martes, 5 de agosto de 2008

Vender el puente de Brooklyn es fácil; lo difícil es venderlo barato

Supongamos que yo escribo un relato, pongamos que de 8 páginas. Podría colgarlo en mi web (si tuviera), pero decido enviarlo a una revista literaria, ya que no parece que publicar en mi web aporte mucho valor a mi currículum.

Me pongo en contacto con un editor, que me explica sus condiciones. Cuando lo reciba, se lo enviará a varios escritores profesionales, que decidirán si es oportuna o no su publicación. Esos escritores no cobrarán nada por su tarea de asesoramiento. Si su recomendación es positiva, se subirá mi relato a la web de la revista, donde, al margen de la publicación, me ofrece servicios tales como: que la gente pueda dejar comentarios, que pinchando en un enlace les salga la búsqueda del relato en Google, y similares. Además, yo perderé el control sobre la distribución del relato, ya que aparecerá con una licencia Creative Commons asín y asán.

Todo eso será mío en cuanto formalice la publicación de mi relato en su revista pagándole, pongamos, 1200 euros.

Sorprendente, ¿eh?

Pero más sorprendente sería si esa editorial se llamara a sí misma una organización sin ánimo de lucro, ¿o no?

¿Y si recibiera millones de dólares al año en donaciones (desgravables) de filántropos despistados?

¿Y si declarara que, aun así, tiene pérdidas?


Pues existe.


Y, ¿de dónde sale el dinero que se va por ese agujero negro financiero? Pues de los presupuestos nacionales para la investigación científica.

¿En qué mundo, sino en uno donde a todo el mundo le parece normal firmar alucinantes contratos regalando los rendimientos de su trabajo a corporaciones editoriales que luego anuncian beneficios de muchos cientos de millones de euros al año, podría ocurrir lo que estoy narrando?

4 comentarios:

Unknown dijo...

lo peor es que con el cuento de "open access" justifican el robo. Que la NSF pueda pagar esas tasas para la publicación, no es problema sólo de ellos, porque marcan el standard a seguir, y en países como el mío no podemos pagar esas cifras. Pensar que mi sueldo es menor a 1200 euros...

unnombrealazar dijo...

Está claro, Pedro, que cada tiene sus temas preferidos...

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Juan Pablo, diría que tanto Pedro como yo también ganamos menos de 1200.

Ángel M. Felicísimo dijo...

Hombre, hay una opción más que también uso:
Dado que la difusión de tu relato es la penúltima etapa de tu labor creativa (que no termina escribiéndolo sino dándolo a conocer y discutiendo con los demás), ese mismo cuento lo envías a la otra editorial donde te dicen que si a los revisores (que también trabajan gratis) les gusta, lo colgarán en su página web y prohibirán el acceso al texto. Sólo dejarán leerlo a los privilegiados que puedan pagar por ello unas cantidades que tampoco son posibles desde dos tercios del mundo. Tú no recibirás nada por esos ingresos de la editorial que mantendrá, además, sus cuentas en secreto. Eso sí, se quedarán con los derechos de copia y distribución de forma que tú no podrás legalmente ponerlo en tu propia web aunque el trabajo sea tuyo. ¿De dónde sale el dinero para pagar el derecho a leer? Si tienes suerte, de los presupuestos para la investigación de tu universidad y si no, o te lo pagas tú o te quedas sin leer.

A ver si la administración se dedica a montar una editorial donde todo sea gratis. O bueno, ahora que caigo, esos gastos saldrán de los presupuestos públicos también.

Ya en serio Pedro, todo es criticable pero la licencia CC significa que mi trabajo, valga más o valga menos, lo hago público. No quiero control sobre él, quiero que circule y que esa circulación sea para todos, tengan o no dinero. Yo lo tengo porque he peleado y competido por un proyecto en una convocatoria pública donde la difusión tiene tanta importancia como la investigación. Y el dinero para la difusión sale de ahí porque esta etapa es una más dentro del proceso científico.
Incluso me molesto a veces en poner las cosas estas en un blog perdido como un grano de arena en una playa para que otros fuera del circuito de mi profesión puedan leerla si les apetece. La difusión es una etapa imprescindible.

Eso sí, estoy abierto a cualquier otra opción que garantice una difusión sin restricciones aunque esté sostenida por filántropos despistados (¿despistados?).

Unknown dijo...

topo, no se ustedes, lo malo es que yo tengo dedicación exclusiva...

angel, hay muchos journals que aceptan que dejes tu paper en tu página, y tampoco te cobran para publicar. De última, siempre podés mandar primero el paper al arxiv y después a una revista, y ahí garantizás su difusión. [Obs: para el arxiv estoy pensando en física, matemática, comp., biología; tal vez otras ramas la tengan más complicada]

El problema de PLoS, Hindawi, y similares, es que son un modelo de negocio basado en cargar tasas y costes de publicación altísimos, que encima se escudan en el Open Access como la panacea de la difusión.