los temas que se tocan en ella son:
-La ética de la investigación biomédica
-El ejercicio del poder en las relaciones sociales
-La futilidad del intelecto
-La inevitabilidad de la decadencia y la imposibilidad de arbitrar el propio destino

Se puede escribir otra novela con estos temas, pero no sería fácil reproducir con la misma economía las líneas unificadoras y los enlaces, resonancias y paralelos que se establecen entre ellos.

La novela se presenta como el diario o sucesión de "informes de progreso" de Charlie, un deficiente mental sometido a un tratamiento experimental que podría convertirle en un genio. Incapaz de percibir el hilván de los acontecimientos, la supervivencia de Charlie depende literalmente de la benevolencia de quienes le rodean. En general, él es razonablemente feliz y cree que son excelentes personas que le profesan una bella amistad. Conforme el tratamiento avance, entenderá con creciente amargura que esas relaciones eran de un signo totalmente distinto y se basaban en su indefensión frente a lo que las personas "normales" quisieran hacerle creer. Al alcanzar una inteligencia media se da cuenta de que siempre había estado solo, aunque es ahora cuando puede verlo. Y cuando rebasa a los propios directores del experimento, puede verlos por lo que son, unos oportunistas que se dejaron la ética en el bolsillo de la otra chaqueta. Pero esta soledad intelectualizada es sutilmente distinta, ya que el haber alcanzado un nivel en el que nadie puede manipularle le deja sin autoridades, sin guías y sin saber en qué consiste vivir. Charlie, que ha sido siempre como Algernon -el ratón del laboratorio que recorre un laberinto- se encuentra sobre una superficie vacía, sin pasillos dispuestos para él y por lo mismo sin saber hacia dónde dirigirse. Además, Algernon, al que se había sometido al mismo tratamiento (volviéndose un superratón), revierte a su estado anterior y muere, lo que pone a Charlie en una situación nada halagüeña. Aparentemente ha ganado control sobre su destino, pero en realidad ese poder sobre el día a día le es inútil a escala vital, estando condenado a perder sus facultades y probablemente morir igual que Algernon. Finalmente, le llega la anunciada involución de su talento, lo que él, incapaz de retener las abstracciones que había comprendido, vive como un regreso a casa (pues el Charlie nuevamente deficiente ya no experimenta ninguno de los problemas que acuciaban al Charlie genio). La novela concluye con un Charlie nuevamente insouciant que, habiendo "descomprendido" su paralelismo con el ratón, tiernamente propone que alguien se encargue de llevar flores a la tumba de Algernon.

Ah, sí: spoilers :)

El elemento catalizador de CF es, claro, el ficticio tratamiento de potenciación intelectual. Es la piedra maestra sobre la que reposa la cristalización del conjunto de temas e inquietudes de la obra en forma de relato. No es fácil ver por qué el hecho de que tal tratamiento no exista ni haya existido debería impedir a Keyes que monte su historia de forma efectiva y económica.

Más aún, esa falta de correlato real facilita el conseguir la buena percepción lectora de los énfasis pretendidos por el autor. En un mundo en el que esos tratamientos existieran, el lector podría interpretar la novela desde el supuesto razonable de que contiene un mensaje social sobre ellos, o una denuncia de los claroscuros éticos de esa experimentación específica. O podría cuestionar los hechos desde una perspectiva ideológica. Con el distanciamiento que conlleva hablar de lo que sabemos imposible, el autor gana control y claridad en la exposición de temas abstractos y la estructura de relaciones entre ellos.

También puede hablar de lo que le es propio al lector, haciendo en cambio que lo perciba como ajeno y que lo juzgue desde una perspectiva inhabitual.

