lunes, 16 de agosto de 2010

Numerología

Una noticia de estos días es que se ha publicado uno de los múltiples rankings internacionales de universidades y no hay ninguna española entre las 200 primeras.

Es el llamado ranking de Shanghai, elaborado por las instituciones chinas para comparar sus universidades con las de los otros países. Aquí dejo caer una pregunta: qué carajo nos importa a nosotros (España) en qué posición estemos en un ranking elaborado según los criterios con los que China quiera compararse a EE.UU. Dos potencias económicas con cientos de millones de habitantes y programa espacial propio, y ahí estamos los listos de los españoles rasgándonos las vestiduras porque no estamos en la pomada, cuando un 30% de la puntuación están en los premios Nobel que tengan los profesores y ex alumnos. Listos, que somos unos listos.

En la época en que di clase a los futuros Instan, Sr.R y Marcial del mundo, estaba en el Café Terán (en serio) un viernes por la mañana cuando salió en la tele un reportaje sobre las Olimpiadas de Matemáticas (no recuerdo si las internacionales o las iberoamericanas; en cualquier caso son para alumnos de unos 17-19 años) que había organizado la UNED. Estuvo en pantalla uno o una de los organizadores explicando que España tenía el objetivo de ponerse en cualquier momento a ganar medallas en las olimpiadas internacionales. Yo me puse de bastante mala leche: ¿qué clase de objetivo es ganar medallas en las olimpiadas internacionales? ¿Le tiene que importar a alguien si España gana medallas o no?

El coste de esa estrategia, o de esa ambición de algunos, es el siguiente. En la primera fase de la Olimpiada (realizada en cada distrito universitario; los mejores va a la olimpiada nacional, y los mejor clasificados representan a España en las competiciones internacionales), la dificultad de los problemas ha aumentado espectacularmente. La consecuencia es que en las calificaciones de los problemas aparecen ceros por doquier. En la última edición, sobre seis problemas y un máximo de 42 puntos, si no recuerdo mal en mi universidad más de la mitad de los participantes obtuvieron exactamente 0 puntos. No fueron capaces de rascar ni un punto de ninguno de los seis problemas. Y, en un problema concreto, ninguno de los participantes obtuvo ningún punto.

Mi pregunta es: toda esa gente y sus amigos, ¿estarán más convencidos de que es buena idea estudiar Matemáticas, como lo estuve yo cuando participé, o estarán seguros de que van a fracasar si lo hacen?

¿Cuál es el propósito de la Olimpiada? ¿Atraer buenos alumnos a la carrera de Matemáticas, o que España deje de no ganar medallas en competiciones de adolescentes?

Análogamente, ¿es que de repente el propósito de la universidad en España es remotamente similar a lo que se mide en esos rankings? ¿Nos iba a arreglar algo el que a nuestros alumnos venidos de la ESO les dieran clase premios Nobel?

En fin, como no tenemos problemas reales, entretengámonos resolviendo pseudoproblemas.