domingo, 1 de junio de 2008

Nada, que hoy me he levantado así de pesimista

Podría decirse que la fundación del PND obedeció a la necesidad histórica, pues vino justo a continuación de una oleada de escándalos relacionados con altas figuras de una clase política cuya credibilidad estaba ya devaluada. Algunos sostienen que las acusaciones, en su mayoría, no resultaron al final ser demostrablemente ciertas; pero desde que el PND alcanzó el poder ya no hubo más escándalos y no se le dio mayor importancia.

La gente desea tener alguna seguridad en su futuro y tener una idea clara de lo que les espera. Los creadores del PND lo sabían y por eso lo llamaron así: Partido Nominalmente Democrático. El ideario político del PND tenía como único punto alcanzar el poder. Protagonizaba, por tanto, un movimiento regeneracionista, ilusionante y social. El logro de esa regeneración pasaría por la implantación de los cuatro principios de acción afirmativa:

Poder No Distribuido
Propuestas No Discutibles
Pueblo No Desmovilizado
Prensa No Demagógica

Con este programa claro y comprensible, el triunfo del PND estaba medio hecho. El PND, además, rebautizó a su principal contendiente, el mayoritario Partido Democráta Social, como Partido De Siempre y, claro, ¿quién quiere más de lo de siempre cuando ya sabe lo que es?

Pocos meses tras la consecución de su victoria, el Partido Nominalmente Democrático había llevado completamente a término los cuatro puntos de su programa electoral, demostrando que no era como los partidos anteriores.

El PND permaneció en el poder mucho tiempo. Estaba claro que las votaciones de cada cuatro años sólo eran nominalmente democráticas, pero la gente les tenía cariño y por eso no se acabó con ellas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta... podría ser el principio de la novela.

Pedro Terán dijo...

Gracias :)

En todo caso, el tema de la novela es bastante distinto. A ver si vuelvo a darle un empujón este verano.