En todo esto veo enormes ventajas a la CF. Yo no sabría escribir sin esa libertad y esas herramientas -al margen de no saber hacerlo con ellas tampoco. En aquel relato, cosa u objeto que subí una vez, hay un momento en el que la luz de la mañana cae sobre la ciudad, que está enteramente pintada de negro. En esa escena ocurre, en un alto que domina la ciudad, un entierro; se podría pensar que el color negro surge de ahí, baja e inunda toda la vista, que el estado de la ciudad es subjetivo o perceptivo, o alegórico. (Si se entendiera algo, claro.) La fundamentación real es que la escasez energética ha hecho necesario recurrir hasta a absorber la luz del sol para calentar las casas. Es la elección del entierro como marco de la escena lo que es símbolo de la disipación de la energía, y de la entropización "antiprometeica" que invade todo el relato, no al revés. Quiero decir que incluso con relaciones simbólicas "claras" en nuestra cultura, como muerte-negro, me cuesta no verlas a través del prisma sub-cultural de la CF, incluso si eso lleva a invertir la dirección en la que se lee el símbolo: no es el color negro símbolo de la muerte, sino la muerte un significante del cuerpo negro que absorbe toda la energía que recibe.


En fin, por mí seguiría, pero creo que ya he divagado bastante... Que he abierto otro blog.

8 comentarios:

Sr. IA dijo...

Entiendo que estás caracterizando la CF como un artefacto literario que facilita adentrarse en una serie de problemátias que, de otro modo, a partir del mero realismo, serían altamente inverosímiles en su plasmación?

Si esto es así, me resulta interesante su explicación de porque esto es así:

"Aumenta los elementos utilizables en la construcción de la historia"

No lo había visto, vamos, no lo había planteado así...

Sugerente. Creo que lo pasaremos bien en tu minimalista blog.

Sr. R dijo...

¿Y no sería mejor acabar el papeleo ese que tienes a medias en lugar de seguir abriendo blogs?

Esther Cossío dijo...

Shhhh, no miente a la bicha, Sr.R, que lo tenemos ya casi terminado :)))

Malena dijo...

Yo digo que se joda el papeleo, y que sigamos abriendo blogs. Además también debo reconocer que la ciencia ficción me gusta (ay, qué vergüenza). Nos estaremos viendo por tu nuevo blog, Pedro.

Pedro Terán dijo...

Sr. IA: Yo lo veo como en las entradas sobre la lógica difusa que, por cierto, no he etiquetado como alguien me pidió :(

En aquel caso, en la lógica clásica podemos formar 8 conjuntos con 3 objetos ya que a cada uno le podemos poner la etiqueta de que "sí" o "no" pertenece al conjunto. En la lógica de Lukasiewicz, al añadir una tercera etiqueta intermedia podemos formar 27 conjuntos distintos. Eso quiere decir que, dada una propiedad que se pueda predicar de esos 3 objetos, tenemos a nuestra disposición un catálogo más amplio de formas de describir su relación con ellos.

Con la CF pasa lo mismo, te abre un abanico de efectos que requerirían mucho más esfuerzo o preparación en la literatura realista. Hay un ejemplo de Delany que propone el comienzo "The red sun was high, the blue..." y uno espera que le hablen del cielo azul o del mar azul, pero en realidad es "The red sun was high, the blue low". Para hacer exactamente esto mismo, que es un ejercicio trivial con las herramientas de la CF, Vicente Luis Mora ha necesitado una novela entera (Alba Cromm, que de facto es una novela de CF) y no funciona bien, pese a lo cual muchas reseñas lo han tratado como poco menos que un rasgo de genialidad.

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Además, ¿quién fue el que dijo:
"Siempre quise escribir una historia alternando planos temporales; el pasado, en el caso de Metaversos el siglo XIV, y un futuro familiar y próximo, pongamos 2050. Y quería que la trama fuera algo así como un thriller económico. La cuestión es que no encontraba el vehículo"

Pedro Terán dijo...

Sr.R: Ya está la cosa a falta de recibir dos papeles.

Malena: Yo había entendido que no te gustaba la CF y que la considerabas "una estética". Estuve reflexionando sobre ello unos días y todo.

Sr. IA dijo...

Sí, dicho de otra manera, si tu contexto literario es la "realidad" las variables para convertir en verosimil una historia son N. Si tu amplias esa "realidad", situándote, por ejemplo, en un futuro donde determinadas cosas son posibles, el rango aumenta. A mí es lo que me fascina de la CF. Ahora bien, no había visto lo fácilmente caracterizable que eso es desde una perspectiva matemática. Que a toro pasado ya me parece de cajón, claro... Si tienes una tabla veritativa de dos variables, será más limitada que una de tres. Of course. Bien visto. Sí señor.

Julio - casas en venta dijo...

Un poco confuso este blog.