El mundo es un sitio raro.
Cuando tenía 16 años, en clase de Geografía tuvimos que hacer por grupos un trabajo sobre algo que se nos ocurriera. En mi grupo había dos de mi barrio y ninguna propuesta alternativa, por lo que ese fue nuestro tema.
La Calzada es el barrio más populoso de Gijón. Fue el último barrio obrero en surgir de la explosión industrial de la ciudad a fines del XIX, por tanto no sorprende su cercanía al puerto. Hasta entrados los 50 sobrevivieron poblados para trabajadores en condiciones indignas, incluso sin agua corriente. Con la reconversión de los primeros 80 empezó a desaparecer la industria, hoy casi inexistente; todo eso ocurrió durante mi infancia... finalmente, en los terrenos de Gijón Fabril pusieron un Carrefour y un complejo de ocio de la cadena Yelmo. Quedan como fantasma onírico los nombres de zonas como las casas de La Algodonera, las de La Sombrerera, El Cerillero, La Estrella (dos edificios con tal forma levantados en el solar de la cervecera La Estrella de Gijón).
La Calzada es un barrio obrero, digo. La iglesia de Fátima fue muchos años una especie de barracón provisional (muchos años: poco provisional) y, durante la construcción del edificio definitivo, la misa se ofició en la sede del Partido Comunista. Vamos, obrero total. El Padre Feijóo también figuró en buen lugar en aquellas listas de los peores institutos de España, o era los más peligrosos, no lo sé; supongo que por iniciativa municipal para chupar del Estado dineros por zona problemática. Que claro que lo sería, en la época de la cosa de la droga, porque los niños son unos egoístas y no quieren compartir los parques.
Cuando hicimos el trabajo pensamos que conseguir datos sobre el barrio para comparar con otras zonas de Gijón sería fácil. De hecho no fue así. Entre lo poco que conseguimos, que tampoco estaría muy actualizado, lo que más me sorprendió fue la enorme diferencia en cantidad de titulados universitarios (y no para bien, claro). Apenas los había en esas estadísticas, y digo "apenas" muy literalmente. El número era asombrosamente cercano a 0.
Intentando explicarlo me acordé de la cantidad de libros de texto de cursos superiores con los que me había ido haciendo de niño por el simple procedimiento de bajar la basura (se dejaba delante del portal para que la recogieran, no había cubos ni nada).
Curiosamente, a la vez La Calzada era un lugar muy distinto. Teníamos la biblioteca con mayor ratio de préstamos por habitante de Asturias, y también un ramillete de minúsculas escuelas infantiles privadas -con las que el largo gobierno del PSOE acabó eficazmente-.
Hasta 5º curso, mi hermano y yo fuimos a un colegio que solo tenía dos profesoras y dos aulas. Trato personalizado (me enseñaron a hacer raíces cúbicas, o el volumen del icosaedro, a los 9) y asistir a las lecciones de los mayores, algo posible gracias a una creencia suficientemente extendida en la falta de calidad de los colegios públicos del barrio (no entro en si sí o si no). Como los libros de texto "de mayores" gratis, sin más que cogerlos de la basura, posible gracias a que no había cubos de basura. Ahí hay una pauta oculta paradójica que no acierto a completar pero que ha tenido gran influencia en mi vida.
Y añado a la mezcla: una biblioteca pública excelente. Para marcar el nivel diremos que tenían en las baldas un ejemplar del Loève, que recoge toda la teoría de la probabilidad conocida por el ser humano hasta los años 50. La Wikipedia, medio siglo después de su publicación, aún lo llama "one of the best known textbooks on measure-theoretic probability theory". No sé cómo pudo acabar allí, claro, pero estaba allí.
Llevo unos días dando vueltas a esto porque ahora estoy dando clase en la Facultad de Comercio, y por puro azar he visto a un vicedecano entrar en su despacho, y resulta que es un chico más o menos de mi edad que vivía a menos de 50 metros de mi casa. Se une a una subdirectora de la Escuela Politécnica de Ingeniería, que también viene a ser de mi edad y vivía en mi calle, a menos de 50 metros de mi casa.
De mi portal, un único portal, han salido entre la gente de mi edad dos médicas, un químico que está en la universidad de Warwick y tiene 3 artículos en revistas del grupo Nature (no sé si son buenas o malas) y varios premios al mejor póster en congresos, y un matemático confuso.
El Sr.R también ganó sus premios al mejor póster antes de irse a la empresa privada; y, hablando del tema, Sr.R, sepa que a Pisonero le han dado el Premio al Investigador Novel en Física Experimental de la RSEF, aparte del premio Nosequé que le dieron en Japón hace un par de años. Otro de la misma zona y de la misma edad.
Tiene que tener alguna explicación, y no me refiero a una del tipo "es un gran éxito del sistema estatal de becas", sino a una seria. De las que valdría la pena desenterrar con esfuerzo para sacar conclusiones.
¿Qué factores han confluido en La Calzada en estas décadas? Por ejemplo, gran parte de la gente que llegó al barrio hacia 1975 -como mis padres- volvían de la emigración; ¿implica eso una prevalencia mayor de una ética del trabajo duro? ¿La durísima reconversión industrial llevó a más padres a pensar que el factor decisivo en el futuro de sus hijos sería una buena educación? ¿El ambiente ultracompetitivo de un barrio obrero resulta ser un caldo de cultivo para carreras científicas?
¿Cuál es el entrelazamiento de factores que ha dado lugar a esta transformación? Que, ojo, a lo mejor no tiene nada de especial y ha ocurrido de hecho por toda España.
En fin, no tengo claro cuáles son las respuestas. ¡Ni siquiera tengo claro cuáles son las preguntas! Pero no creo que el Estado se vaya a gastar dinero en encontrarlas, por valiosas que pudieran ser :(
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